Conducción del Niño

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Sección 17—El despertar de las facultades espirituales

Capítulo 73—La responsabilidad por los intereses eternos.

Nuestros días son de especial peligro para los niños—Estamos viviendo en una época desdichada para los niños. Se siente una fuerte corriente que arrastra hacia abajo, hacia la perdición, y se necesita algo más que una experiencia y fuerza de niño para remontar esa corriente y no ser llevado por ella. Los jóvenes en general parecen cautivos de Satanás y éste y sus ángeles los llevan a una destrucción segura. Satanás y sus huestes hacen guerra contra el gobierno de Dios. A todos los que tienen deseo de entregar su corazón al Señor y de obedecer sus requerimientos, Satanás tratará de hacerles sufrir perplejidades y de vencerlos con sus tentaciones, a fin de que se desalienten y renuncien a la lucha.—Joyas de los Testimonios 1:147. CN 443.1

Nunca necesitamos una relación más íntima con Dios como hoy día. Uno de los mayores peligros que acosan al pueblo de Dios siempre ha sido el conformarse con las máximas y las costumbres mundanas. Los jóvenes especialmente están en constante peligro. Los padres y las madres debieran estar en guardia contra las artimañas de Satanás. Mientras él procura efectuar la ruina de sus hijos, no se engañen los padres a sí mismos pensando que no hay un peligro particular. No den pensamiento y cuidado a las cosas de este mundo al paso que descuiden los intereses más elevados y eternos de sus hijos.—The Review and Herald, 13 de junio de 1882. CN 443.2

Los padres en general son indiferentes—Es triste cuando los padres se enfrían en su vida espiritual y debido a su piedad que se desvanece y a su falta de devoción a Dios, no comprenden la elevada responsabilidad que recae sobre ellos de preparar paciente y plenamente a sus hijos para que guarden los caminos del Señor.—The Signs of the Times, 17 de septiembre de 1894. CN 444.1

Por regla general, los padres hacen todo lo que pueden para no capacitar a sus hijos para las serias realidades de la vida, para las dificultades que los rodearán en lo futuro, cuando se demandará de ellos que decidan entre lo correcto y lo erróneo y cuando se verán sometidos a fuertes tentaciones. Entonces ellos serán hallados débiles cuando debieran ser fuertes. Vacilarán en los principios y el deber, y la humanidad sufrirá por su debilidad.—Pacific Health Journal, enero de 1890. CN 444.2

Se descuida la obra importantísima—Una razón por la cual hay tanto mal en el mundo hoy, estriba en que los padres ocupan su mente en otras cosas, con exclusión de la obra que es de suma importancia: la tarea de enseñar a sus hijos el camino del Señor con paciencia y bondad.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 99. CN 444.3

Las madres pueden haber adquirido el conocimiento de muchas cosas, pero no han obtenido el conocimiento esencial a menos que tengan un conocimiento de Cristo como Salvador personal. Si Cristo está en el hogar, si las madres lo han hecho su Consejero, educarán a sus hijos desde su misma niñez en los principios de la verdadera religión.—The Signs of the Times, 22 de julio de 1889. CN 444.4

Se entrega el dominio a Satanás—Debido a que los hombres y mujeres no obedecen a Dios, sino que eligen sus propios caminos y siguen su propia imaginación pervertida, se permite a Satanás que levante su bandera infernal en sus familias y haga sentir su poder en las criaturas, los niños y los jóvenes. Su voz y voluntad se expresan en las voluntades rebeldes y caracteres torcidos de los hijos, y mediante ellos ejerce un poder dominante y lleva a cabo sus planes. Dios es deshonrado por la manifestación de caracteres perversos, que no lo reverencian e inducen a obedecer las sugestiones de Satanás. El pecado cometido por los padres al permitir a Satanás que domine va más allá de toda comprensión.—Testimonies for the Church 5:325. CN 444.5

