Mensajera del Señor

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Rasgos de la reforma pro salud no relacionados con la alimentación

Aspectos objetables de la Vida en las ciudades. En 1890 Elena de White habló de Satanás que obraba para “envenenar la atmósfera”. En 1902 predijo que la vida urbana “se volverá más y más indeseable” y que será “un peligro para la salud” con el “predominio del aire viciado, el agua impura, la comida impura”, incluyendo “gases venenosos”. Anticipaba el día cuando muchos se trasladarían al campo, “porque la maldad y la corrupción aumentarán a tal punto que la misma atmósfera de la ciudad parecerá estar contaminada”. 124 Las investigaciones modernas confirman esta advertencia. MDS 328.2

El efecto beneficioso de la luz solar. Elena de White escribió en 1865 que la atmósfera de las habitaciones que no están expuestas a la luz y al aire “es tóxica, porque no ha sido purificada por la luz y el aire”. ¿Por qué? “Los gérmenes mortíferos abundan en los rincones oscuros y descuidados, en los desechos pútridos... La limpieza perfecta, la abundancia de sol, la cuidadosa atención a las condiciones sanitarias de todo detalle de la vida doméstica, son esenciales para librarse de las enfermedades y para alegrar y vigorizar a los que vivan en la casa”. 125 MDS 328.3

El ejercicio y la salud física. El ejercicio afecta directamente la circulación de la sangre. Contrariamente a lo que decía la medicina convencional en el siglo XIX, el ejercicio es vital para recuperarse de la mayoría de las enfermedades como también para la prevención de las mismas. En 1872 Elena de White escribió que “ningún ejercicio... puede tomar el lugar de la caminata. Mediante ella se activa grandemente la circulación de la sangre”. MDS 328.4

Dos años antes ella declaró que “todos los que pueden hacerlo deben caminar al aire libre cada día, verano e invierno”. ¿Por qué? “Los músculos y las venas se capacitan para cumplir mejor su trabajo. Habrá mayor vitalidad, lo que es tan necesario parala salud”. En 1905 ella dio varias razones por las que “la inacción es causa fecunda de enfermedades”: (1) retarda la circulación de la sangre; (2) las impurezas no son expulsadas a través de la piel; (3) los pulmones no se alimentan con aire fresco; (4) descansa una doble carga sobre los órganos de excreción. 126 MDS 328.5

El ejercicio reduce el riesgo de un ataque cardíaco. 127 Las personas sedentarias tienen un riesgo dos veces mayor de sufrir una enfermedad del corazón y alta presión sanguínea en comparación de las personas físicamente activas.128 Aun niveles medios de actividad física en los hombres protegen contra ataques apopléjicos. 129 El riesgo relativo de mortalidad para las mujeres entre los 50 y los 74 años era un tercio menor en el grupo de las más activas en comparación de las menos activas. 130 MDS 328.6

El ejercicio también puede reducir el riesgo de cáncer del colon, de la próstata y del seno, como también de diabetes. 131 Después de recalcar que una persona debiera ser moderadamente activa durante 30 minutos o más en la mayoría de los días de la semana, el informe de la Sociedad Norteamericana de Cáncer de 1996 notó que “la actividad física puede ayudar a proteger contra algunos cánceres, ya sea al equilibrar el ingreso calórico con el gasto de energía o mediante otros me canismos. Un desequilibrio entre el ingreso y el desgaste de calorías puede conducir al sobrepeso, a la obesidad y a un riesgo mayor de cánceres en varios sitios: colon y recto, próstata, endometrio, del seno (entre las mujeres postmenopáusicas) y riñón”. 132 MDS 328.7

El ejercicio puede reforzar el sistema inmunológico.133 MDS 329.1

El ejercicio y la capacidad mental. Elena de White escribió que . “la inacción física no sólo disminuye el poder mental sino también el moral”.134 En un estudio de veinte personas que hicieron ejercicio tres veces por semana durante seis meses se notó una relación entre el ejercicio y la capacidad de pensar. Conclusión: No sólo había mejorado un veinte por ciento su aptitud física sino que también eran setenta por ciento mejores para efectuar decisiones que antes de comenzar su régimen de ejercicio.135 MDS 329.2

