Elena De White: Mujer De Visión
ADOPTANDO UN NOMBRE DENOMINACIONAL
El congreso, habiendo alcanzado un consenso sobre la necesidad de organizar la asociación publicadora, enfrentaba ahora un desafío adicional. A fin de ser dueños legalmente de una propiedad se necesitaba escoger un nombre para los grupos de adventistas observadores del sábado esparcidos extensamente en Nueva Inglaterra y en la región del Oeste medio. MV 79.4
El congreso entró cautelosamente en esta área altamente sensible. El Hno. Poole temía que adoptar un nombre general los perjudicaría como pueblo. J. B. Frisbie se oponía a un nombre sectario, pero veía la necesidad de alguna uniformidad de los términos por los que el cuerpo de observadores del sábado sería conocido. Moses Hull pensaba que las iglesias en diversos lugares podían ser conocidas como “la iglesia que adora en el séptimo día en tales y tales lugares”. Jaime White declaró que no veía cómo podían tener éxito sin algún nombre, y que no podrían tener propiedades sin un nombre. La ley era específica en ese punto. No podía ver que esto era meterse en Babilonia. M. E. Comell fue claro al expresar sus sentimientos: MV 79.5
Los mandamientos de Dios y la fe de Jesús es un rasgo que nos distingue a nosotros de las otras denominaciones... Hay confusión en los nombres ya escogidos; y si no se hace algo aquí, las iglesias seguirán escogiendo diferentes nombres todavía. Un nombre general nos conducirá a la unidad y no a la confusión (Ibíd.). MV 79.6
La discusión continuó con intensidad durante las horas de la mañana hasta las 11:00, cuando pareció en orden tener un receso. Las minutas de las discusiones después del almuerzo rezaban así: MV 80.1
Nuevamente se presentó la pregunta ante los presentes: “¿Adoptaremos algún nombre?” Algunos que previamente habían estado opuestos a dicho paso expresaron aquí su cambio de opinión, y su disposición a cooperar con sus hermanos en este rumbo (Ibíd.). MV 80.2
El Hno. Sperry estaba dispuesto a deponer su prejuicio sobre el altar, creyendo que Dios daría sabiduría. Stephen Belden, empleado en la oficina de la Review, expresó sus sentimientos de que marchar sin un nombre sería como publicar libros sin títulos, o despachar una revista sin un encabezamiento. MV 80.3
Jaime White tomó entonces la palabra y pidió disculpas por respeto a algunos de los hermanos que parecían sentir temor de adoptar un nombre. La Review informó: MV 80.4
Él [Jaime] había estado una vez en la misma posición. En tiempos pasados cuando éramos comparativamente pocos, él no veía la necesidad de dar ninguno de esos pasos. Pero ahora se estaban levantando grupos numerosos de hermanos inteligentes, y sin alguna regulación de este tipo nos precipitaríamos en la confusión. MV 80.5
Él entonces hizo un repaso del pasado, mencionando la oposición que algunos habían manifestado todo el tiempo, primero contra la idea de publicar una revista, luego contra la publicación de panfletos, luego contra el hecho de tener una oficina, luego contra la venta de publicaciones, después contra el orden de la iglesia, después contra el plan de tener una prensa mecánica. Había sido difícil convencer a algunos de los hermanos sobre la necesidad de estas cosas, pero todas ellas habían sido esenciales para la prosperidad de la causa (Ibíd.). MV 80.6
Finalmente se puso ante los delegados la moción de adoptar un nombre, y fue aprobada. Las minutas rezan así: “Nadie disintió, aunque unos pocos declinaron de votar”. Volviendo nuevamente a las minutas de este congreso de 1860, encontramos la historia del resultado, el cual originó el nombre por el cual los adventistas observadores del sábado serían conocidos. MV 80.7