Mensajera del Señor
El quincuagésimo cumpleaños de Elena de White
Jaime todavía podía escribir, aunque hablaba poco en público. En honor del quincuagésimo cumpleaños de Elena, él escribió estas palabras en Signs of the Times: MDS 55.3
“Hoy, 26 de noviembre, la Sra. White cumple 50 años. Llegó a ser una cristiana devota a la tierna edad de 12 años, e inmediatamente se convirtió en una obrera en favor de otros jóvenes, y tuvo mucho éxito en ganarlos para Cristo. MDS 55.4
“A la temprana edad de 17 años llegó a ser una poderosa oradora pública, y podía mantener la atención de grandes auditorios durante una hora o más. Ella ha viajado y hablado a grandes auditorios, algunos de ellos de hasta veinte mil personas, desde el Atlántico hasta el Pacífico en dieciocho estados, además del Canadá. Ella ahora ha trabajado públicamente durante treinta y tres años. MDS 55.5
“Además de esta gran labor, ella ha escrito muchísimo. Sus libros ahora impresos suman no menos de cinco mil páginas, además de miles de páginas de carácter epistolar dirigidas a iglesias e individuos. MDS 55.6
“Y a pesar de este gran trabajo, la Sra. White, a la edad de 50 años, es tan activa como Lo ha sido en cualquier época anterior en su vida, y más eficiente en sus trabajos. Su salud es excelente y durante las últimas dos temporadas de campestres ella pudo realizar tanto trabajo al hablar, exhortar y orar como dos de nuestros ministros más capaces... MDS 55.7
“La Sra. White ingresa en los segundos cincuenta años de su vida con la confiada expectativa de pasar la mayor parte de ellos en la Tierra Nueva”. 19 MDS 55.8
Estas son palabras de un esposo amante y agradecido. MDS 55.9
El servicio solícito y dedicado de Elena como compañera de Jaime, especialmente en tiempo de enfermedad y desaliento, es legendario. Pero en cierta ocasión en 1878, Jaime, ahora ya de 58 años de edad, aunque intentaba mantener un riguroso programa como escritor, progresaba poco en el aspecto físico. Elena le escribió a Mary, esposa de William: “Soy su constante compañera en paseos a caballo y estando junto a la chimenea. Si yo saliese y me encerrase en una habitación, y lo dejase sentado solo, se pondría nervioso e intranquilo... El depende de mí y no lo dejaré en su debilidad”. 20 MDS 55.10
En la noche del 4 de abril, Elena recibió una visión sobre la verdadera condición de su esposo, cuyos detalles registró por escrito al día siguiente: MDS 55.11
“Querido esposo: Anoche soñé que un reconocido médico vino al cuarto mientras orábamos por ti. El dijo: ‘Está bien orar, pero el vivir vuestras oraciones es todavía más esencial. Vuestra fe debe estar sostenida por vuestras obras, de otro modo es una fe muerta... MDS 55.12
” ‘No eres valiente en Dios. Si hay algún inconveniente, en vez de adaptarte a las circunstancias, tú mantienes el problema en tu mente, por pequeño que sea, hasta tanto te parezca conveniente; por lo tanto, no ejercitas tu fe. Aun no tienes una fe verdadera. No ansias la victoria. Cuando tu fe se perfeccione por las obras, dejarás de estudiarte a ti mismo y pondrás tu caso en las manos de Dios, sobrellevando algo, soportando algo que no está exactamente de acuerdo con tus sentimientos. MDS 55.13
” ‘Todos los poderes de la tierra no podrían ayudarte a menos que tú trabajes en armonía, ejercitando tu razón y tu juicio y desechando tus sentimientos y tu inclinación. Estás en una condición crítica’ “ MDS 55.14
Luego el “reconocido médico” se volvió específico: “Tus propios hábitos depravados te están impidiendo no sólo a ti sino también a tu esposa el hacer la obra a la cual Dios los ha llamado... MDS 56.1
” ‘Te has sentido tan temeroso de que se reduciría tu vigor que has comido más de lo necesario, has colocado en tu estómago una cantidad de alimento mayor que lo que el sistema podría atender satisfactoriamente... Debieras ingerir la comida seca, y dedicar más tiempo para masticarla. Come lentamente y una cantidad mucho menor. En una comida no debiera colocarse en el estómago más que dos o tres platos diferentes... Estás muriendo a causa de teorías y sin embargo no haces un esfuerzo suficiente como para efectuar un cambio radical... Tu vida estaría más segura si te olvidaras de ti mismo. Dios tiene un trabajo para ti y para tu esposa. Satanás dice: “No cumpliréis el trabajo si yo tengo poder para controlar la mente. Puedo controlar todo y atarlos a ambos como con cadenas de hierro”... Puedes levantarte. Puedes librarte de esta invalidez’ “. 21 MDS 56.2
