El Gran Movimiento Adventista

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Reconocimiento de la culpa

Es cierto, Dios conocía sus corazones, y ellos mismos sabían que eran culpables de la acusación; pues más tarde el joven le dijo al Sr. Gardner, un residente de ese lugar, quien lo interrogó en detalle con respecto a este asunto, “Sr. Gardner, lo que dijo la Sra. White acerca de nosotros era demasiado cierto”, y la mujer, después de decir a la Sra. Wilson en Greenville, en 1862, que ella “no se atrevería a decir una palabra en contra de la Hermana White, no sea que se la encontrara peleando contra Dios”, admitió que lo que se mostró acerca de ella y del joven era cierto. GMA 270.2