Muchos padres por su preparación, por su necia condescendencia e indulgencia de los gustos y apetitos, se hacen responsables de los torcidos caminos y caracteres de sus hijos. Satanás puede dominar todo el ser por esa disposición de desobedecer las leyes de Dios. A diferencia de Abrahán, los padres no guían a su casa en pos de ellos. ¿Y cuál es el resultado? Los niños y jóvenes están bajo la bandera rebelde. No se dejan guiar, sino que están determinados a seguir su propia voluntad. La única esperanza para los niños es enseñarles el dominio propio y no la condescendencia.—Carta 117, 1898. CN 445.1

Una severa batalla delante de los niños indisciplinados—Los niños que son así criados sin disciplina, tienen que aprenderlo todo cuando profesan seguir a Cristo. Toda su experiencia religiosa queda afectada por la crianza que han recibido en su niñez. Muchas veces aparece el mismo carácter voluntarioso, la misma falta de abnegación, la misma impaciencia bajo los reproches, el mismo amor propio y mala voluntad para aceptar consejos ajenos, o para recibir la influencia de los juicios ajenos, la misma indolencia, el mismo espíritu de rehuir las cargas y de negarse a llevar responsabilidades. Todo esto se ve en su relación con la iglesia. Para los tales es posible vencer; pero ¡cuán dura es la lucha que les aguarda y cuán severo el conflicto! ¡Cuán duro es pasar por el curso de disciplina cabal necesario para alcanzar la elevación del carácter cristiano! Sin embargo, si llegan a vencer al fin, les será permitido ver, antes de ser trasladados, cuánto se acercaron al precipicio de la destrucción eterna, por haberles faltado la debida preparación en la juventud, por no haber aprendido a someterse en la niñez.—Joyas de los Testimonios 1:79. CN 445.2

Fortaleced contra las influencias corruptoras—Padres, habéis tomado la responsabilidad de traer niños al mundo sin su consentimiento, y sois responsables por la vida y el alma de vuestros niños. Ellos sienten las atracciones del mundo que los fascinan y subyugan. Podéis educarlos de modo que se fortalezcan contra sus influencias corruptoras. Podéis prepararlos para que lleven las responsabilidades de la vida y comprendan sus obligaciones hacia Dios, la verdad y el deber y las consecuencias que tendrán sus acciones en su vida futura inmortal.—The Signs of the Times, 9 de diciembre de 1875. CN 446.1

Los jóvenes de nuestros días ignoran las maquinaciones de Satanás. Por lo tanto, los padres debieran estar alerta en estos tiempos peligrosos, trabajando con perseverancia y laboriosidad para protegerlos del primer ataque del enemigo. Debieran instruir a sus hijos cuando están en el hogar, o cuando van por el camino, al levantarse y al acostarse.—The Signs of the Times, 26 de febrero de 1880. CN 446.2

Debe ejercerse eterna vigilancia para que los hijos sean guiados por sendas de justicia. Satanás comienza su obra en ellos desde su más tierna infancia y crea deseos de lo que Dios ha prohibido. La seguridad de los niños depende grandemente de la vigilancia y cuidado de los padres sobre ellos.—The Review and Herald, 13 de marzo de 1894. CN 446.3

Los padres no deben permitir que cosa alguna les impida dar a sus hijos todo el tiempo necesario para hacerles comprender lo que significa obedecer al Señor y confiar plenamente en él.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 99. CN 447.1

Padres, despertad de vuestra somnolencia mortal—Debido a la indiferencia de sus padres, muchos hijos son inducidos a sentir que sus padres no se preocupan por sus almas. Esto no debiera ser así sino que los que tienen hijos debieran manejar de tal manera sus asuntos domésticos y sus negocios que nada pueda interferir entre ellos y los hijos para disminuir la influencia de los padres en llevarlos a Cristo. Debéis enseñar a vuestros hijos la lección del amor de Jesús, para que sean puros de corazón, conducta y conversación. . . . CN 447.2

El Señor obraría sobre el corazón de los hijos si los padres tan sólo cooperaran con los agentes divinos, pero él no tratará de hacer lo que os ha sido asignado como vuestra parte de la obra. Padres, debéis despertar de vuestra somnolencia mortal.—The Review and Herald, 25 de octubre de 1892. CN 447.3

