Sermones Escogidos Tomo 2

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6—La necesidad de obreros capaces y consagrados

ES importante que todos los que se disponen a trabajar en la causa de Dios conozcan la mejor forma de realizar su tarea. Jamás ha existido un período más solemne e importante que el actual. Nuestros corazones sufren enormemente cuando vemos que hay tan pocos obreros en los que se pueda confiar para que vayan al campo de labor, y para que procuren la sabiduría de lo alto con el fin de aprender a trabajar. SE2 57.1

Se me ha mostrado que se han llevado a cabo muchos esfuerzos a un elevado costo para presentar la verdad, que en gran medida han sido infructuosos debido a que no se ha realizado la labor que se requería. Por años hemos tratado de presentar a nuestro pueblo la necesidad de trabajar en una forma más inteligente. Es necesario que nos acercequemos a Dios y no cejemos hasta que nuestra responsabilidad por las almas nos subyugue. SE2 57.2

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Charla presentada en Basilea, Suiza, el 7 de marzo de 1887. Manuscrito 14, 1887.

Deberíamos activar al máximo nuestra capacidad intelectual con el fin de planificar los medios y procedimientos para que nuestra obra produzca el mayor bien. No tendremos excusa si nos empeñamos en la obra con torpeza, indolencia y descuido. Para realizar esta trascendental tarea todos necesitamos la capacidad que Dios nos ha concedido, tanto intelectual como física. SE2 58.1

La obra se inicia desde el momento en que se presentan los sermones desde el pulpito. Luego el ministro se familiariza con cada uno de sus oyentes, si es posible mediante un contacto personal. Si muestran suficiente interés como para venir y escuchar lo que tienen que decir, ustedes deberían actuar de forma bien pensada con el fin de establecer una relación personal con ellos. SE2 58.2

Si nuestros hermanos ministros no se han entregado por completo a la obra de Dios, sería mejor que no se los incluya entre el grupo de obreros, ya que únicamente el fracaso y el desengaño serán el resultado de sus esfuerzos. Satanás y sus agentes son más hábiles que nuestros obreros. Mientras que él está haciendo planes, maquinando y tendiendo sus redes para atrapar a las almas desprevenidas, nuestros hermanos con frecuencia lo toman todo a la ligera y como consecuencia Satanás les gana la partida una y otra vez. Ahora bien, si salen por su cuenta al campo, impresionados por Dios y por los santos ángeles, deben entregarse totalmente a la obra de Dios en cuerpo, alma y espíritu; y no hacer que parezca que están cumpliendo con su tarea, cuando en realidad no están cumpliendo ni con la mitad de la parte que les toca. SE2 58.3

Aunque hemos de preocuparnos seriamente por los campos lejanos, debería haber el mismo gran interés por los campos cercanos a casa. El gran deseo de algunos de marchar a lugares lejanos no será motivado por la influencia directa del Espíritu de Dios, ya que hay campos alrededor de ustedes que necesitan la verdad, y eso no requiere grandes desembolsos económicos. Se me ha mostrado que se pierde mucho al descuidar las oportunidades oportunidades de hacer obra misionera en nuestro entorno, pues los campos están maduros para la siega. SE2 58.4

Cuando ustedes lleguen a un lugar para presentar la verdad, primero traten de conocer a los pastores de diferentes denominaciones. No den la impresión de que son como lobos disfrazados de ovejas que llegan para apoderarse de sus ovejas; sino declaren abiertamente ante esos pastores que ustedes intentan llamar su atención a las preciosas verdades de la Palabra de Dios. Algunos de ellos han sido tratados por algunos de nuestros obreros como si fueran paganos, y eso es algo que ellos lo toman en cuenta. Algunos de esos pastores que han rechazado la verdad quizá sean deshonestos, criticones y aguzados; y quizá los consideren a ustedes del mismo modo que los judíos trataron a los apóstoles: como creadores de discordia en las iglesias. Sin embargo, habrá otros que han vivido de acuerdo con la mejor luz que han recibido de las Escrituras. SE2 58.5

