Manuscritos Inéditos Tomo 2 (Contiene los manuscritos 97-161)

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Manuscrito 103—El significado del rito de humildad

El lavamiento de los pies es una ordenanza de servicio. Es algo que el Señor requiere que todos aprendan y practiquen. Cuando esta ordenanza se celebra en forma apropiada, los hijos de Dios son llevados a una santa relación entre ellos, a fin de ayudarse y bendecirse mutuamente. 2MI 59.1

Cristo mismo nos dio un ejemplo de humildad para que su pueblo no fuera erróneamente impulsado por el egoísmo que reside en el corazón natural y que se fortalece al rendir pleitesía al yo. Èl no quiere dejar ese gran tema en manos del ser humano. Lo consideró tan importante que él mismo, uno que es igual a Dios, lavó los pies de sus discípulos. [se cita a Juan 13: 1317]. 2MI 59.2

Esta ceremonia encierra un gran significado para nosotros. Dios desea que fijemos la atención en el cuadro completo, y no solo el sencillo acto de limpieza externa. Esta 2MI 59.3

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Solicitado para un libro de doctrinas bíblicas de T. Housel Jemison. ordenanza no solo se refiere a una mera acción, sino que revela una gran verdad: que Cristo es el ejemplo de lo que nosotros podemos ser, por su gracia, en nuestra relación con los demás. El rito constituye una muestra de que nuestra vida debería ser un humilde y fiel ministerio.

En su vida y enseñanzas, Cristo ha dado un perfecto ejemplo de un ministerio desprendido, que tiene su origen en Dios, que no vive para sí mismo. Al crear y al sustentar su obra creadora, él está ministrando continuamente en favor de los demás. Pero Satanás tergiversa a Dios ante el mundo, como lo hizo con Adán y Eva. El egoísmo se origina en Satanás, y en la medida que se lo complazca se cultivarán los atributos de Satanás. Sin embargo, Satanás atribuyó sus propios atributos a Dios, y la creencia en sus principios se propaga cada vez más. 2MI 60.1

Gracias al Hijo de Dios, mediante la revelación de que el carácter de Dios es amor, se ha de demostrar la falsedad de estas acusaciones. El Padre debe ser representado a través de Cristo, y Dios encargó esa misión a su Hijo. Èl envió a Cristo al mundo investido de divinidad y revestido de humanidad. 2MI 60.2

Con claridad y poder, Jesús manifestó los atributos de Dios. Èl es «el resplandor de su gloria y la imagen misma de su sustancia” [Heb. 1: 3], «la imagen del Dios invisible” [Col. 1: 15]. Sin embargo, se humilló a sí mismo, tomando la forma de siervo. Nuestro redentor es una perfecta revelación de la Deidad; y es fundamental que a través de él, como sus discípulos, entendamos la relación de Dios con nosotros. Èl es el Maestro más grande que ha tenido el mundo. Lo que conocemos de Dios gracias a su Hijo, constituye la medida de nuestra relación con un conocimiento práctico de la verdad tal cual es en Jesús.— Manuscrito 43, 1897, 2 («Ministry”, s. f.). 2MI 60.3

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Dios determina que se establezca una escuela en Australia Se me pidió que les explicara las ventajas que tienen las escuelas de Estados Unidos sobre las escuelas de Australia y Nueva Zelanda. Con relación a la luz que estoy recibiendo, les digo que esta no es una tarea agradable. Solo podría remontarme al momento cuando se fundó la escuela, para explicar por qué el Señor recomendó que se estableciera 2MI 60.4

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Solicitado por Arthur L. White para utilizarlo en una clase de orientación profética. bajo la dirección de personas que aceptan la verdad revelada en la Palabra de Dios. Luego expresé que sus vínculos con la escuela estaban de acuerdo con la voluntad de Dios. Tenemos asimismo los resultados del transformador poder de Dios, y he reunido los elementos que conozco como señales de la aprobación de Dios.— Carta 46, 1893, pp. 34 (a W. W. Prescott, 5 de septiembre de 1893).

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Por qué no se ha terminado la obra Me han preguntado por qué hay tan poco poder en las iglesias, por qué hay tan poca eficiencia entre nuestros maestros. La respuesta es que entre los profesos seguidores de Cristo se acarician notorios pecados en diversas formas, y que la conciencia ha quedado endurecida por las continuas transgresiones. La respuesta es que los hombres no caminan con Dios, sino alejados de Jesús, y como resultado vemos que en la iglesia se manifiestan el egoísmo, la codicia, el orgullo, luchas, contiendas, dureza de corazón, desprecio por las normas y prácticas corruptas. Incluso entre los que predican la santa Palabra de Dios se presenta esta condición corrupta, y a menos que haya una reforma entre los que evidentemente son impíos y no santificados, sería mejor que ellos abandonaran el ministerio y escogieran otro oficio en el que sus pensamientos no regenerados no hagan fracasar al pueblo de Dios.— Carta 19b, 1892, pp. 1314 (a O. A. Olsen, 19 de junio de 1892). 2MI 61.1

Apartarse de los caminos del Señor es lo que genera una perversidad que no será derribada ni corregida. Muchos endurecen sus corazones y perseveran en el error cuando se los reprocha por su mala conducta. Al aferrarse de su propia sabiduría como algo valioso, se enojan y deciden seguir en sus propios caminos. Por eso el Espíritu Santo no se manifiesta con mayor poder en nuestras iglesias. Si los que han sido amonestados por el Espíritu de Dios, se humillaran delante del Señor y con gozo se reformaran, Cristo derramaría ricos dones sobre ellos, contestando sus contritas súplicas y ayudándolos a conocerse a sí mismos.— Manuscrito 135, 1902. 2MI 61.2

Patrimonio White,

16 de octubre de 1958

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Solicitado para uso general.

El número 104 fue material adicional para el capítulo 42 deMensajes selectos, tomo 2.