Sermones Escogidos Tomo 2

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43—Enseñanzas de Daniel l

EL PRIMER CAPÍTULO DE DANIEL enseña que lo que comemos y bebemos influye sobre lnuestra capacidad mente, y que si deseamos tener cuerpos saludables y mentes claras, debemos cuidar nuestra alimentación. Si nos descuidamos en este sentido, y únicamente comemos para satisfacer el apetito, los órganos digestivos se verán afectados, el cerebro perturbado, y ninguno de los dos podrá funcionar de la manera adecuada para la que Dios los diseñó. SE2 397.1

«Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligara a contaminarse. Puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos; y el jefe de los eunucos dijo a Daniel: “Temo a mi señor el rey, que asignó vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que él SE2 397.2

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Sermón presentado en el congreso campestre celebrado en Council Grove, Kansas, el sábado 27 de agosto de 1909. Manuscrito 73, 1909. vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros, haréis que el rey me condene a muerte. Entonces dijo Daniel a Melsar, a quien el jefe de los eunucos había puesto sobre Daniel, Ananias, Misael y Azarías: “Te ruego que hagas la prueba con tus siervos durante diez días: que nos den legumbres para comer y agua para beber. Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la porción de la comida del rey, y haz des-pués con tus siervos según veas”. Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos durante diez días. Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey. Así, pues, Melsar se llevaba la porción de la comida de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres” (Dan. 1: 8-16).

Daniel y sus compañeros decidieron eliminar de su alimentación todo lo que contamina, y el poder del cielo actuó en armonía con sus esfuerzos. Como resultado tuvieron el privilegio de seguir sus planes para de esa forma obtener su propia educación. La educación que obtuvieron fue mejor que la de los magos, astrólogos, o la de los sabios de todo el reino. SE2 398.1

Los que deseen entrar en una relación correcta con Dios conviene que analicen el plan de Daniel, que tuvo el resultado que era de esperar. Ustedes también podrían conseguir dicho resultado. Hay muchos que creen que si adoptan la reforma prosalud perderán las fuerzas, pero si pusieran a prueba el asunto cambiarían de actitud. Yo he puesto a prueba la reforma en favor de la salud durante treinta años, viviendo en la forma más sencilla posible y mi capacidad física a la edad de ochnta y dosaños sorprenden a muchos. En esta gira que he emprendido, que implica cinco meses de constantes esfuerzos en el pulpito y fuera del pulpito, mis fuerzas no me han abandonado. En mi caso la reforma prosalud ha supuesto un gran triunfo. SE2 398.2

El Señor no desea que tengamos temperamentos irritables y mentes ansiosas o confundidas. Él desea hacer por nosotros lo mismo que aquellos jóvenes hebreos hicieron para su beneficio personal. Debemos dejar a un lado el vino que excita e intoxica. Alrededor nuestro podemos observar muchos de los resultados de su uso. SE2 398.3

¡Con qué entusiasmo no deberíamos abogar por los beneficios de la verdad en esta época de la historia humana! ¡Cuánto no se necesitan sus principios! Pensemos en la ciudad de San Francisco. ¿Qué fue lo que atrajo los juicios de Dios sobre dicha ciudad? Leemos la respuesta en las revelaciones que han sido realizadas respecto a la corrupción de aquellos que ostentaban elevados cargos. La corrupción, las borracheras y los robos fueron descubiertos por doquier. Y esa maldad no es exclusiva de San Francisco. Nosotros que poseemos la verdad entendemos el significado de todos esos casos y esos acontecimientos. SE2 398.4

Estamos viviendo durante la última noche de la historia de este planeta. ¿Acaso no ha llegado ya el momento de que cada alma se coloque en la relación correcta con Dios y realice la parte que le toca para edificar el reino de Cristo? ¿No será ya hora de que los padres y las madres realicen una obra a fondo en la familia? No debería haber palabras ásperas ni regaños. Eso no provocará un cambio. Llamen a sus hijos aparte cuando hagan algo malo, y muéstrenles el resultado de una incorrecta forma de actuar. Oren con ellos. Esa oración podría impresionarlos para que reconozcan que ustedes no son injustos. Si los niños ven que no son injustos, ustedes habrán ganado una gran victoria. Esta es la obra que debe ser llevada a cabo en nuestros círculos familiares en estos últimos días. Nuestros hijos son una sagrada responsabilidad. Dios requiere que ellos sean criados en el temor y en el conocimiento del Señor. SE2 399.1