Si nuestros ministros llegan a un lugar y lo primero que hacen es acudir a realcionarse con otros, y los tratan cordial, afable y bondadosamente, eso producirá un impacto favorable en ellos y y les dejará una positiva impresión respecto a la verdad. De cualquier modo, será apropiado y justo darles una oportunidad para que actúen de manera favorable y bondadosa si así lo desean. Si ustedes pueden llevar a un pastor a la verdad mediante esfuerzos dedicados y fervientes como los de Cristo, podrán de ese modo [por la influencia de él], convertir a muchas almas. SE2 59.1

No tenemos que avergonzamos ni siquiera de un solo punto de la verdad, por tanto deberíamos ser bien directos y ecuánimes al presentar estas cosas ante los hombres y mujeres de talento que ocupan cargos de responsabilidad. Considérenlas personas sinceras. Ustedes pueden hablar con ellas respecto a temas religiosos de interés general, quizá recabando información respecto a determinados aspectos, sin entrar directamente y a fondo a argumentar en favor de la verdad. Dejen eso para otra ocasión. Será un gran logro mostrar la prudencia de una serpiente y la mansedumbre de una paloma. SE2 59.2

No deberíamos entrar a un lugar levantando innecesarias barreras entre nosotros y otras denominaciones, especialmente con los católicos, de tal modo que puedan llegar a pensar que somos enemigos declarados de ellos. No deberíamos crear sin necesidad prejuicios en sus mentes al atacarlos en forma sorpresiva. Entre los católicos hay muchos que de acuerdo con la luz que tienen, viven mejor que algunos que afirman creer en la verdad presente. Ciertamente Dios los probará y examinará del mismo modo que nos ha probado y examinado a nosotros. Serán responsables ante Dios por su disposición a ser examinados, sin importar en qué forma lo sean. Tomando en cuenta lo que Dios me ha mostrado, un gran número de católicos será salvo. Poco se ha hecho por ellos, excepto intentar que ellos se vean a sí mismos de la peor manera. SE2 59.3

Hemos de actuar teniendo en cuenta que todos los que nos rodean han sido comprados por la sangre de Cristo; como si todo dependiera en gran medida de nuestras palabras, comportamiento y forma de actuar; sin tomar en cuenta si algunas almas serán salvas o no. Hay muchos que aunque se dedican a la obra, necesitan cambiar su forma de actuar para tener éxito en cualquier ramo de la misma. Ahora bien, depende en gran medida de la forma en que nos apliquemos a la tarea el que ganemos o no almas, como resultado de nuestras labores. SE2 59.4

No se ha realizado el esfuerzo necesario para alcanzar a las clases más altas de la sociedad. Aunque nos corresponde predicar el evangelio a los pobres, también debemos presentarlo en la forma más atractiva a quienes tienen la capacidad y el talento; realizando mayores, más persistentes e inteligentes esfuerzos de los que hasta ahora se han hecho, con el fin de ganarlos para la verdad. SE2 60.1

Pero para hacer eso, todos los obreros deberán empeñarse en planes elevados. Ellos no podrán realizar dicha tarea mientras se hunden en cosas bajas, pensando que no importa cómo ellos trabajen o lo que digan, ya que están laborando a favor de las clases pobres e ignorantes. Ellos tendrán que alistar sus armas, equipándose y preparándose con el fin de presentar la verdad de tal manera que puedan alcanzar a las clases más altas. Sus concepciones deben ascender a niveles superiores, mostrando una mayor seguridad y claridad. SE2 60.2

Ustedes deben disponerse a cavar en busca de la verdad como si fuera un tesoro escondido, y entonces tendrán un cofre lleno de tesoros del cual podrán hacer retiros continuamente. Además, obtendrán una mejor comprensión de la verdad al escudriñar con diligencia las Escrituras con el fin de enfrentar las agudas e intrincadas objeciones que se susciten. Nadie debe creer que los católicos están fuera de su alcance, ya que sembrar la semilla junto a todas las aguas es una obliga-ción ante Dios. Es él quien proporciona el crecimiento, no el hombre. SE2 60.3

