El Gran Movimiento Adventista

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Los judíos perplejos

Estos textos dejaron perplejos a los judíos. Aquí había un problema que no podían resolver: si David lo llamó Señor, ¿cómo era entonces su hijo? ¿Cómo podía ser un hijo nacido de la simiente de David, y sin embargo ser Emanuel, Dios con nosotros? El caso es que su propio profeta Isaías declaró: “He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”.49 GMA 34.1

Cristo bien sabía la pregunta que silenciaría a los cavilosos fariseos, por eso les preguntó: “¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David. Él les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?”50 GMA 34.2

En Salmos 45:6, 7, se alude otra vez a este tema: “Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros”51 Recordando estos pasajes, el pueblo judío debe haber tenido conceptos exaltados del carácter del futuro Gobernante y Restaurador. No podría ser de otro modo. GMA 34.3