Elena De White: Mujer De Visión
ORIENTACIÓN RESPECTO AL VOTO
Ella relató un sueño en el cual le parecía estar en una gran reunión donde se estaba discutiendo el movimiento de temperancia. Un hombre de muy buen aspecto, con una pluma en la mano, estaba haciendo circular un voto de temperancia, pero nadie firmaba. Cuando el visitante estaba por salir, se dio vuelta y dijo: MV 212.6
Dios tiene el propósito de ayudar a la gente en un gran movimiento sobre este tema. También ha dispuesto que ustedes, como pueblo, estén a la cabeza y no a la cola del movimiento; pero ahora la posición que ustedes han tomado los colocará en la cola (en DF 274, “La Experiencia sobre Temperancia, en Des Moines, Iowa”). MV 213.1
Cuando se le preguntó a Elena, “¿Debiéramos votar sobre la prohibición?”, ella contestó “Sí, todos sin excepción, en todas partes, y tal vez escandalizaré a algunos de ustedes si digo: ‘Si es necesario, voten en el día sábado a favor de la prohibición si no pueden hacerlo en ningún otro momento’ ” (Ibíd.). MV 213.2
Desde Iowa, Jaime y Elena fueron al campestre de Wisconsin. Era su plan asistir a la reunión de Minnesota también, pero la división de sentimientos entre Butler y Haskell por un lado y Jaime White por el otro, indujo a los White a retirarse y regresar rápidamente desde Wisconsin a Battle Creek. Elena había abrigado la esperanza de que al asistir ella y Jaime a estos campestres pudiera haber una reconciliación. MV 213.3
Había otro asunto que también la preocupaba profundamente. Los dos dirigentes en la Asociación General estaban haciendo poco para ejercer una influencia correcta respecto al Sanatorio, el cual, mencionó ella, estaba siendo “administrado por la mente de un hombre y el juicio de un hombre”, y ese hombre se estaba desviando de la “luz que Dios ha dado” (Carta 8, 1881). Tomando en cuenta estas diversas situaciones, Elena les escribió a Butler y Haskell expresando su angustia y preocupación: MV 213.4
Tuve un sueño. Vi al Dr. Kellogg en estrecha conversación con hombres y con ministros. Hábilmente hacía declaraciones nacidas de la suspicacia y la imaginación para hacerles hablar, y luego conseguía que ellos se expresasen, mientras lo veía aplaudir por algo muy vehementemente. Sentí una punzada de angustia en el corazón al ver que esto ocurría. MV 213.5
En mi sueño lo vi a usted [probablemente Haskell] y al pastor Butler conversando con él. Usted le hizo declaraciones que él parecía captar ávidamente, y cerraba su mano sobre algo que tenía en ella. Entonces lo vi ir a su cuarto, y allí en el piso había una pila de piedras sistemáticamente colocadas, piedra sobre piedra. Él colocó las piedras adicionales sobre la pila y las contó. Cada piedra tenía un nombre —algún informe que se había recogido— y cada piedra estaba numerada. MV 213.6
El joven que a menudo me instruye vino y miró la pila de piedras con dolor e indignación, y le preguntó qué tenía y qué pensaba hacer con ellas. El doctor levantó la vista con una risa cortante y complaciente. “Éstas son las equivocaciones del pastor White. Voy a apedrearlo con ellas, apedrearlo hasta matarlo”. MV 213.7
El joven dijo: “Usted está trayendo nuevamente el sistema de apedreamiento, ¿no es verdad? Usted es peor que los antiguos fariseos. ¿Quién le asignó este trabajo? El Señor lo elevó, el Señor le encomendó una obra especial. El Señor lo ha sostenido en una manera muy notable, pero usted no debía degradar sus facultades para esta clase de trabajo. Satanás es un acusador de los hermanos”. MV 213.8
Pensé que el doctor parecía muy desafiante y decidido. Dijo él: “El pastor White está tratando de deshacemos. Está trabajando contra nosotros, y para salvar nuestra reputación y nuestra vida debemos trabajar contra él. Usaré cada piedra hasta el último guijarro que tengo aquí sobre este piso para matarlo. Esto es sólo defensa propia, una necesidad desagradable”. MV 214.1