Nuestra gran esperanza es la religión del hogar—Los padres duermen. Sus hijos van a la destrucción delante de sus ojos y el Señor quiere que sus mensajeros presenten delante de la gente, por precepto y ejemplo, la necesidad de la religión del hogar. Instad a vuestras congregaciones en cuanto a este asunto. Impresionad en la conciencia la convicción de estos solemnes deberes, por tan largo tiempo descuidados. Esto quebrantará el espíritu de farisaísmo y resistencia a la verdad más que ninguna otra cosa. La religión en el hogar es nuestra gran esperanza e ilumina la perspectiva de la conversión de toda la familia a la verdad de Dios.—Manuscrito 21, 1894. CN 447.4

El poder de Satanás puede ser quebrantado—Los padres tienen una responsabilidad más seria de lo que se imaginan. Los hijos tienen una herencia de pecado. El pecado los ha separado de Dios. Jesús dio su vida para unir con Dios los eslabones rotos. Debido a su relación con el primer Adán, los hombres sólo reciben culpabilidad y la sentencia de muerte. Pero Cristo interviene y pasa por el terreno donde cayó Adán, soportando todas las pruebas en lugar del hombre. . . . El perfecto ejemplo de Cristo y la gracia de Dios le son dados para capacitarlo, para preparar a sus hijos e hijas para ser hijos e hijas de Dios. Enseñándoles, linea sobre línea, mandamiento sobre mandamiento, cómo entregar el corazón y la voluntad a Cristo se quebranta el poder de Satanás.—Carta 68, 1899. CN 447.5

Padres y madres, con plena seguridad de fe suplicad con vuestros hijos e hijas. No escuchen ellos una palabra impaciente de vuestros labios. Si es necesario, presentad a vuestros hijos una confesión sincera por haberles permitido seguir en la senda de la vanidad y del desagrado del Señor, quien no retuvo a su Hijo de un mundo perdido, para que todos pudieran recibir perdón del pecado. . . . CN 448.1

Padres y madres, que de diferentes maneras habéis condescendido con vuestros hijos para su daño, Dios desea que redimáis el tiempo. Prestad atención mientras se dice hoy.—Carta 66, 1910. CN 448.2

Los padres tienen el más noble campo misionero—Haced la obra de vuestra vida en formar los caracteres de vuestros hijos de acuerdo con el Modelo divino. El que ellos posean alguna vez el adorno interno, el ornamento de un espíritu humilde y tranquilo, será porque perseverantemente los habéis preparado para amar las enseñanzas de la Palabra de Dios y para buscar la aprobación de Jesús por encima de la aprobación del mundo.—The Review and Herald, 9 de octubre de 1883. CN 448.3

Como obreros para Dios, nuestra obra ha de comenzar con los que están más cerca. Debe principiar en nuestro propio hogar. No hay un campo misionero más importante que éste.—Manuscrito 19, 1900. CN 449.1

Necesitamos fervor misionero en nuestros hogares para que podamos presentar la Palabra de vida delante de los miembros de nuestra familia e inducirlos a buscar un hogar en el reino de Dios.—Manuscrito 101, 1908. CN 449.2

La dirección e instrucción de los niños es la obra misionera más noble que cualquier hombre o mujer pueda emprender.—Joyas de los Testimonios 2:463. CN 449.3

Como artistas, los padres han de modelar la arcilla viviente—Cuán ferviente y perseverantemente trabaja el artista para transferir al lienzo una perfecta semejanza de su modelo; y cuán diligentemente cincela y esculpe el escultor la piedra para que tome la forma del modelo que sigue. Así también los padres debieran trabajar para dar forma, pulir y refinar a sus hijos de acuerdo con el modelo dado a ellos en Cristo Jesús. Así como el paciente artista estudia y trabaja, y forma planes para hacer perfectos los resultados de su obra, asi los padres debieran considerar tiempo bien invertido el que es ocupado en preparar a los hijos para vidas útiles y en capacitarlos para el reino inmortal. El trabajo del artista es pequeño y sin importancia comparado con el del padre. El primero trabaja con material inerte, con el cual produce formas bellas; pero el segundo trata con un ser humano cuya vida puede ser modelada para bien o para mal, para bendecir a la humanidad o para maldecirla; para salir a las tinieblas, o para vivir para siempre en un mundo futuro sin pecado.—Pacific Health Journal, mayo de 1890. CN 449.4

