Elena De White: Mujer De Visión
LA ANSIEDAD DE UNA MADRE
Durante este lapso de tiempo las cartas de James Edson White le trajeron poco solaz a su madre. Mientras ella estaba en Nueva Zelanda, él se encontraba en Chicago en el negocio de la imprenta, y muy envuelto en deudas, lo cual no era inusual para él. En una carta él declaró: “En absoluto estoy inclinado a la religión”. Había habido tiempos cuando, con un corazón consagrado a Dios, había prestado servicio en la obra del Señor, en la escuela sabática, con la preparación de un himnario, con publicaciones, etc. Ahora su carta, con estas palabras, casi la aplastaron a ella. MV 310.1
La respuesta de Elena de White, en una carta que llenó diez páginas en tipo de imprenta a doble espacio, describía un sueño en el que se le presentó el caso de un joven a punto de ser arrastrado por la resaca, pero que fue salvado por el esfuerzo de alguien que arriesgó su vida para salvarlo. MV 310.2
La carta, escrita con angustia, tuvo el auxilio de la influencia persuasiva y suavizadora del Espíritu de Dios. Edson entregó su corazón duro y experimentó una reconversión. Su respuesta inmediata y su experiencia de las dos o tres semanas siguientes no están registradas en los archivos, pero el 10 de agosto de 1893 le escribió a eu madre: MV 310.3
Me he rendido plena y completamente [a Dios], y nunca he disfrutado la vida antes como la estoy [disfrutando] ahora. Por años he estado bajo tensión, con tanto por realizar, y esto ha sido un obstáculo en mi camino. Ahora he dejado todo con mi Salvador, y la carga ya no me abruma más. No deseo entretenimientos ni placeres que antes constituían la suma de lo que yo disfrutaba hacer, pero siento gozo en las reuniones con el pueblo de Dios como nunca he sentido antes. MV 310.4
En cuanto a su futuro, él declaró que de alguna manera deseaba vincularse con la obra de la iglesia. Más tarde en el mes le escribió a su madre: “He estado pensando en ir a Tennessee para trabajar entre la gente de color... Iré a trabajar en la obra en algún momento durante la primavera... Todavía espero y confío en Dios, y estoy seguro que él cuidará de mí. He probado mi propio camino y es un pobre camino. Ahora quiero seguir el camino de Dios, y sé que será un buen camino”. MV 310.5
Durante la década siguiente Elena de White recibió con emoción informes vividos de Edson sobre las bendiciones de Dios mientras él iniciaba el trabajo entre las personas de color en la extensa región del sur de los Estados Unidos. MV 310.6