Un sermón presentado desde el pulpito no debería ser extenso, porque eso no solamente cansa a la gente, sino que ocupa el tiempo y las energías del predicador, lo cual impide que se dedique a realizar la labor personal que tendría luego que realizar yendo de casa en casa visitando a las familias, dirigiendo la atención de todos a las verdades eternas de la Palabra de Dios. Si realiza esa obra con la humildad de Cristo, ciertamente contará con la ayuda de los ángeles de Dios que los apoyarán en sus esfuerzos. Pero tenemos muy poca fe, y contamos con ideas y planes mezquinos. Lo que necesitamos es tener el espíritu de Cristo en nosotros. Hemos de tener una fe viva; una fe que nos mueva a trabajar en favor de los más encumbrados y talentosos. Ese es el plan de Dios. Si realizamos planes y esfuerzos limitados, nuestros resultados también lo serán. SE2 60.4

La falta de fe y confianza en Dios ha sido una razón por la que ustedes no han hecho su trabajo en favor de las clases más elevadas, tal y como se lo he venido indicando. Tampoco es recomendable que solo trabajemos en favor los más adinerados; en ocasiones ellos son los más ignorantes y han hecho un dios de este mundo, por lo que sería muy difícil introducir la cuña de la verdad y separarlos del mundo. No obstante, hay gente adinerada que aceptará la verdad aquí en Europa, si es que se actúa debidamente. SE2 61.1

El Señor tiene agentes en este lugar a quienes ha confiado los medios para llevar adelante su obra en estos países. Cuando los pobres aceptan la verdad y hacen lo mejor que pueden, nuestro Padre celestial reconocerá que han llegado al máximo de sus posibilidades, por lo que él aportará otros talentos con el fin de llevar adelante su obra. Hay una obra maravillosa que todavía debe ser realizada por el Maestro, y deseamos actuar como valientes soldados de la cruz de Cristo. SE2 61.2

Voy a contarles que que vi en un sueño el 29 de septiembre de 1886 que me causó una gran impresión. SE2 61.3

Soñé que estaba caminando junto con un grupo inmenso de hombres y mujeres. Estábamos cosechando frutas. Un gran vagón que contenía provisiones nos precedió con el fin de satisfacer nuestras necesidades. Había muchos hombres y mujeres jóvenes en el grupo para ayudar en la tarea de recolectar las frutas. Parecíamos estar en una ciudad, porque no había mucho espacio libre que no estuviera ocupado por viviendas. Pero en aquella ciudad había campos vacíos, hermosos sembrados de frutas y terrenos cultivados. SE2 61.4

Pronto el vagón se detuvo, y el grupo comenzó a esparcirse por todas partes en busca de frutas. A su alcance había arbustos cargados de una gran cantidad de bayas, pero ellos no hicieron el debido esfuerzo para verlas. La bayas maduras estaban tan mezcladas con las verdes que únicamente podíamos escoger una o dos de cada racimo. Yo comencé a recogerlas con mucho cuidado por temor a agarrar las verdes; sin embargo, mi canasta que era de unos dos cuartillos se llenó en poco tiempo. SE2 61.5

Algunas de las frutas más grandes y hermosas habían caído al suelo desde los arbustos, y estaban a medio comer a causa de los insectos y los pájaros. «Si hubiéramos trabajado antes aquí en este campo —me dije a mí misma—, todas estas hermosas frutas podrían haberse cosechado y aprovechado. Pero ya es demasiado tarde. Sin embargo, recogeré del suelo y veré si hay algunas que están buenas. Si las bayas están dañadas o podridas, al menos podré mostrarles a los hermanos lo que ellos podrían haber encontrado si no hubiéramos llegado tan tarde”. SE2 61.6

Entonces uno o dos miembros del grupo se aproximaron hasta donde yo estaba. Estaban conversando, y parecían estar muy entretenidos el uno con el otro. SE2 62.1

—Hemos buscado por todas partes —dijero al verme—, pero no podemos encontrar frutas. SE2 62.2

Se sorprendieron al ver la cantidad que yo había recogido, por lo que les dije: SE2 62.3

—Hay mucha más para ser cosechada en esos arbustos. SE2 62.4

Comenzaron a recoger, pero pronto se detuvieron diciendo: SE2 62.5

—No es justo que cosechemos aquí, usted encontró este lugar y la fruta es suya. SE2 62.6

