Mensajera del Señor

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Cómoda con los caballos

He aquí una mujer que en un tiempo había sido frágil, de 1,57 m de altura (cinco pies y dos pulgadas), que podía ensillar caballos y andar en ellos como la mayoría de los hombres. 2 Además de eso, basada en su propia experiencia, ella recomendó fuertemente que los varones debían aprender, ya sea en la casa o en la escuela, a “tender la cama, ordenar una pieza, lavar la loza, preparar una comida, lavar y remendar su ropa”. Las niñas debieran “aprender a enjaezar y guiar un caballo, manejar el serrucho y el martillo, lo mismo que el rastrillo y la azada”. 3 MDS 102.3