Y luego dijo el joven solemnemente: “¿Qué ha ganado usted? ¿Con esto ha corregido usted sus errores? ¿Ha abierto usted su corazón a Jesucristo, y está él entronizado allí? ¿Quién ocupa la ciudadela del alma bajo esta administración del sistema de apedreamiento?”... MV 214.2
Luego vi a mi esposo ocupado en un trabajo similar, recogiendo piedras, haciendo una pila y listo para comenzar el sistema de apedreamiento. Se le repitieron palabras similares con amonestaciones adicionales, y me desperté (MS 2, 1880). MV 214.3
Durante la última parte de junio y a comienzos del mes de julio, Jaime y Elena continuaron su ministerio en Battle Creek: Jaime a través de sus editoriales y notas en la última página de la Review, y Elena con su trabajo de escribir; los dos unidos en sus esfuerzos en la iglesia del Tabernáculo de Battle Creek. A menudo iban al bosquecillo cercano a su casa para tener períodos de oración. Elena recordó en forma especial una ocasión particular: MV 214.4
Mientras caminaban al lugar acostumbrado para orar, él [Jaime] se detuvo abruptamente; su rostro estaba muy pálido y dijo: “Una sensación de profunda solemnidad sobrecoge mi espíritu. No estoy desanimado, pero siento que se está por producir algún cambio en asuntos que nos afectan a mí y a ti. ¿Qué pasaría si tú no vivieses? ¡Oh, esto no puede ser! Dios tiene una obra para ti... [Esta sensación] continúa tanto tiempo que siento mucha ansiedad en cuanto al resultado. Siento una impresión de peligro, y con ella viene un anhelo inexpresable de tener la bendición especial de Dios, una certeza de que todos mis pecados están borrados por la sangre de Cristo. MV 214.5
Tanto Jaime como Elena sentían una responsabilidad abrumadora por la Iglesia de Battle Creek. MV 214.6
Continuando, con lágrimas en sus ojos, Jaime expresó su ansiedad por las instituciones en Battle Creek. Dijo: MV 214.7
He dado mi vida para el desarrollo de estas instituciones. Dejarlas me parece como la muerte. Son como mis hijos, y no puedo separar mi interés de ellas. Estas instituciones son los instrumentos del Señor para hacer una obra específica. Satanás procura obstruir y derrotar todo medio por el cual el Señor está trabajando para la salvación de los hombres. Si el gran adversario puede moldear estas instituciones de acuerdo con las normas del mundo, ha ganado su objetivo. Mi mayor anhelo es tener los hombres debidos en el lugar debido. Si aquellos que están en cargos de responsabilidad son débiles en poder moral y vacilantes en los principios, inclinados a guiar hacia el mundo, hay suficientes personas que se dejarán conducir [en esa dirección]. Las influencias malignas no deben prevalecer. Preferiría morir antes que vivir para ver a estas instituciones mal administradas, o apartadas del propósito por el cual fueron traídas a la existencia (In Memoriam, p. 45). MV 214.8
Uriah Smith, editor residente de la Review and Herald y el asociado más estrecho de Jaime en la obra de la iglesia, había trabajado a su lado por casi tres décadas. Smith estaba bien consciente de los conflictos que habían dejado heridas; ciertamente habían sido algo público durante un año o dos. Veía la situación a la luz de la total consagración de White a la causa de Dios. En forma comprensiva declaró: MV 215.1
Algunos han pensado que él era deficiente en cualidades sociales, y a veces rígido, áspero e injusto, aun hacia sus mejores amigos. Pero estos sentimientos, estamos convencidos, son el resultado de no comprender uno de los rasgos más fuertes de su carácter, que era su amor preeminente por la causa en la cual estaba ocupado. Él subordinaba a eso todo lo demás; por eso estaba dispuesto a renunciar al hogar y a los amigos. MV 215.2
Nadie habría estado más contento que él de disfrutar continuamente los placeres de la vida doméstica y social, y el intercambio con los amigos, si no hubiese pensado que la devoción a la causa le pedía que tomase un camino diferente (Id., pp. 34-35). MV 215.3