El Gran Movimiento Adventista

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El tiempo oculto

Los patriarcas estuvieron en posesión de algún conocimiento respecto de la restauración y la Simiente prometida; pero cuándo y cuánto tiempo pasaría hasta que viniera, les estaba oculto. Cuando la posteridad de Jacob se multiplicó en Egipto, y el asirio –faraón (Isaías 52:4) − que “no conoció a José”,20 los oprimió, sus mentes naturalmente recordaron los 400 años (realmente 430) mencionados a Abrahán como el período referente a sus aflicciones y su peregrinación como extranjeros, esperando que su liberación posterior les traería la herencia prometida. GMA 28.2

Cuando nació Moisés, sus padres vieron que era “niño hermoso”.21 Ellos deben haber recibido luz de que él sería, bajo Dios, el libertador de Israel de su cruel esclavitud. Sin duda, este conocimiento fue impartido a Moisés; porque cuando, a la edad de cuarenta años, él decidió plenamente unirse a los oprimidos israelitas, y sufrir aflicción con ellos en lugar de ser llamado hijo de la hija de Faraón y heredero del trono egipcio,22 y cuando comenzó a defender la causa de su pueblo, y en su defensa mató a un egipcio, se maravilló grandemente que ellos no reconocieron su obra; pues “él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya”.23 GMA 28.3

Cuando vino el tiempo del Señor para que los israelitas dejaran Egipto, salieron, y en el tiempo predicho y el día preciso (ver Éxodo 12:40, 41). Ellos no pudieron haber considerado a Moisés como su gobernante final y la simiente prometida, porque él era de la tribu de Leví, y ¿no había declarado Jacob en su predicción inspirada que Judá sería su líder hasta que viniera Siloh? GMA 29.1