Elena De White: Mujer De Visión
COLOCANDO LA PIEDRA FUNDAMENTAL
Con los planos dibujados y aceptados y las licitaciones concedidas, el siguiente paso era colocar la piedra fundamental. El domingo 11 de mayo de 1902 por la tarde, unas 10.000 personas se reunieron para las extensas ceremonias, con oradores invitados del gobierno y de entre los dirigentes religiosos de la ciudad. Los empleados del sanatorio estaban sentados detrás de la plataforma de los oradores, y los huéspedes del sanatorio y los ciudadanos, enfrente. W. W. Prescott tuvo a su cargo el discurso principal de la tarde. Muy apropiadamente, el mismo Dr. John Harvey Kellogg colocó la piedra fundamental. En su discurso les recordó a los ayudantes, visitas y habitantes del pueblo los principios que representaba la institución. Se refirió a su historia, una historia que a menudo se había vinculado con la dirección providencial de Dios a través de la luz dada a la Sra. White. MV 419.7
Comparó esta nueva institución con la ciudad del templo, Jerusalén, al cual los antiguos israelitas miraban desde todas partes del mundo. Al pasar, notamos que en este discurso apareció un elemento de panteísmo, lo que representaba una filosofía que él acariciaba firmemente en su corazón, pero cuyos peligros aún no habían sido vistos por sus asociados. MV 420.1
Kellogg era un hombre enérgico, vigoroso, persuasivo, y de alguna manera a los líderes de la Asociación General hasta mediados de la década de 1890 les resultó difícil resistir su insistencia en pedir prestado dinero para inversiones de capital para instituciones, tras lo cual persuadía a la Asociación General a que asumiese las obligaciones. Las deudas se acumulaban sobre las deudas, deudas asumidas sin ningún plan sistemático para su amortización. MV 420.2
Cuando el pastor Daniells asumió sus responsabilidades como dirigente de la iglesia después de la sesión de la Asociación General de 1901, se sintió consternado al encontrar que las deudas institucionales eran de cerca de $500.000 en total. En el contexto de los tiempos, ésta era una suma enorme. El sueldo máximo de ministros, médicos y empleados de las casas publicadoras en ese tiempo era de $12 a $15 por semana (DF 243d). MV 420.3
Mientras tanto, se estaba colocando ladrillo sobre ladrillo en Battle Creek, y el edificio del sanatorio se estaba levantando, un edificio que los dirigentes de la iglesia pronto descubrirían que costaría entre dos y tres veces más que la cantidad presupuestada. Encima de todo esto, no se cumplieron todas las promesas de ayuda financiera que se hicieron cuando la institución fue destruida por el fuego. Algunas de las promesas de hombres de negocios y ciudadanos de Battle Creek nunca fueron concretadas. El ingreso que se esperaba por las ventas de El Templo Viviente, el libro donado del Dr. Kellogg, no se materializó, porque los dirigentes de la iglesia lo encontraron saturado de filosofías panteístas. No hay indicación de que se guardó o siquiera recordó el compromiso hecho por la junta del sanatorio o el Comité de la Asociación General de que no se incurriría en una deuda adicional al reedificar el sanatorio. MV 420.4
El 6 de julio un mensaje de Elena de White dirigido al Comité de la Asociación General y a la Junta Médico-Misionera incluía este consejo: MV 420.5
Se me ha instruido que diga que no se debe recurrir a nuestro pueblo para la obtención de medios a fin de erigir un inmenso sanatorio en Battle Creek; el dinero que se usaría en la erección de ese edificio gigante debiera usarse en instalar plantas en muchos lugares. No debemos extraer todo lo que podamos de nuestro pueblo para el establecimiento de un gran sanatorio en un lugar, a expensas de otros lugares, que no progresan por falta de medios (Carta 128, 1902). MV 420.6