Este caso también enseña el efecto de una alimentación sencilla en el buen estado físico. Los alumnos que están asistiendo a la escuela deberían recibir alimentos que no provoquen perturbaciones en el organismo humano. Si ustedes no saben cómo preparar la comida, por favor, aprendan a hacerlo. Estamos luchando por un reino. Debemos ser colaboradores de Dios, y debemos aprender a dominar nuestras pasiones, no sea que seamos dejados fuera de los atrios celestiales. Si no perfeccionamos caracteres cristianos aquí, no podremos disfrutar del gozo de la vida eterna. SE2 399.2

Daniel ocupó un cargo muy importante en el reino de Babilonia. Siempre habrá algunos que ocupen posiciones de menor responsabilidad; pero sin importar cuál sea nuestro trabajo, nuestro ejemplo puede guiar a los demás para que escojan las sendas correctas. Necesitamos humillarnos ante Dios y suplicarle en oración, confiando en él. No oramos ni la mitad de lo que debemos en nuestras familias, y mucho menos cuando estamos a solas con Dios. Hay un mundo por salvar, y todo talento debe puesto al servicio de Dios. Quizá usted no pueda salir del ámbito de su familia, pero aún así podría realizar una obra para Dios, y a pesar de todo con su forma de actuar podría estimular a aquellos que deben realizar una labor misionera. SE2 399.3

No podemos desperdiciar ninguna oportunidad que se nos presente para perfeccionar un carácter cristiano. Sin importar lo que les suceda a los demás, recuerden que ustedes serán probados por Dios allí donde estén. Habrá momentos cuando sean colocados en posiciones poco favorables, pero en esos momentos clamen a Dios, confíen en él y pongan en práctica una fe sencilla ante el Señor. Los ángeles del cielo les darán buenas ideas. No permitan que sus cabezas se llenen del yo y de intereses personales. SE2 399.4

El Señor nos está contemplando hoy con misericordia y con amor. ¿Quién hará la voluntad del Señor? ¿Quién reflexionará para vencer un temperamento irascible, recordando que las palabras que hablan son escuchadas por los ángeles celestiales? Esos agentes celestiales nos ayudan sin cesar, y hablarán a través de nosotros, y por nosotros, si caminamos con humildad en comunión con Dios. Ellos nos presentan oportunidades para que los demás aprendan del Dios del cielo. Reconozcamos a Dios como el más excelso Poder. Hagamos nuestro el espíritu de humildad y mansedumbre de nuestro Redentor. Analicemos la obra de nuestras vidas, de modo que pueda recibir sello de aprobación del juicio. Entonces podremos estar en un sitial privilegiado, en unión a Daniel y sus compañeros, venciendo «por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos”. SE2 400.1

En el capítulo 3 de Daniel encontramos el registro de la poderosa obra que Dios realizó a favor de los jóvenes que no se inclinaron ante la imagen que el rey había erigido. Debemos saber que Dios mismo nos acompaña cuando nos mantenemos firmes para honrar su nombre en nuestras vidas. Una cuarta Persona estuvo al lado de los hebreos en medio del ardiente horno, debido a que ellos rehusaron inclinarse ante la imagen y adorar una obra de manos humanas. SE2 400.2

«Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: “¿No echaron a tres hombres atados dentro del fuego?”. Ellos respondieron al rey: “Es verdad, oh rey”. Y él dijo: “Sin embargo, yo veo cuatro hombres sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a un hijo de los dioses”» [Dan. 3: 24, 25]. SE2 400.3

Asomándose a la boca del horno, Nabucodonosor llamó a los jóvenes para que salieran. «Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiente, y dijo: “Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid”. Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey para mirar a estos hombres, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos y ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas, intactas, ni siquiera olor de fuego tenían. Y Nabucodonosor dijo: “Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, los cuales no cumplieron el edicto del rey y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que diga blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en estercolero; por cuanto no hay dios que pueda librar como este”» [Dan. 3: 26-29]. SE2 400.4

El Dios de los hebreos es nuestro Dios. Tratemos de permanecer íntima comunión con él. Tenemos almas que salvar o perder, y depende de nosotros si las salvamos o perdemos. Si perdemos, llevaremos a otros seres a la destrucción. Todo el cielo nos observa para ver qué derrotero vamos a tomar, si es que venceremos por la sangre del Cordero, o si vamos a ser descuidados e indiferentes haciendo lo que nos plazca, llenando nuestros días con los placeres del mundo y nuestras mentes con insustanciales novelas; mientras la obra de Dios es descuidada y su Palabra puesta a un lado. SE2 401.1

