Elena De White: Mujer De Visión
CAPITULO 34— Un Año TRASCENDENTAL: BALLENGER, JONES, KELLOGG
El año 1905 sólo tenía una hora de existencia cuando Elena de White se levantó y fue a su escritorio. MV 499.1
Es una mañana fresca. Prendí el fuego. Me incliné ante el Señor en oración. Tengo tantas cosas que abruman mi mente. Le pido al Señor Jesús que me dirija, que me guíe... MV 499.2
Necesito que el Gran Guía controle mi mente... ¡Oh, cuánto siento que necesito la dirección del Espíritu Santo! (MS 173, 1905). MV 499.3
Resultó ser un año trascendental. En el mismo momento en que ella estaba escribiendo, parte del Sanatorio Melrose, en Nueva Inglaterra, estaba siendo destruida por el fuego. Por supuesto, se enteraría de eso más tarde. Dos nuevos sanatorios en el sur de California, iniciados en respuesta a sus urgentes llamados, estaban luchando para establecerse, y ella pronto pediría que se iniciase un tercero. La denominación estaba pasando por un proceso angustioso con motivo de la defección del Dr. John Harvey Kellogg y sus asociados. La obra creciente en el Sur enfrentaba muchas necesidades. MV 499.4
Se había planeado que la sesión de la Asociación General de 1905 comenzase el 11 de mayo en Washington, D. C. Elena de White fue invitada, pero estaba en duda de si debería asistir. En su correspondencia insinuaba que probablemente no viajaría. El trabajo con sus libros pedía su atención, y ella sentía que debería permanecer cerca del trabajo. Sin embargo, al aproximarse el tiempo para la sesión, ella trazó planes para ir si parecía que era su deber hacerlo. MV 499.5
Noche tras noche, en visiones, le parecía estar hablando a grandes congregaciones o asistiendo a importantes reuniones de comités. Escribió de cómo había tenido “presentaciones respecto a los engaños que Satanás está introduciendo en este tiempo” (Carta 99, 1905). MV 499.6
¿Se estaba refiriendo a la reciente revelación en su correspondencia de que A. F. Ballenger, un obrero en Inglaterra, estaba enseñando puntos de vista sobre la verdad del santuario que anularían la comprensión bien fundada del ministerio de Cristo en el santuario celestial? ¿Era la intensificación venidera de las opiniones de Kellogg, las cuales, declaró ella una vez, “virtualmente destruían al Señor Dios mismo”? (Carta 300,1903.) ¿Podría ser la creciente apostasía de A. T. Jones? MV 499.7
Cuando A. G. Daniells, presidente de la Asociación General, se enteró que había algunas dudas en la mente de Elena de White en cuanto a si asistiría al congreso o no, le escribió en estos términos: MV 500.1
No sabía que hubiese en absoluto alguna duda en cuanto a su venida... Los miembros del Comité de la Asociación General localizados en Washington, y los principales hermanos que viven aquí, desean que usted asista a esta reunión, y le enviamos una cordial invitación para que venga (AGD a EGW, 19 de abril, 1905). MV 500.2
Como yo espero con toda seguridad que usted vendrá, no escribiré más sobre este asunto. Haremos los mejores arreglos que sepamos hacer para su hospedaje (Ibíd.). MV 500.3
Con este mensaje apremiante del presidente de la Asociación General, la Sra. White decidió asistir. Rápidamente se hicieron los arreglos relacionados con el personal [que iría] y los planes de viaje. Se escogió la ruta del sur para el viaje. Veinte a veinticinco personas viajarían juntas, casi llenando el coche de clase de turismo que las llevaría a Washington. MV 500.4
Acompañando a Elena de White estaban su hijo W. C. White; su esposa, May; y Maggie Hare. El grupo llegó a la estación de Washington el martes 9 de mayo por la mañana, a las 10:00 a.m. Después de pasar la noche en el pequeño sanatorio temporario que se estaba abriendo en Washington en un edificio alquilado, el grupo se trasladó al dormitorio de varones que se acababa de completar, en Takoma Park, donde se les dieron cuatro cuartos. Dos eran para la Sra. White (un dormitorio y un cuarto de trabajo), uno para W. C. White y su esposa, y otro para Maggie Hare. MV 500.5
Elena de White estaba contenta de ver el desarrollo de la obra en la escuela. Cuando había dejado Washington a mediados de agosto de 1904, la construcción estaba recién comenzada. Ahora este edificio estaba terminado, y el trabajo en otros estaba progresando. MV 500.6
Ella informó que había “resistido el viaje notablemente bien, y que se sentía más fuerte cuando dejó los coches en Washington que cuando subió [al tren] en San Francisco”. Declaró lo siguiente: MV 500.7
No puedo sino sentir que el Señor está conmigo en mi viaje a Washington en este momento. Tengo un mensaje que presentar. Con la ayuda de Dios, permaneceré firme de parte de lo correcto, presentando la verdad sin que se mezcle con las falsedades que se han estado introduciendo furtivamente (Carta 135, 1905). MV 500.8
El pastor Daniells planeó que esta sesión de la Asociación General sería pro- fundamente espiritual. Vio la importancia de mejorar la calidad del ministerio, de modo que se trazaron planes para un instituto ministerial que funcionase a lo largo de la sesión, dedicándose una hora diaria a la presentación de temas apropiados. También se celebrarían reuniones departamentales. MV 500.9
Pero era el interés espiritual de la causa lo que gravitaba más pesadamente sobre su corazón. Esto se reflejó en la reunión de apertura a las 10:30 a.m. del jueves 11 de mayo. MV 501.1