—No importa —les respondí—. Recojan dondequiera que encuentren algo que cosechar. Este terreno es de Dios, y estas son las bayas del Señor; tenemos el privilegio de recogerla. SE2 62.7

Sin embargo, pronto quedé sola de nuevo. A corta distancia escuché voces conversando y riendo. Al levantar la vista observé que en el carruaje se estaban haciendo grandes preparativos. SE2 62.8

—¿Qué están haciendo ahi?—, les pregunté a los hermanos alzando la voz. SE2 62.9

—No pudimos encontrar bayas y como estábamos cansados y hambrientos, regresamos al vagón para almorzar. Después de descansar por un rato, saldremos de nuevo. SE2 62.10

—Pero —dije—, yo no puedo comer ahora. Hay demasiada fruta que cosechar. Ustedes no han encontrado nada porque no han buscado con detenimiento. La fruta no está en la parte externa de los arbustos. Hay que buscarla. Es cierto, ustedes no la recogerán a manos llenas, pero al recolectar las bayas una por una, seleccionándola entre las que están verdes, encontrarán frutas de buena calidad. SE2 62.11

Luego tomé mis bayas y me acerqué a la gran carreta, y le dije: SE2 62.12

—Esta es la mejor fruta que jamás he conseguido, y la encontré cerca de aquí, mientras ustedes se afanaban buscando sin éxito en otros lugares. SE2 62.13

Entonces todos se acercaron a ver mis frutas. SE2 62.14

—Estas son bayas de arbustos grandes, buenas y sólidas. No creíamos que fuéramos a encontrar nada en los arbustos grandes, así que nos concentramos únicamente en los arbustos más pequeños, y tan solo hemos encontrado unas pocas. SE2 62.15

—¿Se encargarán de esas y luego irán conmigo a buscar más en aquellos arbustos más grandes?, —les pregunté. SE2 63.1

Pero no habían hecho preparativos para las frutas recolectadas. Tenían muchas bandejas, pero habían tenido que usarlas para la comida y había que vaciarlas, pues estaban llenas de comida dañada, mantequilla rancia y carnes contaminadas; y yo me cansé de esperar. SE2 63.2

—¿No vinieron ustedes a recoger frutas? Entonces, ¿por qué no están preparados para hacerse de ellas? SE2 63.3

—Hermana White —respondieron—, en realidad no esperábamos encontrar frutas en un lugar donde había tantas viviendas y tanto bullicio; pero decidimos acompañarla ya que usted estaba tan deseosa de recolectar frutas. Ibamos a tener bastante comida, y disfrutaríamos de todo considerando que era una actividad recreativa, en caso de que no encontráramos fruta alguna. SE2 63.4

—No puedo entender esa forma de actuar de ustedes —les dije—. Voy de nuevo a los arbustos. El día está bastante avanzado, y pronto la noche llegará, cuando ya no podremos seguir cosechando. SE2 63.5

Algunos me acompañaron, mientras que otros permanecieron cerca del carruaje para comer. En un lugar, se había reunido un pequeño grupo. Estaban ocupados hablando de algo en lo que parecían estar muy interesados. Me acerqué y encontré que un niñito en los brazos de una mujer había captado su atención. SE2 63.6

—Les queda poco tiempo —les comenté—, así que mejor dediquense a trabajar mientras se pueda. SE2 63.7

La atención de algunos también se dirigió a un par de jóvenes que competían para ver quién llegaba primero al carruaje. Cuando terminaron de correr, estaban tan cansados que tuvieron que sentarse a reposar. Otros más se habían echado indolentemente en el césped a descansar. Durante todo el día el vagón fue visitado a menudo para obtener suministros. SE2 63.8

—Hermanos —les dije—, a ustedes les parece que nuestra salida no ha tenido éxito. Y no me extraña, si es así como trabajan. El éxito o el fracaso dependerán del empeño con que ustedes se apliquen a la labor. Hay bayas aquí, porque yo las he encontrado, y hay más que podrían ser halladas. Mientras que algunos de ustedes las han buscado sin éxito en los arbustos más pequeños, otros han encontrado unas cuantas. Pero los arbustos más grandes han sido pasados por alto, sencillamente porque ustedes creyeron que no iban a encontrar frutas en ellos. SE2 63.9