Tened como blanco la perfección—Cristo una vez fue niñito. Honrad a los niños debido a él. Consideradlos como un depósito sagrado, no para ser mimados y convertidos en ídolos, sino para enseñarles a vivir vidas puras y nobles. Son la propiedad de Dios. El los ama y os llama para que cooperéis con él al enseñarles a formar caracteres perfectos. El Señor requiere la perfección de su familia redimida. Espera de nosotros la perfección que Cristo reveló en su humanidad. Los padres y madres necesitan especialmente comprender los mejores métodos de preparar a sus hijos para que puedan cooperar con Dios.—Manuscrito 19, 1900. CN 450.1

Se necesitan padres convertidos—Día y noche me siento abrumada con el pensamiento de nuestra gran necesidad de padres convertidos. Cuántos hay que necesitan humillar el corazón delante de Dios y relacionarse correctamente con el cielo si quieren ejercer influencia salvadora en su familia. Debieran saber lo que deben hacer para heredar la vida eterna si es que quieren preparar a sus hijos para la herencia de los redimidos. Cada día debieran recibir la luz del cielo en su alma, las impresiones del. Espíritu Santo en su corazón y mente. Cada día debieran recibir la Palabra de verdad y debieran permitirle que controlara la vida.—Manuscrito 53, 1912. CN 450.2

Grandes responsabilidades descansan sobre los padres y ellos debieran esforzarse fervientemente para cumplir esta misión asignada por Dios. Cuando vean la necesidad de doblegar todas las energías del ser para la obra de preparar a sus hijos para Dios, desaparecerá una gran porción de la frivolidad y fingimiento innecesarios que ahora se ven. Considerarán que ningún sacrificio ni ninguna tarea son demasiado grandes para capacitarlos a prepararse para encontrarse con el Señor con gozo. Esta es una parte preciosísima de su servicio como seguidores de Dios, y ellos no pueden permitirse descuidarla.—Manuscrito 27, 1911. CN 450.3

Mirad constantemente a Jesús—Padres, . . . emplead toda fibra moral y muscular en el esfuerzo para salvar a vuestra pequeña grey. Las potencias del infierno se unirán para su destrucción, pero Dios plantará en vuestro favor bandera contra el enemigo. Orad mucho más de lo que oráis. Con amor y ternura, enseñad a vuestros hijos a ir a Dios como a su Padre celestial. Por vuestro ejemplo, enseñadles el dominio propio, y el ser serviciales. Decidles que Cristo no vivió para agradarse a sí mismo. CN 451.1

Recoged los rayos de luz divina que brillan sobre vuestra senda. Andad en la luz como Cristo está en la luz. Al emprender la obra de ayudar a vuestros hijos a servir a Dios, vendrán las pruebas más provocadoras; pero no perdáis vuestra confianza; aferraos a Jesús. El dice: “Echen mano . . . de mi fortaleza, y hagan paz conmigo. ¡Sí, que hagan paz conmigo!”. Isaías 27:5. Se presentarán dificultades; encontraréis obstáculos; pero mirad constantemente a Jesús. Cuando se presenta una emergencia, preguntad: “¿Señor, qué debo hacer ahora?” Si os negáis a inquietaros o reñir, el Señor os mostrará el camino. El os enseñará a usar del talento del habla de una manera tan cristiana que la paz y el amor reinarán en el hogar. Siguiendo una conducta consecuente, podréis ser evangelistas en el hogar, ministros de la gracia para vuestros hijos.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 120, 121. CN 451.2

Este trabajo recompensa—Cuesta algo el llevar a los hijos por los caminos de Dios. Cuesta las lágrimas de una madre y las oraciones de un padre. Requiere incansables esfuerzos de enseñanza paciente, un poco aquí y otro poco allá. Pero esta obra recompensa. De esta manera los padres pueden construir un baluarte alrededor de sus hijos con el cual preservarlos del mal que está anegando nuestro mundo.—The Review and Herald, 9 de julio de 1901. CN 451.3