Les ruego que consideren estas cosas como quizá nunca antes lo hayan hecho. Les presento a Cristo como nuestra única esperanza. «Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Les presento el carácter de Cristo ante ustedes. Fíjense en él con atención. No hay educación más elevada que la que pueden ustedes obtener de la Palabra de Dios. Aquellos que lo hagan, alcanzarán una inteligencia y un entendimiento que son tan duraderos y tan confiables como los que poseyó Daniel, y que lo protegieron y lo mantuvieron a salvo a través de las pruebas y dificultades. Cristo le concederá un buen juicio al que hoy estudie su Palabra, así como les concedió un buen discernimiento a los jóvenes hebreos. Se encontró que aquellos jóvenes eran más inteligentes que todos los sabios en el reino de Babilonia. SE2 401.2

Si el corazón se encuentra en una correcta actitud ante Dios, estaremos en condición de negar el yo. ¿Acaso Dios no entregó a Jesús su único hijo, quien actuó junto al Padre en la creación del hombre? ¿Qué están ustedes haciendo con el fin de que Dios los encuentre aceptables? ¿Están cultivando sus habilidades mentales? ¿Están cuidando sus facultades físicas a través de una apropiada y cuidadosa alimentación? Dejen el vino a un lado y cualquier otra cosa parecida. Necesitamos adoptar una alimentación sencilla si queremos tener una clara percepción de nuestros deberes. Debemos recordar que vivimos bajo el escrutinio de Dios y que tendremos que soportar las pruebas. Nuestra fe en Dios debe ser cultivada para así alcanzar el cielo en plena confianza, pidiendo la santificación del cuerpo, del alma y del espíritu. SE2 401.3

Necesitamos la fe viva que se aferre de Dios y podremos tenerla si estudiamos para conocer la voluntad de Dios en todo. Tenemos el privilegio de acudir al Salvador y contarle nuestras necesidades en situaciones de pobreza, enfermedad y sufrimiento, mientras pedimos su ayuda. Si confiamos en la Palabra de Dios veremos el cumplimiento de sus promesas. A diario nos tenemos que enfrentar a distintas pruebas y tentaciones; pero si caminamos humildemente con Dios y ponemos todo de nuestra parte, procurando a diario estar en una íntima comunión con él, Dios obrará en favor nuestro. SE2 402.1

Analicemos el relato de la vida y actividades de Cristo. El Salvador sabía que podría hacer muy poco si únicamente permanecía en un mismo lugar. Por lo tanto se trasladaba de una ciudad a otra y de una aldea a otra; la gente a menudo lo seguía formando grandes multitudes. Él instruyó a aquellos creyentes, enseñándoles acerca de sí mismo y de las palabras del Antiguo Testamento. Al presentarles las antiguas verdades bajo una nueva luz, la gente las escuchaba como si fuera algo que jamás hubiera oído. SE2 402.2

En una ocasión que la gente se reunió alrededor del Jesús se calcula que había unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. Durante todo el día habían escuchado al gran Maestro, y ahora al acercarse la noche, él les dijo a los discípulos: «La gente debe estar cansada; necesita descanso y comida». ¿Luego surge la pregunta: «¿Dónde encontraremos comida para tanta gente?». El Salvador responde: «¿Con qué cuentan ustedes?». Los discípulos contestan diciendo que tienen cuatro panes de cebada y algunos pececillos. El Salvador ordenó que la multitud se recostara en el suelo, luego partiendo el pan lo dio a sus discípulos y los discípulos a la multitud. SE2 402.3

Cuando la gente se hubo saciado, el Salvador ordenó a sus discípulos: «Recojan los sobrantes, para que nada se pierda”. Aquí Cristo enseña una preciosa lección que se ha transmitido a través de las edades. Cristo desea que la frugalidad sea parte de nuestras vidas. Existen carencias y penurias en todo lugar y hay personas necesitadas y dolientes que deben ser ayudadas. Cuando estemos en correcta rela-ción con Dios, estaremos también en armonía con los principios de la economía. Sabremos por experiencia propia lo que significa negarse a sí mismo. Estaremos dispuestos a sacrificarnos por amor a los demás. SE2 402.4

