Mensajera del Señor

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Uso de fuentes comunes de información

Cuando Dios habla a los profetas no instala un diccionario o una enciclopedia en sus mentes. Los profetas toman el mensaje inspirado y hacen lo mejor posible para comunicarlo en formas de lenguaje y pensamiento que le harán justicia al mensaje. Algunos (como Pedro) necesitaban que otros les ayudasen con su gramática; 47 otros (como Lucas) reunían [información] de fuentes contemporáneas tanto como podían a fin de exponer la verdad que ardía en su interior. 48 Pablo usaba a escritores contemporáneos para establecer un mejor contacto con su público griego. 49 MDS 378.7

Los escritores del Antiguo Testamento dependían a menudo de informes orales o documentos anteriores a fin de preparar sus mensajes. Moisés no necesitó visiones para describir la historia de su nacimiento o para volver a contar las narraciones históricas que colocó en el Génesis. Los libros de Josué y Jueces fueron probablemente compilados durante la monarquía de David, de acuerdo con la evidencia interna. Los autores de Reyes y Crónicas obviamente usaron fuentes a las que a menudo hacían referencia. En realidad, a veces los autores citaban de otros libros del Antiguo Testamento sin dar crédito a sus fuentes: compare 2 Reyes 19:1-2 con Isaías 37:1-2, y 1 Crónicas 10:1-3 con 1 Samuel 31:1-3. 50 MDS 378.8

El Nuevo Testamento presenta muchos casos en los que se tomaba prestada información de fuentes no bíblicas, tales como la Sabiduría de Salomón, 51 1 Enoc, 52Testimonios de los doce patriarcas, 53 y los Tárgumes Palestinos. 54 MDS 379.1

Elena de White explicó francamente por qué ella usaba diversos historiadores al trazar “la historia de la lucha en las edades pasadas”. Ella escribió: “Con este fin, he tratado de escoger y reunir acontecimientos de la historia de la iglesia en forma que quedara bosquejado el desenvolvimiento de las grandes verdades comprobantes que en diversas épocas han sido dadas al mundo”.55 MDS 379.2

¿Cómo usaba ella a estos historiadores? Ella indicó: “En algunos casos cuando he encontrado que un historiador había reunido los hechos y presentado en pocas líneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en forma conveniente, he reproducido sus palabras, no tanto para citar a esos escritores como autoridades, sino porque sus palabras resumían adecuadamente el asunto. Y al referir los casos y puntos de vista de quienes siguen adelante con la obra de reforma en nuestro tiempo, me he valido en forma similar de las obras que han publicado”. 56 MDS 379.3

Como lo hicieron todos los profetas, Elena de White tuvo que proveer el lenguaje humano para comunicar los grandes pensamientos y los panoramas abarcantes que ella veía en visión o sentía en otros momentos de comunicación divina. Su capacidad para proveer un lenguaje y estilo apropiados maduró a medida que pasaron los años, como lo indica cualquier estudio de sus manuscritos personales y de sus escritos que han sido publicados. A veces ella reconocía que otros habían escrito con belleza y precisión sobre ciertos temas que deseaba hacer más claros en sus escritos. Para revestir mejor esas verdades reveladas divinamente ella utilizaba expresiones prestadas. La motivación que siempre la apremiaba era prontitud en la transmisión de la verdad junto con toda la gracia humana que fuese posible. MDS 379.4

Algunos han suscitado dos preguntas respecto a los escritores bíblicos y a Elena de White: ¿Cómo afecta a la autoridad del escritor el hecho de que pida material prestado? ¿Se vuelve inspirado el material prestado? Estas preguntas surgen porque se entiende erróneamente la inspiración como dictado mecánico (inspiración verbal). MDS 379.5

Probablemente no se formularían esas dos preguntas si se entendiera que se permite a los profetas encontrar los mejores métodos a su disposición para comunicar los pensamientos que Dios les ha dado. 57 MDS 379.6

¿Cuál es, entonces, el valor del material prestado? Parece lógico que si Dios reveló su mensaje a los profetas, también les ayudaría a comunicar el mensaje en lenguaje humano. Elena de White indicó que Dios “guió la inteligencia de ellos en la elección de lo que debían decir y escribir. El tesoro fue confiado a vasos de barro, pero no por eso deja de ser del cielo”.58 MDS 379.7

En cierto sentido, Dios no esperaba que el escritor bíblico “reinventara la rueda”. Guió a Pablo para que tomase prestado de libros apócrifos para desarrollar una parte sustancial de Romanos 1. Lo guió para que encontrase material útil, por lo menos para los oyentes de su tiempo, en los tárgumes judíos (traducción o paráfrasis aramea de una porción del Antiguo Testamento) para desarrollar 1 Corintios 10:1-4 y 2 Timoteo 3:8. Guió a Juan para encontrar ayuda generosa en fuentes contemporáneas tales como los tárgumes y 1 Enoc. Si el lenguaje ya disponible parecía ayudar al autor bíblico para apresurar la preparación de su mensaje, él tomaba prestado prudentemente para lograr su propósito. Sin duda muchos de sus contemporáneos reconocían rápidamente de dónde el escritor había tomado prestado su material. Para los que recibían el mensaje del profeta, ese préstamo no era un problema: veían el cuadro amplio del mensaje del escritor. MDS 379.8

En forma semejante, muchos en los días de Cristo reconocían sus referencias a fuentes extrabíblicas que él usaba para desarrollar sus mensajes, mensajes que eran verdaderamente originales. Pero su uso de fuentes no tenía nada que ver con la autoridad u originalidad de sus mensajes. 59 MDS 380.1

¿Se vuelve inspirado el material prestado? Sólo en el sentido de que ayuda al escritor a expresar más claramente su mensaje. Esto puede conducir a otra pregunta: ¿Por qué ni Pablo ni Juan dieron crédito a los autores del material que tomaron prestado? Tal vez creían, como pasó con Elena de White, que “todo rayo del pensamiento, todo destello del intelecto, procede de la Luz del mundo”. 60 Esta convicción de que Dios es el Autor de toda verdad puede haber sido una de las razones por las que no sintieron la necesidad de hacer referencia a sus frecuentes “préstamos”. MDS 380.2