Manuscritos Inéditos Tomo 2 (Contiene los manuscritos 97-161)

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Manuscrito 117—Declaraciones mal interpretadas o mal utilizadas Hablando dirigida por el Espíritu

Con frecuencia me veo en situaciones en las que no me atrevo a asentir o a disentir en cuanto a asuntos sobre los que me preguntan, ya que existe el peligro de que cualquier cosa que yo haya dicho sea considerada como algo que Dios me ha revelado. 2MI 141.1

No siempre considero oportuno expresar mis propias opiniones; ya que, a veces cuando alguien desea lograr lo que se ha propuesto, toma cualquier afirmación mía, y que 2MI 141.2

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Manuscritos diversos solicitados por Arthur L. White, a fin de utilizarlos en varios artículos para ser publicados en una serie en la Review and Herald, respecto a la labor de los fideicomisarios y ala conservación y el empleo de los escritos de Elena G. de White. favorezca su idea, como una luz especial de parte del Señor. He de ser prudente en todas mis manifestaciones.— Carta 162, 1907, p. 2 (a William C. White, 8 de mayo de 1907).

Los demás hermanos, o la mayoría, no están enterados de eso que usted y el Señor saben. [...] Así que he decidido que no haré públicos los pecados de quienes profesan creer la verdad, sino que dejaré que cada cual confiese los suyos.— Para Nathaniel D. Faulkhead, 2 de enero de 1893. 2MI 142.1

Yo no he recibido ninguna indicación para decir: «Consigan que el hermano venga para Australia». Lo que yo sí digo es: «Me parece que este es el lugar para usted”. Ahora bien, creo que puedo expresar mis deseos, aunque aclaro que no estoy siguiendo ninguna indicación cuando digo eso. Así que quisiera que usted viniese por una solicitud de mi parte. Prefiero que usted busque al Señor de manera ferviente y que luego vaya adonde él lo guíe. Quisiera que usted venga el día cuando Dios le diga «Ve», y ni uno antes. No obstante, creo que estoy autorizada a presentar las necesidades de la obra de Dios en Australia. Este no es mi país, pero pertenece a Dios. El país es de Dios y su pueblo le pertenece. Aquí hay una misión que cumplir, y si usted no es la persona para llevarla a cabo, entenderé perfectamente que usted se vaya a otro lugar.— Carta 129, 1897, p. 2 (a John Wessels y esposa, 18 de mayo de 1897). 2MI 142.2

¿Por qué la gente no reconoce y vive la verdad? Muchos estudian las Escrituras con el propósito de demostrar que sus ideas personales son acertadas. Cambian el sentido de la Palabra de Dios con el fin de que se ajuste a sus propias opiniones. También hacen lo mismo con los testimonios que él envía. Citan una parte de una afirmación mía, dejando fuera otra parte; ya que si esta la citaran, quedaría patente la falsedad de sus argumentación. El Señor se opone a quienes violentan las Escrituras, haciendo que se ajusten a sus ideas preconcebidas.— Manuscrito 22, 1890, pp. 5, 6 (diario personal, 10 de enero de 1890). 2MI 142.3

Es prácticamente imposible que me entiendan quienes han recibido la luz y no la han seguido. Repiten parte de lo que yo haya podido decir en una conversación privada, para deducir de ello exactamente lo opuesto de lo que habrían entendido los oyentes si hubieran tenido una mente y un espíritu santificados. Temo incluso hablar con mis amigos, porque después oigo decir: «La hermana White dijo esto”, «La hermana White dijo aquello»... Mis palabras son tan tergiversadas y tan torcidamente interpretadas que he llegado a pensar si no será que el Señor desea que me mantenga al margen de las reuniones públicas y que rechace las entrevistas privadas. Lo que digo se publica de forma tan distorsionada, que a mí me resulta irreconocible y sin relación conmigo, ya que lo que yo he dicho lo entremezclan con ideas de otros para apoyar sus propias teorías.— Carta 139, 1900, p. 5 (a los dirigentes de la Asociación General. 24 de octubre de 1900). 2MI 142.4

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El hermano Matteson sugiere que sería del agrado de la gente si yo hablara menos de deberes y más del amor de Jesús. Ahora bien, lo que yo deseo es hablar según me lo haya indicado el Espíritu de Señor. El Señor conoce mejor que nadie lo que su pueblo necesita. El sábado por la mañana [17 de octubre de 1885] hablé de Isaías 58. No me anduve con rodeos. [...] Mi tarea es elevar el nivel de la piedad y de la genuina vida cristiana, así como estimular a todo el mundo para que abandone sus pecados y se santifique a través de la verdad.— Manuscrito 26, 1885, p. 5 (diario personal, 15 al 30 de octubre de 1885). 2MI 143.1

Patrimonio White,

7 de enero de 1960

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Para ser utilizado en las lecciones de un curso por correspondencia sobre el Espíritu de Profecía.