Mensajera del Señor

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Capitulo 35— Hermenéutica/4
Características Compartidas por los Escritores Bíblicos y Elena G. de White

“Poco caso se hace de la Biblia, y el Señor ha dado una luz menor para guiar a los hombres y mujeres a la luz mayor” .1 MDS 408.1

A comienzos de 1903 Elena de White, preocupada por la disminución de la obra de colportaje (evangelism de las publicaciones), escribió un artículo para la Review. En ese artículo expresó aprecio por la promoción exitosa de Palabras de vida del gran Maestro. 2 También escribió: “La Hna. White no es la originadora de estos libros. Contienen la instrucción que Dios le ha estado dando a ella durante el trabajo de su vida. Contienen la luz preciosa, consoladora, que Dios le ha dado bondadosamente a su sierva para que sea dada al mundo”. MDS 408.2

Luego amplió esta conexión entre la luz de Dios y sus escritos: “El Señor le ha enviado mucha instrucción a su pueblo, línea sobre línea, precepto sobre precepto, un poquito aquí y otro poquito allá. Poco caso se hace de la Biblia, y el Señor ha dado una luz menor para guiar a los hombres y mujeres a la luz mayor”.3 MDS 408.3

Nadie puede cuestionar que Elena de White consideraba a la Biblia como “la luz mayor”. Hay numerosas referencias, desde sus primeros días de ministerio hasta el último, que exaltaron la Biblia, como ser: “Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infallible de su voluntad. Constituyen la regla del carácter; nos revelan doctrinas, y son la piedra de toque de la experiencia religiosa”.4 MDS 408.4

Ella vio claramente la relación de sus escritos con la Biblia. No sólo eran para exaltar la Biblia, sino también para “atraer su atención” a ella, para llamar la “atención a las palabras de la inspiración que habéis descuidado de obedecer”, “para impresionar vividamente en el corazón las verdades... ya reveladas”, “para despertar e impresionar... [la] mente con ellas, a fin de que todos queden sin excusa”, “para hacer resaltar principios generales” y para “descender a las cosas pequeñas de la vida, para impedir que la débil fe muera”. 5 MDS 408.5