El consejo dio resultado. Se sintió animado por la promesa de que “puedes levantarte. Puedes librarte de esta invalidez”. El desgastado presidente de la Asociación General estuvo de acuerdo en ir a Battle Creek y colocarse bajo el cuidado del Dr. John Harvey Kellog. El 24 de junio, Jaime le escribió a Elena: ‘Te informo que me siento mucho mejor”. Parte de esta alegría era el resultado de haber encontrado a un hombre que podía tomar notas taquigráficas, capacitándolo a Jaime a hacer “en dos días... lo que requeriría toda una semana”. 22 MDS 56.3
A comienzos de julio, Jaime partió hacia su cabaña en Colorado con Dudley Canright y Mary White (William fue más tarde). Cuando Elena los encontró en agosto, escribió: “Encuentro a papá mejorado en todo sentido. Aquí está fresco todo el tiempo... Nuevamente papá está como era antes en casi todas las cosas. Se encuentra siempre contento”. 23 MDS 56.4
Debido a citas de trabajo en el este de los Estados Unidos, Elena de White no quedó mucho tiempo en Colorado. Al informarles de nuevo a Jaime y a sus hijos en cuanto a lo ocurrido en Battle Creek, ella escribió con celo y sabiduría de esposa y de madre: “No consideres este tiempo de recreación como una labor monótona o una tarea. Deja a un lado tu trabajo; olvídate de lo que hay que escribir. Recorre el parque y observa todo lo que puedas... Desecha toda preocupación, y sé nuevamente un muchacho libre de cuidados... Papá necesita ser un muchacho nuevamente. Recorran todos los alrededores. Trepen las cuestas de las montañas. Anden a caballo. Encuentren cada día algo nuevo para ver y gozar. Esto será en beneficio de la salud de papá. No sientan la menor ansiedad por mí. Verán qué buen aspecto tendré después que terminen los campestres... Procuren hacerse felices el uno al otro”. 24 MDS 56.5
Hacia 1880 el cansado cuerpo de Jaime reclamaba un descanso, aun cuando su cabeza continuaba planeando nuevas campañas. Otros ahora se encargaban de sus principales responsabilidades, pero la retirada no fue fácil para el general. En una carta del 18 de abril enviada a Elena, escribió: “Estoy considerando estas cosas con gran cuidado. No importa lo que el Señor te haya mostrado respecto a mi deber, dedica tiempo a registrarlo cuidadosamente por escrito y dame la idea completa... Los dos nos damos cuenta que hay mucho que se debe escribir, y nuestros hermanos nos urgen constantemente a que vayamos al campo para hablar. En el temor de Dios, debemos tomar este asunto en nuestras propias manos y ser nuestros propios jueces de lo que debiéramos hacer y de cuánto debiéramos hacer”. 25 MDS 56.6
El “cansado guerrero” murió el 6 de agosto de 1881. La noticia conmovió a los adventistas desde el Atlántico hasta el Pacífico. Nadie podía considerar el desarrollo de la Iglesia Adventista sin pensar en Jaime White. Los elogios, aun de aquellos con quienes él había diferido. pusieron al valiente dirigente de iglesia en su debida perspectiva. 26 MDS 56.7
Aunque estaba muy enferma, Elena de White se levantó de su lecho de paciente para elogiar a su “esposo fuerte, valiente y de noble corazón”. La esposa mensajera resumió el camino que habían recorrido juntos: “Y ahora él, en cuyo afecto generoso me he apoyado, con quien he trabajado, con quien he estado unida en el trabajo por treinta y seis años, me es arrebatado; pero puedo colocar mis manos sobre sus ojos y decir: Encomiendo mi tesoro a Dios hasta la mañana de la resurrección”. 27 MDS 56.8
Unos pocos días después del funeral, Elena de White escribió a amigos íntimos: “La luz de mi hogar se ha apagado y de aquí en adelante debiera amarlo [el hogar de ellos] por causa de él [de Jaime], para quien era muy especial. Se ajustaba exactamente a su gusto... ¿Pero cómo podré jamás considerarlo como podría hacerlo si él aún viviera?” 28 MDS 57.1
Cualquiera que repase la historia de su matrimonio debe concluir que se trató de una relación extraordinaria entre dos personas excepcionales. Cada uno tenía una absorbente vida pública, sin embargo su afecto mutuo fluía del uno hacia el otro a través de sus menajes y acciones. Aunque vivieron durante el “período Victoriano”, la devoción cálida y perseverante de Elena a Jaime era mucho más que platónica. El aprecio que él sentía hacia ella era bien conocido, y cualquier esposa se sentiría feliz de gozar la profundidad de su afecto. MDS 57.2
Después de verse liberada de sus responsabilidades de esposa debido a la pérdida de su compañero, ella viajó aun más extensamente. Su producción literaria llegó a ser incluso más abundante, no sólo en cantidad sino también en la profundidad de sus libros más extensos. Jaime había sido útil como editor, pero nunca fue la fuente de sus mensajes. MDS 57.3