Consejos para los Maestros

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Un conocimiento personal de Cristo

Cada maestro cristiano debe tener una comprensión inteligente de lo que Cristo es para él individualmente. Debe saber cómo hacer del Señor su fuerza y eficiencia; cómo confiar la custodia de su alma a Dios como a un Creador fiel. De Cristo procede todo el conocimiento esencial para habilitar a los maestros a ser colaboradores con Dios, para abrirles los campos más amplios de utilidad. CM 219.1

Muchos no aprecian este conocimiento, sino que al procurar educarse, buscan algo que será considerado por sus semejantes como una instrucción admirable. Maestros, sea vuestra jactancia en Dios, no en la ciencia, no en los idiomas extranjeros ni en ninguna otra cosa que sea meramente humana. Sea vuestra más alta ambición el practicar el cristianismo en vuestra vida. CM 219.2

“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida”. Oseas 6:3. Como la luz del sol resplandece con poder creciente desde la mañana hasta el mediodía; así también a medida que progreséis en la luz inicial de la Palabra de Dios, recibiréis más luz. CM 219.3

Los que aceptan la responsabilidad de enseñar deben progresar incesantemente. No deben conformarse con morar en las tierras bajas de la experiencia cristiana, sino ascender constantemente más alto. Con la Palabra del Señor en la mano, y el amor de las almas impulsándolos siempre a la diligencia constante, deben avanzar paso a paso en la eficiencia. CM 219.4