«De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna». Cristo aceptó la misión que se le había encomendado. Al ver las necesidades humanas, puso a un lado su manto y corona real y descendió a la tierra para ayudar a los seres humanos. A diario durante su vida en la tierra, estuvo preparándose para las duras pruebas que se le iban a presentar. SE2 403.1

Precisamente antes de su crucifixión él llevó a un lado a los discípulos para que oraran con él, para que tanto él como ellos recibieran la fuerza para permanecer firmes. Fue durante su agonía en el huerto de Getsemaní que la copa tembló en su mano. ¿Tenía que bebería y ser separado de Dios? ¿Tenía que cargar con los pecados del mundo? Los lamentos de una raza perdida se elevaron ante él, por lo que dijo: «Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad». Luego un poderoso ángel llegó a su lado desde la gloria, y lo fortaleció para que superara la terrible prueba. SE2 403.2

Jesús fue colocado en la tumba, y una pesada piedra fue puesta en la entrada. Cuando llegó el día de su liberación, un poderoso ángel del cielo vino y movió la piedra como si hubiera sido un guijarro, y Jesús salió del sepulcro de José diciendo: «Yo soy la resurrección y la vida». Se mostró a María y a sus discípulos, llevando gozo a sus corazones. SE2 403.3

Dios envió a su hijo al mundo para que él experimentara en carne propia las necesidades de los seres humanos. Al combinar lo humano con lo divino, Jesús puede alcanzar al hombre y permitirle que se apropie de la naturaleza divina. SE2 403.4

No nos alejemos de nuestra obligación porque no podemos ser uno con el mundo y al mismo tiempo ser uno con Cristo. No merecemos el cielo si nos acercamos así a Cristo. Entreguémonos por completo a Dios. Dios desea que no nos unamos con aquellos que podrían alejarnos de él. Él desea que su pueblo se proponga buscar la salvación con temor y temblor, y con firme determinación. Él desea que hagamos un pacto con Dios en sacrificio, que nos consagremos a Dios para asumir la parte de sufrimiento que incluye la religión, así como compartir sus gozos. Si no somos capaces de hacerlo, no podremos entrar por las puertas de la ciudad de Dios y tener derecho al árbol de la vida. SE2 403.5

Recordemos que la vida eterna ha sido ganada para nosotros a cambio del sacrificio del Hijo unigénito de Dios. Al considerar esto, ¿no deberíamos reflexionar para llegar a saber qué sacrificios podemos hacer por su causa, y qué parte podemos desempeñar en el avance de la gloria de Dios para el gran más allá? La humanidad puede entender la divinidad de Cristo. A nosotros nos corresponde aceptarla mediante una fe conocedora. Aprendamos lo que significa negar a yo, del mismo modo que Cristo se negó a sí mismo. Él dejó a un lado todo lo que po-seía con el Padre, y revistiendo su divinidad de humanidad, descendió a la tierra con el fin de enseñar a los los seres humanos cómo se puede vencer. Vivimos en un tiempo de prueba. ¿Acaso no decidiremos estar en pie del lado de Cristo respecto a este tema? SE2 403.6

¿No desean ustedes que las puertas de la ciudad de Dios se abran sin problemas, y que a ustedes se les dé la bienvenida en unión a sus hijos? ¿No desean que la corona de gloria se coloque en sus cabezas? ¿No anhelan la vida que se compara con la vida de Dios? Pero si hemos de disfrutar de esas bendiciones eternas, debemos realizar sacrificios en esta vida. Hemos de revelar que poseemos una fe que se aferra del Dios vivo y una justicia que vence al pecado. ¡Que Dios nos bendiga hoy! SE2 404.1

¿Hasta qué punto estamos dispuestos a sacrificarnos para cooperar con Jesucristo respecto a nuestra salvación? ¿Qué estamos dispuestos a hacer con el fin de recibir luz e iluminar los demás? Satanás está los seres humanos cómo se puede todo engaño y maldad posibles, tratando de activar medios que ocasionen sufrimientos al pueblo de Dios. Cultivemos la sencillez de la genuina santidad. En nuestra naturaleza humana debemos apropiarnos de lo divino, para que esa naturaleza se encargue de modelar nuestras vidas, nuestro carácter, nuestras pala-bras y nuestros actos. Así podremos marchar al frente sin desviarnos, en el nombre de Jesucristo. SE2 404.2

