Mensajera del Señor

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La temperancia comienza en el hogar

El 3 de enero de 1873, Elena de White tuvo una visión en la que se le mostró que los movimientos de temperancia estaban limitados en su efectividad porque restringían su lucha contra la intemperancia al uso de las bebidas alcohólicas. Ella escribió: “La intemperancia está aumentando por todas partes, pese a los esfuerzos fervientes hechos durante el año pasado para impedir su progreso. Se me mostró que el poder gigantesco de la intemperancia no será controlado por ninguno de los esfuerzos que se han hecho. La obra de la temperancia debe comenzar en nuestras familias, en nuestras mesas”. 24 MDS 365.13

Además escribió lo siguiente: “La intemperancia comienza en nuestras mesas. Se complace el apetito hasta que su complacen- cia se convierte en una segunda naturaleza. Por el uso del té y el café se forma un apetito por el tabaco, y esto estimula el apetito por los licores”. 25 MDS 365.14

Pero la intemperancia no es sólo un asunto de comida y bebida; incluye “la indulgencia excesiva en comer, beber, dormir o en lo que se ve”.26 Debe vencerse la intemperancia en ciertos hábitos de vestir. 27 Debe evitarse la intemperancia en el exceso de trabajo, en el estudio, en buscar riquezas.28 MDS 366.1

La única cura para la intemperancia es recuperar el dominio propio. A menudo Elena de White recalcó el principio de que “las pasiones han de obedecer a la voluntad, que a su vez ha de obedecer a Dios. El poder soberano de la razón, santificado por la gracia divina, debe dominar en nuestra vida”.29 MDS 366.2

Ella señaló que cuando los hábitos físicos no son correctos, “nuestras facultades mentales y morales no pueden ser fuertes”.30 MDS 366.3

Vio la conexión directa que existe entre el dominio propio y el desarrollo del carácter, entre el dominio propio en todas las áreas de la vida y la preparación para la venida del Señor: “El poder dominante del apetito causará la ruina de millares de personas, que, si hubiesen vencido en ese punto, habrían tenido fuerza moral para obtener la victoria sobre todas las demás tentaciones de Satanás. Pero los que son esclavos del apetito no alcanzarán a perfeccionar el carácter cristiano”. 31 MDS 366.4

El desafío del dominio propio en toda área de la vida es para todos los cristianos, especialmente para aquellos que están proclamando el “Evangelio eterno” en los últimos días: “Hacer clara la ley natural e instar a que se la obedezca es la obra que acompaña al mensaje del tercer ángel, con el propósito de preparar un pueblo para la venida del Señor”. 32 MDS 366.5