Mensajera del Señor

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2. Armonía con la Biblia

Obviamente, Dios no incluye contradicciones conceptuales dentro de su sistema de comunicación. Ni le da más tarde a los profetas un botón para “borrar” o “eliminar”. La inmutabilidad de Dios se reflejará en sus revelaciones a los seres humanos. 5 MDS 30.5

Isaías observa que los profetas genuinos serán probados por su fidelidad a revelaciones escritas previamente: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (cap. 8:20). MDS 30.6

Muchos son los intentos que ha habido en cada generación para definir la “verdad” acerca del origen y el destino del hombre. Abundan las aventuras intelectuales que tratan de explicar detalladamente lo que está “bien” y “mal” para la conducta humana. Pero la Biblia ha soportado el embate de los siglos como la piedra de toque para los hombres y mujeres de todas partes, bajo todas las condiciones, respecto a la verdad sobre el origen del hombre y la moralidad. La Biblia no sólo es la verdad inspirada; es la norma final de toda pretensión de inspiración. MDS 30.7

Cada profeta que ha aparecido, en los tiempos del Antiguo o del Nuevo Testamentos, ha hecho de todos los escritos proféticos previos el hito para su propio ministerio. Cada uno, en un sentido, fue una luz menor que apuntó a la luz mayor. Pablo resumió sucintamente esta relación: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre do Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Tim. 3:16-17). MDS 30.8

Esta segunda prueba de la autenticidad de un profeta es clara e ineludible. Aunque profetas posteriores revelen ideas adicionales sobre los pensamientos de Dios respecto al plan de salvación, no contradirán los conceptos básicos ya dados. MDS 30.9