Sermones Escogidos Tomo 1

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Los tesoros del cielo

Cuando Dios entregó a Jesús, nos dio todas las riquezas y tesoros del cielo en un solo don. Y nos dice: «Compartan esas riquezas con todos los que las necesiten. Por tanto, acudamos a él y expresemos nuestras peticiones. Pidan y recibirán. Enseñen a sus hijos a orar desde su más tierno infancia. Enséñenlos a elevar sus vocecitas a Dios en oración. Él es su Hacedor; es el que puede hacer felices sus corazones; es quien puede darles contentamiento; es quien puede darles virtud. Puede cambiar, incluso, las tendencias que les han sido transmitidas por padres imprudentes. SE1 234.5

Que Dios nos ayude a sentir el peso de nuestra responsabilidad. Consideren a los jóvenes. Si no tienen hijos, adopten alguno. Tuve mis propios hijos, pero no me detuve allí. Aunque viajaba por casi todo el mundo, reuní en mi casa a varios niños. «Tengo una casa”, me dije, «y los niños vendrán y la disfrutarán”. Adopté a varios niños y crié a algunos de ellos hasta que fueron mujeres y hombres. Dios me ha ayudado en esta obra. Siempre traté de obtener la victoria al lidiar con ellos una vez que abandonaban la testarudez de su temperamento. No los golpeaba, sino que intenté un mejor plan: ganar su confianza. Luego pude hacer muchas cosas con ellos. Dios me ha ayudado en esta obra. Ninguno de los que he recibido para instruirlos y educarlos ha dado motivos para que lo lamente. Han entregado sus corazones a Jesús, y hemos tratado de señalarles al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. SE1 235.1

Amo a Jesús. Amo a aquellos que se amoldan a la imagen del Señor y deseo hacer todo lo que está en mi poder para ayudarlos. El próximo mes cumpliré 67 cumpleaños, y todavía espero publicar muchos más libros. Espero dar mi testimonio en otros países además de este. Dios mediante, trataré de que brille la luz para que otros puedan entrar por la puerta estrecha y disfrutar la vida eterna. Que Dios nos permita ayudar a nuestros hijos y ayudar a nuestros veci-nos. Que Dios nos ayude en la iglesia para que brille más luz cerca y lejos, con el fin de que vayamos por los senderos y los caminos, y que le señalemos a las almas [el camino para ir a] Jesucristo, enseñándoles cómo pueden creer en Dios. Para que obtengan su justicia imputada, aceptando a Jesucristo como su Salvador personal. SE1 235.2

También les diría a todos ustedes: Si les he presentado en esta breve disertación alguna idea que pueda influir sobre ustedes me sentiré satisfecha. Si los he ayudado a dirigir sus miradas a Jesucristo, lo alabaré a él por eso. Necesitan enseñar a sus hijos a alabar a Dios. Necesitan educarlos para que traigan sus pequeñas ofrendas a Dios. Necesitan educarlos para que ellos no se conviertan en el centro de atención, y para que los padres no los colmen de regalos. La causa de Dios requiere dinero. La causa de Dios requiere recursos para que ustedes puedan llevar la luz a regiones lejanas. Y entonces les ruego, por amor a Cristo, que colaboren con la tesorería con el fin de que Dios tenga alimentos en su casa. SE1 235.3