»Como pueden ver las frutas que he cosechado son grandes, hermosas, maduras. Después de que hayamos rebuscado una vez más en los arbustos, otras bayas pronto madurarán y podremos-buscar en ellos de nuevo. Esa es la forma en que se me enseñó a cosechar. Si ustedes hubieran comenzado a recolectar cerca del carruaje, allí donde están las bayas, podrían haber encontrado frutas al igual que yo. Pero ahora les queda poco tiempo para trabajar. La lección que se ha enseñado hoy a los miembros de nuestro grupo que están aprendiendo a realizar esta labor, será recordada por ellos. SE2 64.1

»No pueden ustedes ir al campo sin una fervorosa determinación a consagrar sus esfuerzos a la recolección de frutas. El Señor ha colocado esos arbustos productivos en medio de estos lugares densamente poblados, y él espera que los encuentren. Pero ustedes se han dedicado por demasiado tiempo a comer y a entretenerse. Ustedes deben trabajar con mayor celo y dedicación y con un diferente objetivo en mente. Actuando así enseñarán a los miembros más jóvenes que los asuntos como la comida, la bebida y la diversión, son de menor im-portancia. SE2 64.2

»Ha sido difícil traer la gran carreta de suministros a este lugar, pero ustedes han pensado más en los suministros que en la fruta que deberían acopiar como resultado de sus labores. Deberían ser diligentes en recoger primero las bayas que están más cerca, para luego buscar las más distantes. Después podrán regresar y trabajar de nuevo en los alrededores y de esa forma tendrán éxito. SE2 64.3

No creo que haga falta que les dé la interpretación de lo que acabo de contarles. Me parece que cualquiera que sea medianamente inteligente lo habrá entendido perfectamente. En primer lugar, lo que buscamos es consagramos a Dios sin reservas. Queremos hacerlo a tiempo y fuera de tiempo. Queremos sembrar la semilla de la verdad, siempre que podamos hacerlo, y por dondequiera que vayan los obreros irán confiando en el poder de Dios. SE2 64.4

Hay una lección que hemos de aprender fijándonos en el ejército de Gedeón. No vencieron porque fueran muy numerosos, sino porque estuvieron dispuestos a seguir las instrucciones especiales de Dios, unidas a una fe viva. Los que Dios aceptó y que tomaron parte activa en aquella tarea fueron los que estuvieron listos a iniciar sin dilación el combate, y tomaron el agua con las manos y la bebieron sobre la marcha. Pero los que se prepararon para regodearse y se inclinaron con calma y bebieron, fueron enviados de vuelta a casa. SE2 64.5

El Señor Dios de Israel nos observa individualmente y él ve si estamos dedicados por completo a la tarea. Él ve si realmente nos preocupamos de corazón por las almas. Él observa para ver si tocamos o no esos temas vivos con las yemas de nuestros dedos. Tendremos éxito si mostramos el mismo interés que tuvo Knox cuando suplicó a Dios pidiendo por Escocia. Él clamó: «Señor, dame a Escocia o me muero». SE2 65.1

Cuando nos dediquemos a la tarea y luchemos con Dios diciendo: «Tengo que ganar almas; no cejaré en la lucha», reconoceremos que Dios contemplará favorablemente nuestros esfuerzos. Él sabe que si como resultado del ministerio de ustedes les concede almas, eso no será un motivo para que se enorgullezcan o exalten. No van ustedes a pensar ni por un momento que alguien debería recibir el crédito por esas almas. Más bien, ustedes se sentirán agradecidos a Dios porque han sido salvadas, y no pararán día y noche de alabarlo en corazón y con sus labios. A los tales Dios los convertirá en poderosos instrumentos para llevar adelante su obra. Considero estos asuntos como algo muy serio. SE2 65.2

