Elena De White: Mujer De Visión

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CAPITULO 30— LA SESIÓN DE LA ASOCIACIÓN GENERAL DE 1903

LA SESIÓN PREVIA A LA SESIÓN REGULAR

Oakland, California, había sido escogida como el sitio para la sesión de la Asociación General de 1903. La sesión iba a iniciarse el viernes 27 de marzo y se extendería hasta el tercer sábado. Las reuniones se celebrarían en la iglesia de Oakland. La mayoría de los delegados permanecerían en las casas de miembros de iglesias y desayunarían con sus anfitriones. Se armó una carpa grande cruzando la calle desde la iglesia, donde el personal del restaurante vegetariano de San Francisco serviría las comidas del mediodía y de la noche. Se había rentado una casa vacía en Oakland para el uso de Elena de White y su personal durante la session de la Asociación General. MV 441.1

El lunes 23 de marzo la Sra. White viajó a Oakland. Willie había ido un día antes. Sara McEnterfer, Maggie Hare, C. C. Crisler y D. E. Robinson fueron junto con Elena de White. Ella había esperado que podrían conducir hasta allá, o al menos que podría tener acceso a un carruaje mientras estuviese allí, porque los paseos en un carruaje le permitían descansar cuando ella se sentía bajo presión. Esto no fue factible, de modo que se rentó una silla de ruedas confortable que le ayudaría para ir desde la casa alquilada a la iglesia donde se celebraban las reuniones. MV 441.2

El martes de mañana el pastor Daniells, sabiendo que Elena de White había llegado a Oakland, fue a saludarla y a darle la bienvenida. Él se preguntaba: ¿Cómo me saludará? Sabía que el Dr. Kellogg le había escrito una carta de 70 páginas para llenarla de prejuicios contra él. Sabía que si alguien podía influir en ella era el Dr. Kellogg. 1 Cuando subió al porche encontró que la puerta delantera estaba abierta. Miró por el pasillo y vio a Elena de White sentada en una silla mecedora en la cocina. Avanzó por el pasillo hasta la cocina. Cuando ella lo vio que se acercaba, lo llamó: “Entre, Hno. Daniells”. Aferrando su mano en un saludo cálido y mirándolo a los ojos, le dijo: “¿Sabe usted que estamos enfrentando una gran crisis en esta reunión?” MV 441.3

“Sí, Hna. White”, replicó él. MV 441.4

Ella aferró su mano más fuertemente y con vigor en sus ojos dijo: “No vacile una pizca en esta crisis”. MV 441.5

A esto Daniells replicó: “Hna. White, estas son las palabras más preciosas que jamás oí. Yo sé quién es usted y qué quiere decir” (DF 15a, AGD, “Cómo la Denominación fue Salvada del Panteísmo”, copia A, pp. 16-17). MV 442.1

Luego la mensajera del Señor reveló las fuerzas que estaban detrás de los problemas que enfrentaban. “Permítame decirle —dijo ella—, Satanás tiene ahora sus representantes precisamente aquí, en este lugar, y ahora, y el Señor me ha ordenado: No tengas una entrevista con el Dr. Kellogg, ni ninguna consulta, ba jo ninguna circunstancia, con ese hombre” (Ibíd.). MV 442.2

Esta sesión sería diferente de cualquier otra que la hubiese precedido. Con las nuevas uniones asociaciones funcionando bien, muchos asuntos que normalmente irían a la Asociación General estaban siendo manejados por comités de las Uniones y Asociaciones. MV 442.3

Se planeó que esta sesión sería “más un concilio de obreros dirigentes que una ocasión para instruir a la multitud” (20 WCW, p. 381). Esto permitiría que los obreros regulares de la denominación continuasen su trabajo en el campo. Habría menos delegados que los que se reunieron para la sesión de 1901 en Battle Creek; la disposición inicial requería 134. MV 442.4

Esta fue la primera sesión de la Asociación General bajo la nueva constitución que se había adoptado dos años antes. No sólo estaba trabajando bien el plan de las uniones asociaciones, sino que las diversas corporaciones y asociaciones estaban siendo desarrolladas en departamentos bajo la dirección del Comité de la Asociación General. MV 442.5

Se había descubierto tempranamente una debilidad en la constitución de 1901, a saber, que la obra como estaba planeada por los delegados debía ser administrada por el Comité de la Asociación General de 25 miembros, bajo oficiales elegidos por él: un presidente, un secretario y un tesorero. Bajo este arreglo los oficiales de la iglesia no recibían su mandato de los miembros [a través de los delegados]. Sólo eran responsables ante un comité de 25 miembros. MV 442.6