Elena De White: Mujer De Visión
ESTABLECIENDO LOS PILARES DE LA FE
Después del Chasco de 1844, grupos pequeños de creyentes por toda Nueva Inglaterra se reunían de vez en cuando para estudiar las profecías y comparar puntos de vista. A medida que las noticias de las visiones y el significado de la verdad del sábado, que estaban siendo anunciadas y promovidas por José Bates, llegaron a conocerse más ampliamente, se intensificó la necesidad de unirse. MV 45.2
En abril de 1848 Elena y Jaime White recibieron una invitación para asistir a una conferencia o congreso de adventistas observadores del sábado en Connecticut. Fueron llevando consigo en sus brazos a su hijito Henry, de siete meses. Jaime había recibido $10 dólares por su trabajo de cortar madera. Usaron la mitad del dinero en la preparación para el viaje y guardaron la otra mitad para su transportación. Después de llenar sólo parcialmente un baúl con todas sus posesiones terrenales, fueron a Boston, donde permanecieron con la familia Nichols. No les mencionaron a sus anfitriones el hecho de que no tenían un centavo, pero cuando partieron la Sra. Nichols le entregó a Jaime $5 dólares. Usando todo este dinero, excepto 50 centavos, compraron los pasajes a Middletown, Connecticut, el punto más cercano por vía férrea a Rocky Hill y a la casa de Albert Belden, donde iba a comenzar el congreso el jueves de noche, 20 de abril. Cuando comenzó la reunión, se habían reunido 15 personas. Elena de White describió qué ocurrió cuando el congreso se puso en marcha: MV 45.3
El viernes de mañana... llegaron más hermanos hasta alcanzar el número de cincuenta, pero no todos habían aceptado por completo la verdad. Fue muy interesante la reunión de aquel día. El Hno. Bates explicó claramente los mandamientos, cuya importancia quedó señaladamente impresa en el corazón de los presentes por medio de poderosos testimonios. La predicación tuvo por efecto confirmar en la verdad a quienes ya la profesaban, y estimular a quienes aún no se habían resuelto por completo (NB, pp. 117-118). MV 45.4
Elena de White se refirió más tarde a esta reunión en un cuarto sin terminar de la casa de Albert Belden en Rocky Hill como “el primer congreso que alguna vez se haya realizado entre los Adventistas del Séptimo Día” (MS 76,1886). Jaime habló de él como “el primero [realizado] bajo el mensaje” (RH, 29 de septiembre, 1863). MV 46.1
Poco después de esto los White fueron invitados a asistir a un congreso en Volney, Nueva York, en agosto de 1848. No tenían dinero para viajar, de modo que Jaime se sintió contento al encontrar una oportunidad para obtener recursos cortando heno en granjas cercanas. El 2 de julio le escribió lo siguiente a su amigo Stockbridge Howland en Topsham: MV 46.2
Siego cinco días para los incrédulos y el domingo para los creyentes, y descanso el séptimo día, por lo que me queda muy poco tiempo para escribir... Dios me da fuerzas para trabajar con firmeza todo el día... Los Hnos. Holt, John Belden y yo hemos contratado 100 acres de hierba para segar (unas 40 hectáreas) al precio de 87,5 centavos el acre (unos 4.000 metros cuadrados), quedando a nuestro cargo la manutención. ¡Alabado sea Dios! Espero reunir unos cuantos dólares para emplearlos en la causa de Dios (NB, pp. 119). MV 46.3
Ese verano Jaime White ganó $40 dólares de su trabajo en la siega del heno. Usó parte del dinero para conseguir ropa necesaria para la familia y parte para viajar a la parte occidental del Estado de Nueva York. Renuentemente Jaime y Elena dejaron al bebé Henry en Middletown al cuidado de Clarissa Bonfoey. Acompañados de E. L. H. Chamberlain, tomaron el vapor para la ciudad de Nueva York en camino a Volney, donde se iba a realizar el congreso en el granero de David Arnold. MV 46.4