Hay almas que salvar de sus pecados. Debemos acercarnos a ellas mediante una fe viva, a fin de concederles toda oportunidad para vencer. Les pregunto: ¿Aceptarán ustedes la verdad que les he presentado en el día de hoy? ¿Tratarán de entrar en armonía con el espíritu de esta obra, de forma que tengan una parte en ella? ¿No harán ustedes el esfuerzo para desterrar la obstinación y la indolencia, haciendo todo lo que esté en su mano para rescatar a las almas que perecen? SE2 404.3

Necesitamos ayuda respecto a la obra que debe ser realizada en diferentes partes del campo misionero. En la ciudad de Portland, Maine, donde la verdad fue predicada con gran poder entre 1842 y 1844, nuestros hermanos y hermanas necesitan un pequeño templo. Muy poco se ha dedicado a la ciudad de Portland. Hay algunos observadores del sábado allí, pero no tienen templo. No dudamos en pedir la ayuda de ustedes para edificar esta casa de adoración mediante los aportes de ustedes, porque al hacerlo estarán acumulando en el cielo tesoros que no se corrompen. Queremos que ustedes participen en llevar el mensaje de misericordia a este mundo. SE2 404.4

Esperamos tener un nutrido grupo de creyentes en Portland, Maine. El poder de Dios se hizo sentir en el congreso campestre celebrado allí recientemente; esperamos que muchas almas sean ganadas como resultado de esa labor, y que muchos más acepten la verdad del evangelio. Ahora bien, si desean ayudar, háganlo y el Señor derramará su bendición sobre ustedes. SE2 405.1

También hay otros lugares con necesidades parecidas. Me ha sido revelado que hay cientos de lugares que necesita nuestra ayuda. La obra de Dios es una obra de sacrificio personal. ¿Quién de entre nosotros está dispuesto a unir sus esfuerzos a favor de la salvación de las almas? Aquellos de ustedes que decidan hacerlo, pónganse de pie. SE2 405.2

[La congregación se pone en pie.] SE2 405.3

[Orando:] «Padre nuestro celestial, a pesar de mi debilidad he tratado de presentar aquellas cosas que tú me has mostrado una y otra vez a las congregaciones que ni siquiera he visto reunidas; y esta es una de ellas. Te pido ahora que hagas mellas en nuestros cerebros. Tú puedes hacerlo porque eres Dios, y fuera de ti no hay ningún otro. Tú entregaste a tu Hijo unigénito para que expusiera claramente la senda que de continuo era asediada por las tentaciones del enemigo. Señor, te pido que bendigas a tu pueblo aquí reunido hoy. Elimina toda bruma y todos los negros nubarrones, permite que penetre la luz de tu gloria. Obra mediante tu Espíritu Santo en las mentes de los padres y los hijos, para que ellos marchen juntos esparciendo el conocimiento de la verdad. SE2 405.4

«Dios, Dios vivo, hay almas que perecen y Satanás está maquinando para llamar la atención de la gente a lo trivial y sin valor. ¿Acaso no acompañarás a este pueblo al salir de esta reunión, enseñándoles a diario a aferrarse a los méritos de nuestro precioso Redentor? Tú has pagado un enorme precio por estas almas; ayúdales a realizar un pacto de sacrificio contigo para que así puedan tener parte en la vida que se compara a la vida de Dios. Deseamos que obtengan la corona de gloria y que pulsen el arpa de oro. Señor, toma este pueblo y bautízalo con tu Santo Espíritu. Que ellos puedan ver luz en tu luz y regocijarse en tu verdad. Hay un cielo que ellos deben ganar, y un infierno que tienen que evitar. Permite que sean coronados en el reino de gloria donde, ¡oh bendito Redentor!, todo es renovado por tu sacrificio, para nunca más volver a un mundo maldecido por el pecado. SE2 405.5

»Coloca estas almas bajo tu protección. Graba en sus cerebros que ellos deben alcanzar el cielo, y que deben resistir las pruebas de Satanás. Bendícelos en este día. Tú los has bendecido. Bendícenos en cuerpo, alma y mente, y ayuda a cada uno a levantarse con el fin de trabajar con fervor a favor de los demás. ¡Haznos colaboradores con Dios en la obra de salvación y que tu bendito nombre reciba toda la gloria!». SE2 406.1