Elena De White: Mujer De Visión

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MENSAjES DE ELENA DE WHITE A LOS DELEGADOS

El sábado de noche, 28 de marzo, se le mostró a Elena de White en visión lo que debía traer a la sesión. Esto la indujo a pedir el privilegio de dirigirse a los delegados el lunes Je tarde. En lugar de la reunión administrativa regular ella presentó un sermón sobre el reinado de Josías. 2 Habló de la investigación que hizo el rey y del castigo por la apostasía. Declaró lo siguiente: MV 446.3

Dios está observando hoy a su pueblo. Deberíamos tratar de descubrir qué quiere decir él cuando arrasa nuestro sanatorio y nuestra casa publicadora. No sigamos adelante como si no hubiera nada malo. El rey Josías rasgó su manto y rasgó su corazón. Lloró y se lamentó porque no había tenido el libro de la ley, y no conocía los castigos que en él se advertían. MV 446.4

Dios quiere que recobremos el buen sentido. Quiere que busquemos el significado de las calamidades que nos han sobrecogido, para que no transitemos en los pasos de Israel y digamos: “Templo de Jehová, templo de Jehová” somos, cuando no somos esto en absoluto (Id., p. 31). MV 446.5

El sábado de mañana ella había dicho: MV 446.6

Dios quiere trabajar por su pueblo y por sus instituciones, por cada sanatorio, cada casa publicadora y cada escuela, pero no quiere que se levanten más edificios enormes, porque son una trampa. Por años él le ha dicho esto a su pueblo (Id., p. 10). MV 446.7

El miércoles de mañana, l° de abril, ella habló en el servicio devocional. Se refirió a la crítica mezquina y a la práctica de buscar faltas en otros, a la calumnia y al canibalismo. Luego comenzó a referirse a las instituciones de la iglesia y a algunos de los problemas que estas instituciones enfrentaban. MV 446.8

Recordó a sus oyentes los apuros económicos por los que estaba pasando la casa publicadora en Cristianía (Oslo), Noruega. Algunos querían dejar que la casa se hundiese en sus problemas financieros, pero ella dijo que “se me ha dado luz que debía colocarse la institución donde pueda hacer su trabajo” (Id., p. 58). Luego se refirió a la cuestión del Sanatorio de Battle Creek, lo que estaba en la mente de muchos, porque la institución se estaba reedificando a un costo dos o tres veces mayor que lo que se había presupuestado. Se estaban acumulando grandes deudas. Algunos en la reunión probablemente se sorprendieron cuando oyeron las palabras: MV 446.9

Permítanme decir que Dios no tiene el propósito de que el sanatorio que ha sido erigido en Battle Creek sea en vano. Quiere que su pueblo comprenda esto. MV 447.1

Él quiere que esta institución sea colocada en una posición ventajosa. No quiere que su pueblo sea mirado por el enemigo como un pueblo que está desapareciendo del escenario (Ibíd.). MV 447.2

Pidió que se realice otro esfuerzo para colocar la institución sobre un terreno sólido, y declaró: “El pueblo de Dios debe hacer desarrollar esa institución en el nombre del Señor”. MV 447.3

Un hombre no debe estar solo a la cabeza de ella. El Dr. Kellogg ha llevado la carga hasta que casi lo ha matado. Dios quiere que sus siervos estén unidos al llevar esa obra adelante (Ibíd.). MV 447.4

Antes de terminar su presentación, declaró: MV 447.5

Debido a que los hombres han cometido errores, no deben ser desarraigados. La bendición de Dios sana; no destruye. El Poderoso Sanador, el gran Médico Misionero, estará en medio de nosotros para sanar y bendecir, si nosotros lo recibimos (Id,, p. 59). MV 447.6

Note cómo se relacionaba Elena de White con situaciones de esta clase. Sabía que algunas instituciones habían sido construidas con exceso de edificios, en desprecio del consejo que Dios había dado. Pero aun cuando se habían cometido errores, ella sostenía que éstas eran instituciones de Dios, que la iglesia debía apoyarlas y hacerlas triunfar. MV 447.7

Al término del mensaje devocional de Elena de White en el segundo domingo de mañana de la sesión, mientras ella estaba descendiendo de la plataforma, un hombre corrió hacia delante e intentó atacarla. El hombre era Helge Nelson, quien pretendía tener el don profético, y dos años antes había buscado repetidamente una oportunidad para hablar en público en la Asociación General. En cuanto a este intento de ataque contra la Sra. White este domingo de mañana, un diario informó: MV 447.8

La venerable exhortadora vaciló contra los escalones de la plataforma donde está el pulpito y se bamboleó débilment e mientras era sostenida por varios hombres que estaban cerca, cuando la mano del atacante cayó sobre la desprevenida mujer. Rápidamente, en medio de la escena de gran conmoción, “Angel Nelson” [el título adoptado por su atacante] fue sacado de la iglesia precipitadamente por algunos ancianos vigorosos. Mientras otros ayudaban a la mujer que había sido golpeada, Alonzo T. Jones, presidente de la Asociación de California de los Adventistas del Séptimo Día, llamó a la policía y Nelson fue llevado apresuradamente a la prisión de la ciudad por el oficial de policía Flynn, acusado de agresión. MV 447.9

El informe declaró que “la Sra. White recobró rápidamente la calma, y recibió alegremente las felicitaciones de sus amigos porque el ataque no había causado dificultades más serias” (DF 586). MV 448.1

Aunque no se le había dado a Nelson una oportunidad de hablar en 1901, se reunió con algunos de los principales obreros de la iglesia. Les relató a los hermanos su experiencia y cuál era su llamado de acuerdo con lo que él entendía. En la reunión de este comité Elena de White contó cuáles habían sido sus contactos anteriores con el Sr. Nelson. Dijo cómo él había venido a la casa de ella, en California, y ella había pasado tiempo escuchándole. Ella declaró: “Dios no le ha dado al Hno. Nelson la obra de actuar como Josué en conexión con su pueblo. Por la luz que he tenido, esto no podía ser. Es una imposibilidad” (RH, 30 de julio, 1901). Terminó sus observaciones diciendo: MV 448.2

Amamos a nuestro hermano. Queremos que sea salvo, pero no podemos permitirle que tome el tiempo de este congreso. Ést e no es su tiempo. Dios nos ha dado una obra para hacer, y nos proponemos hacerla, bajo su supervisión, para que las almas puedan ser conducidas al conocimiento de la verdad presente (Ibíd.). MV 448.3