Una caminata después de las comidas . La Sra. White expresó claramente que no debiéramos ocuparnos en trabajo cerebral inmediatamente después de una comida”. Además dijo que no debiéramos considerar este consejo como “un asunto de importancia trivial”. “El empeñarse en estudio profundo o en ejercicio violento inmediatamente después de comer, perturba el proceso digestivo... Una corta caminata después de una comida, con la cabeza erguida y los hombros echados atrás, realizando así un ejercicio moderado, resulta de gran beneficio”.136 MDS 329.3

En 1964, el Dr. Gerhard Volkheimer, un investigador cardiovascular en Berlín, informó que había encontrado que “la inactividad física puede conducir a la’ acumulación de quilo (grasa) en el conducto torácico. Y cualquier movimiento repentino puede aparentemente impulsar suficiente quilo en la sangre como para producir una embolia corona ria”.137 Debido a su investigación, el Dr. Volkheimer recomendó firmemente que se hiciera una caminata después de la comida para evitar el riesgo de un ataque coronario. MDS 329.4

Sueño adecuado. La Sra. White incluyó un programa de sueño adecuado como parte de sus ocho remedios naturales. 138 Después de vincular el vigor mental con la salud física, ella escribió: “Períodos apropiados de sueño y descanso y una abundancia de ejercicio físico son esenciales para la salud del cuerpo y la mente. Robarle a la naturaleza sus horas de descanso y recuperación al permitirle a un hombre, que haga el trabajo de cuatro, o de tres, o aun de dos, resultará en una pérdida irreparable”.139 MDS 329.5

En el estudio de Belloc-Breslow se indicó que dormir siete a ocho horas por noche es uno de los factores de salud que extiende la vida tanto como once años. 140 MDS 329.6

La confianza en Dios. Mucho antes de que muchos hubiesen vinculado la salud con los valores espirituales, la Sra. White escribió: “El valor, la esperanza, la fe, la simpatía y el amor fomentan la salud y alargan la vida”.141 Existe una fuerte correlación entre la mente y el cuerpo para lograr la recuperación física, incluso en el programa de revertir la enfermedad del corazón. 142La Sra. White fue igualmente clara en cuanto a la manera como los valores espirituales no sólo ayudan a curar la enfermedad, sino que quizás son “la mayor salvaguardia de la salud”.143 MDS 329.7

Abundan las publicaciones que documentan el hecho de que la fe y el apoyo social de la familia y los amigos alientan el bienestar mental y espiritual. 144 Las personas que asisten regularmente a la iglesia tienen menos enfermedades que los que no van. Los judíos no religiosos tienen el doble de probabilidad de sufrir un ataque coronario que los que asisten a la sinagoga. 145 MDS 329.8

El cáncer, un virus. En las páginas 322-323 examinamos las instrucciones de Elena de White respecto a factores de la dieta que pueden causar el cáncer. En la época en que ella escribió, los hombres y mujeres de ciencia destacados declaraban enfáticamente que el cáncer no era infeccioso, que no había un germen del cáncer. Décadas más tarde, en 1956, Wendell Stanley, un doctor en virología y ganador del Premio Nóbel, afirmó su creencia de que “los virus causan la mayoría o todos los cánceres humanos”. Describió los virus como “gérmenes diminutos” que “acechan en el cuerpo humano por años, aun toda una vida; algunos causan problemas, otros no... En algunos casos, los virus del cáncer pueden volverse ac tivos por el envejecimiento, las indiscreciones alimenticias, el desequilibrio hormonal, los elementos químicos, la radiación, o una combinación de estas tensiones, y como resultado pueden aparecer tumores malignos”. 146 Desde entonces se han hecho muchas investigaciones científicas sobre el cáncer, prestando apoyo a la referencia de Elena de White a los “gérmenes del cáncer”, * pero en la actualidad se cree que también hay otras causas más comunes del cáncer. MDS 329.9

El Dr. Robert J. Huebner, jefe del Laboratorio de Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud en Bethesda, Mary-land, informó en 1961 que “no hay la menor duda en nuestra mente que los cánceres humanos son causados por virus. En este respecto, son simplemente enfermedades infecciosas”. 147 MDS 330.1