El Gran Movimiento Adventista

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El propósito de Dios en la Creación

Las Escrituras revelan el propósito de Dios al crear el mundo; y por la palabra de la profecía también aprendemos su plan con respecto al futuro: “Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó”.10 Cuando la hubo formado, la dio al hombre. El salmista dice: “Los cielos son los cielos de Jehová; y ha dado la tierra a los hijos de los hombres”.11 Pero cuando la dio al hombre, el hombre era recto, como lo expresó el sabio: “He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones”.12 GMA 12.3

Leemos del trato del Señor con la raza, que “cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, estableció los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel”,13 es decir, de acuerdo con el número del verdadero Israel que al fin será reunido sobre la tierra como súbditos de su reino futuro. Pablo lo expresa en estas palabras: “De una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos”.14 Cuando este propósito original respecto de la tierra se cumpla, “y tu pueblo, todos ellos serán justos”.15 De ellos, en ese estado, también se dice: “No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad”.16 Ese será el tiempo cuando “los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz”.17 GMA 13.1