Elena De White: Mujer De Visión
CRISTIANÍA, NORUEGA
El último de los países nórdicos que había que visitar antes que se hiciese demasiado tarde en la estación, era Noruega. Llegaron a Cristianía (Oslo) el viernes de mañana, 30 de octubre, y fueron llevados a la casa de A. B. Oyen, el ministro enviado desde Battle Creek a Noruega para traducir los libros de Elena G. de White. Fue un alivio para la Sra. White residir en la casa de amigos de habla inglesa. Para no ser mal entendida, ella se apresuró a registrar en su diario que “aunque fuimos bienvenidos y tratados con todo esmero por nuestros hermanos y hermanas daneses y suecos, todo el tiempo nos sentíamos incapacitados porque no podíamos conversar juntos, y de ese modo era imposible hacerles todo el bien que tanto deseábamos hacerles” (MS 27, 1885). MV 245.1
La iglesia tenía una feligresía de 120 miembros, pero asistieron 200 al servicio del sábado de mañana, y 100 estuvieron presentes el sábado de tarde para el rito de la Santa Cena (HS, p. 207). MV 245.2
Se pasaron dos semanas completas en Noruega, lo que cubrió tres sábados. Excepto para cumplir con un compromiso de predicación en Drammen, todo el tiempo fue dedicado a los intereses de la iglesia en Cristianía, la ciudad principal. Aquí estaba en construcción una nueva casa publicadora, un edificio grande que, como en Suiza, no sólo proveería espacio para los intereses de las publicaciones sino también un buen salón de reuniones y viviendas para algunos de los obreros. MV 245.3
Después que Elena de White hubo estado por una semana en Cristianía había obtenido una idea de la situación general. Comprendió la necesidad de estos hermanos y hermanas de recibir consejo sobre las altas normas que Dios espera que su pueblo [practique], particularmente respecto a la observancia del sábado. MV 245.4
Ella se explayó sobre la cuestión del sábado. “Es la prueba de Dios”, declaró. MV 245.5
No es una prueba hecha por el hombre. Ésta debe ser la línea demarcatoria para distinguir al que es leal y fiel, al que sirve a Dios del que no le sirve (MS 27, 1885). MV 245.6
Ella estaba preocupada porque los profesos creyentes estaban enviando a sus hijos a la escuela pública en sábado. “No fueron obligados a hacer esto, pero [lo hicieron] porque las escuelas objetaron tomar a sus hijos a menos que asistan los seis días de la semana” (Ibíd.). Si no pudieran arreglar este asunto con las autoridades escolares, entonces habría sólo un camino: “observar estrictamente el día de reposo del cuarto mandamiento”, lo que puede requerir a los Adventistas del Séptimo Día que establezcan escuelas entre ellos. MV 245.7
Ella tuvo la oportunidad de examinar algunas de estas cosas en Cristianía con un constructor llamado Hansen, un miembro prominente e influyente pero con ideas más bien descuidadas sobre la observancia del sábado. Elena describió la visita como agradable y provechosa. Hablaron sobre la reforma pro salud, y ella relató su experiencia en el surgimiento y desarrollo de la obra de la iglesia. MV 245.8
Cuando llegó al último fin de semana ella sabía que era un momento crucial, porque sus testimonios directos durante la semana habían exhortado a escudriñar el corazón y hacer una reforma. MV 246.1
Durante la semana había escrito un testimonio de 16 páginas dirigido a la iglesia de Cristianía. A. B. Oyen había traducido una buena parte de él. El sábado de tarde leyó a la iglesia la porción traducida. MV 246.2
El interés y la preocupación de Elena de White se detectan fácilmente en su informe a su hijo: MV 246.3
No hubo tiempo para que se presentasen muchos testimonios después [de la lectura hecha por A. B. Oyen]. El Hno. Hansen no respondió, pero envió un recado diciendo que estaría complacido en llevarme a recorrer la ciudad el domingo de mañana, y yo contesté que me encantaría ir. MV 246.4
Tuvo hacia mí todas las atenciones posibles y yo me ingenié para conducir la conversación nuevamente a la debatida cuestión del sábado. Él dijo que se proponía encontrar la oportunidad para cambiar su posición tan pronto como pudiese, y tuvimos un momento social muy agradable. Él se sentó en el carruaje en el lugar donde generalmente se sienta Sara. Annie se sentó a su lado para traducir Él dijo que si yo le prometía venir la próxima primavera, él haría esfuerzos extra para aprender a hablar y entender inglés. Yo le dije que pensaba que sin duda vendría (Carta 35, 1885). MV 246.5
La última reunión de Elena en Cristianía se celebró ese domingo de tarde a las 3:00 en el salón de los Buenos Templarios [miembros de cierta orden masónica], donde ella se había reunido con la iglesia los sábados y por las noches. MV 246.6
Cuando ella terminó el servicio, se despidió de la gente, y pensó en irse inadvertida mientras la congregación estaba cantando, para ir al carruaje que vio que la estaba esperando: MV 246.7
Pero no me iba a escapar tan fácilmente. La gente se precipitó hacia mí y uno y otro me tomó la mano, me la besó, y mientras corrían lágrimas por sus mejillas me dijeron cuánto bien les habían hecho mis mensajes. Me tomaron la mano tan firme y afectuosamente que no pude retirarla fácilmente, mientras que otros estaban esperando para darme la mano. El carruaje estaba rodeado. Sencillamente teníamos que esperar, y luego me sentí tan apenada que no había esperado adentro de la casa y estrechado la mano a cada uno de ellos... MV 246.8
Esta última reunión nos dejó a casi todos un muy buen sentimiento, y estoy inclinada a pensar que se ha hecho todo lo que podía hacerse en esta visita (Ibíd.). MV 246.9
A las 6:30 de la mañana siguiente —mucho antes que saliera el sol— ella partió por tren. Un gran número de creyentes, incluyendo al Hno. y a la Hna. Hansen, estaban allí para despedirse de ella. MV 246.10