Mensajera del Señor

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Visión del sello de Dios

Elena de White no registró por escrito su visión del “sello de Dios, ” del 17 al 19 de noviembre de 1848. 38 Sin embargo, mientras estaba en visión en la casa de Otis Nichols en Dorchester, Massachusetts, José Bates tomó notas de lo que ella estaba diciendo. Esta visión conmovió al grupo adventista sabatista, ampliando grandemente su visión en cuanto a su tremenda responsabilidad misionera de proclamar los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14. 39 MDS 505.3

Esta visión describía los eventos ocurridos desde 1844 como una luz que aparecía “en el oriente”, luego “una luz tras otra”, mientras cada luz nueva estaba “unida a las otras; no pueden separarse” todas las verdades que estaban relacionadas con la obra del sellamiento. Ella también aseguró a sus oyentes que “el tiempo de angustia” no había empezado, aunque algunos veían un posible cumplimiento en la intranquilidad que había por ese entonces en Europa. MDS 505.4

La parte más dramática de esta visión fue el énfasis de Elena de White en publicar las “cosas que tú has visto y oído” (esto es, las implicaciones salvíficas del sábado según se relaciona con la doctrina del santuario y la obra del sellamiento). Al principio ese desafío parecía desconcertante, casi increíble. Pero la profetisa había hablado: Los resultados de la aventura de publicar esto (a saber, recalcando el sábado como el sello de Dios relacionado con la verdad del santuario) sería semejante a la “salida del sol [que] se mantiene en su curso... pero nunca se pone... Sale con fuerza y cada vez se vuelve más brillante”. MDS 505.5

Bates estaba tan impresionado con esta visión que sostuvo que la verdad del sábado debiera publicarse inmediatamente y enviarse a lugares como Francia Gran Bretaña Rusia y el Medio Oriente. 40 En cuanto a su contexto, esta visión/promesa fue dada a un puñado de personas sólo cuatro años después de su mayor chasco. Obviamente este pequeño grupo de menos de un centenar de adventistas sabatistas no tenía la menor idea que en los próximos cincuenta años se desarrollaría un programa mundial. Todo lo que ellos sabían era que Dios le había revelado a Elena de White que debían comenzar a publicar, con los medios disponibles, la luz que conocían. Su confianza en esta joven de 21 años se había establecido durante los tres años previos; ellos procederían a cumplir las instrucciones. 41 MDS 505.6