Elena De White: Mujer De Visión

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UN CONCILIO PROVECHOSO

En la reunión administrativa de las 9:00, W. C. White habló sobre cómo usar en la forma más provechosa el tiempo que estarían juntos. Sugirió que durante el concilio se celebrase un Instituto Bíblico, dedicado a leer trozos de la Biblia y a investigar temas bíblicos difíciles. Estudios bíblicos preparados en Norteamérica podían revisarse y traducirse al francés, alemán y danés-noruego, y servir como base de su trabajo. Sugirió también que pudiera tenerse una clase de inglés. MV 241.1

De esa manera se montó el escenario para un concilio muy provechoso, con informes diarios de varios campos de labor, sesiones administrativas, y períodos diarios dedicados al estudio de la Biblia y del idioma inglés. MV 241.2

Los temas a los que se les dedicó atención especial durante las dos semanas incluyeron los siguientes: Uso evangelizador de las publicaciones; el impulso del evangelismo público; uso de carpas; problemas únicos de Europa: ¿prestar servicio en el ejército?, ¿prestar servicio en el ejército en el día sábado?, asistencia escolar obligatoria de niños adventistas en sábado. MV 241.3

Daniel Bourdeau presentó una proposición potencialmente explosiva. El diario de Elena de White da el cuadro: MV 241.4

Daniel entonces presentó sus planes para que no se animase a Francia e Italia a unirse con Suiza, sino que formasen una Asociación separada y usasen sus medios entre ellos para levantar su propia Asociación. Yo me opuse a esto seriamente, porque la influencia sería mala. No conduciría a la unión y a la armonía en el trabajo, sino a intereses separados, y ellos no trabajarían por esa unidad que el Señor demanda (Ibíd.). MV 241.5

Bourdeau argüyó que cada uno de los grupos nacionales tenía celos y un espíritu independiente, y que por lo tanto se resentirían de ser una parte de la Asociación Suiza. La Sra. White sugirió que ésta era una razón fuerte para que cada grupo aprendiese a llevarse bien con otras nacionalidades. Cuando le informó lo ocurrido al presidente de la Asociación General, ella dijo: MV 241.6

Le dije al Hno. Daniel que esto no estaría de acuerdo con la voluntad de Dios... La verdad es una. Requerirá gente de Francia e Italia y, mezclándolos con otros elementos, los suavizará y refinará a través de la verdad (Carta 23,1885). MV 241.7

Ella señaló que la causa estaba todavía en su infancia en los países europeos y que el resultado de seguir esta sugerencia sería debilitar la iglesia. Ante el desacuerdo, Bourdeau se acaloró y declaró que había sido objeto de abusos mientras trabajaba en la causa, y citó ejemplos. Elena de White salió de la sala. Cuando escribió la siguiente vez en su diario, declaró: “No aprobaré ningún espíritu de esa índole” (MS 16a, 1885). MV 241.8

Daniel Bordeau había aceptado el mensaje del tercer ángel a los 22 años. Poco después de su conversión había recibido una fuerte evidencia del llamado y el trabajo de Elena de White, porque el 28 de junio de 1857 la había visto en visión. Más tarde declaró: “Desde que presencié ese maravilloso fenómeno, ni una vez me he sentido inclinado a dudar” (en MR, p. 24). Pero cuando el testimonio de Elena de White tocó su vida, el casi tambaleó. En la Review and Herald del 10 de noviembre de 1885 informó en cuanto a su experiencia de victoria. Inició su informe con palabras que reflejaban su actitud: MV 242.1

Este concilio se encuentra entre las reuniones preciosas del pasado. De todas las reuniones generales de nuestro pueblo a las que he asistido en 29 años, pienso que ninguna como ésta podría ser declarada un éxito en forma más correcta, en cada sentido de la palabra. Durante todo su transcurso prevalecieron el amor cristiano y la unidad. Hubo una maravillosa fusión de nacionalidades; aparentemente todos parecen sentir que la causa era una, que nuestro blanco era uno, y que debemos impulsar el trabajo hacia adelante en forma unida hacia una victoria segura. MV 242.2

Luego se refirió al asunto que le afectó de cerca en su lucha personal para entender los consejos del espíritu de profecía: MV 242.3

Las labores de la Hna. White y de su hijo, el pastor W. C. White, fueron altamente apreciadas en esta reunión general... MV 242.4

¡Cuán interesante y maravilloso fue oír a la Hna. White delinear correctamente las peculiaridades de los diferentes campos que ella había visto sólo en la manera en que el Señor se los había mostrado, y de qué modo deberían relacionarse con ellos; oírla describir caso tras caso de personas a quienes nunca había visto con su visión natural, y señalar sus errores o mostrar relaciones importantes que ellas tenían con la causa, y cómo deberían vincularse con ella para servir mejor a sus intereses! MV 242.5

Como yo tuve una oportunidad amplia para poner a prueba el asunto, habiendo estado en el terreno y sabiendo que nadie le había informado a la Hna. White de estas cosas, mientras yo servía como intérprete, no pude menos que exclamar: “Es suficiente. No deseo una evidencia adicional de su autenticidad”. MV 242.6