El Gran Movimiento Adventista

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Un ruego por los huérfanos

En la sesión de la Asociación General, el 8 de marzo de 1891, el Dr. Kellogg hizo un ruego muy ferviente en favor de los huérfanos. Dijo: “Me encuentro designado como ‘un delegado general’, y representaré a los huérfanos que no están representados, que no tienen quien se interese en ellos”. GMA 307.4