Quienes se unan a ellos, a aquellos que están por aprender a realizar la obra de Dios, deberían estar constantemente preocupados respecto a la instrucción que están impartiendo a estos obreros. La eternidad nos dirá qué ejemplo están dando a los que trabajan junto a ellos en esta obra. Si tienen el espíritu y el poder que Pablo tuvo, el Espíritu de Dios obrará en ellos poderosamente para presentar a cada uno como perfecto en Jesucristo. Si lo hacen, procurarán siempre edificarlos en la santísima fe a través de la palabra y el ejemplo. El ejemplo que esos obreros reciban, a su vez lo impartirán a otros. La influencia será muy abarcante, incluso se extenderá hasta la eternidad SE2 65.3

Estoy por abandonar esta zona y siento una especial preocupación por todos los obreros que entrarán a la viña del Maestro. ¿Atesorarán los conceptos que he tratado de presentarles en el día de hoy y trabajarán en estos campos y entre los grupos donde sus esfuerzos dirán si allí hay almas sensibles a la verdad? SE2 65.4

No trabajen por aquellos cuyos caracteres han sido vaciados en un molde inferior, porque la influencia de ellos no será motivo de edificación. No se colocarán del lado del Señor, y los esfuerzos de ustedes serán prácticamente en vano. Hombres y mujeres que no reflejarán su luz en los demás; que serán tan débiles de carácter y de principios que necesitarán que alguien esté continuamente al lado de ellos para mantenerlos en la fe. han de tener siempre presente que han sido llamados a suscitar interés a favor de la causa y a realizar la obra de Dios; haciendo que esta tarea, de ser posible, sea de sostén propio. SE2 65.5

La obra del tercer ángel es muy amplia. Hay que suscitar interés en todas partes del mundo. Si ustedes cumplen su cometido estableciendo el cimiento, la estructura de la verdad podrá ser edificada sobre dicha base y la misma permanecerá firme frente a la tormenta y la tempestad. SE2 66.1

Mientras Cristo estuvo en la tierra, el fundamento de la obra cristiana fue establecido únicamente por dos o tres personas. Aquellas fueron las mentes que pudieron ser moldeadas mediante la maravillosa influencia de Cristo. Después que él hubo establecido el cimiento de los principios de la verdad en sus mentes, ellos se fueron uniendo entre sí cada vez más; para en unión con Cristo educar y moldear a otros según crecían en número. El número primero aumentó a doce y luego a setenta; así la obra fue adelante. SE2 66.2

Ahora bien, Dios quiere que obremos como Cristo lo hizo porque nosotros no disponemos de muchos recursos. A nuestros hermanos en Norteamérica se les ha pedido que aporten miles y miles de dólares. Corresponde ahora a nuestros obreros toda su capacidad y talentos para que edifiquen la causa en estos diferentes territorios, de modo que la obra pueda sostenerse a sí misma. SE2 66.3

Si ustedes entran a un nuevo campo luego de incurrir en gastos excesivos, y trabajan para conseguir que unos pocos miembros de las clases más pobres, que apenas pueden cuidar de sí mismos, sus esfuerzos no habrán servido de mucho. Los que necesitan todo tipo de apoyo para mantenerse en pie, representarán una carga adicional en lugar de una bendición. SE2 66.4

Dios quiere que nos preocupemos con él, para que su poder unifique nuestros esfuerzos de manera que aquellos que traigamos a la verdad sean una honra para su causa. No importa cuán pobres sean, si poseen verdadera entereza podrán ejercer una influencia positiva sobre los demás. Existen territorios donde hay almas que responderán a la verdad y que serán resplandecientes luminarias. SE2 66.5

Estoy convencida de que es mejor que oremos y tengamos una fe viva con la convicción de que Dios nos mostrará el método más adecuado para llevar a cabo nuestra labor. «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos». Mediante una unión vital con el cielo que nos aporte la luz y poder, podremos llevar almas a Cristo. SE2 66.6

Queridos hermanos, actuemos como hombres y mujeres que están vivos. Queremos ceñimos la armadura de justicia, y confiar que como un ejército de obreros contamos con Dios como nuestro capitán. Entonces estaremos preparados para enfrentar a los «principados y potestades, a las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes». No sesteemos en el campo de batalla. SE2 67.1

Que Dios nos ayude a estar bien despiertos, a ser entusiastas y diligentes en la portentosa causa de la verdad. SE2 67.2