Elena De White: Mujer De Visión
SIGUIENDO HACIA EMPORIA
En el tercer sábado de su viaje, los White habían llegado al sureste de Kansas, y Elena de White habló el sábado de tarde y de noche en una escuela cercana a donde ellos acampaban. Las reuniones fueron bien concurridas, y ella recalcó el tema de la temperancia y la necesidad de la abnegación y el autosacrificio a fin de preservar la salud física, mental y moral. “Le hablé a la gente con especial desenvoltura —anotó ella en su diario—. El Señor ciertamente me dio su Espíritu y poder al hablar la verdad, y todos parecían interesados” (MS 4, 1879). MV 204.3
El domingo de noche hubo un chaparrón, pero puesto que su carpa estaba “afirmada y con una zanja en tomo a todo su perímetro”, se mantuvieron secos. A la mañana siguiente las mujeres del grupo lavaron sus ropas en las zanjas alrededor de las carpas. En su diario, Elena escribió: MV 204.4
Es una mañana hermosa. El sol está brillando y todos en el campamento están levantados para el desayuno, mientras que algunos están empacando los carretones para otra mudanza. MV 204.5
Estamos nuevamente en ruta, avanzando lentamente sobre las dilatadas llanuras de Kansas. A las nueve nos desviamos para permitir que los caballos comiesen pasto. Al mediodía todos nos formamos sobre la ancha llanura para almorzar... Se está preparando a las yuntas de animales para otro trecho en el viaje, mientras que Marian y yo, Adelia y Etta, estamos recogiendo todo, lavando los platos y colocando la comida en las canastas. Llega la orden: “Adelante”. En una hora y media estaremos en lo del Hno. Glover (Ibíd.). MV 204.6
Jaime White había pedido que el campestre de Kansas se postergase una semana con posterioridad a la fecha anunciada primeramente en la Review, pero los Glover no habían recibido la noticia, de ahí que ya habían partido hacia Emporia. Esto condujo a un rápido cambio de planes. En menos de una hora, los White tomaron sus dos baúles y sin cambiarse de su indumentaria del campamento, alcanzaron el tren para Emporia, dejando que el resto del grupo continuase el viaje con los carretones. Elena de White registró en su diario la historia de su arribo a Emporia y de cómo llegaron al campamento el martes de mañana manejando “con estilo” (Carta 20, 1879). MV 204.7
Llegamos a Emporia a eso de las siete [de la mañana]. Ocupamos un carruaje grande para que nos llevase al campamento, a unos 3 kilómetros (2 millas). Se pusieron cuatro poderosos caballos enfrente del carruaje y se nos transportó rápidamente al campamento. Todos parecían contentos de vemos. Armamos nuestra carpa y varios nos trajeron la ropa de cama, de modo que tuvimos una cama pasablemente cómoda (MS 4, 1879). MV 205.1
Al fin de la experiencia de la caravana, Elena informó a sus hijos: MV 205.2
Acabo de leer vuestras cartas y lloré como una criatura... Supongo que estaba aniñada, pero he estado enferma todo el viaje. Perdí 6 kilogramos (12 libras). No hubo descanso, ni un poquito siquiera, para la pobre Marian y para mí. Hemos trabajado como esclavas. Cocinamos repetidamente la mitad de la noche. Marian, la noche entera... MV 205.3
He hablado cada sábado para nuestro campamento porque nadie parecía sentir la carga, y cada sábado de noche o domingo en los pueblos y villas. Estoy desgastada y me siento como si tuviera 100 años... Se ha ido mi ambición; se ha ido mi fuerza, pero esto no durará... MV 205.4
Espero que mediante la luz animadora del rostro de mi Salvador, tenga el poder para recuperarme... Ni siquiera he tenido tiempo para llevar un diario o escribir una carta. Desempacar y empacar, correr, cocinar, poner la mesa, eso ha sido la orden del día... Marian nos asombra a todos. Ella realmente se está olvidando de sí misma y es una ayuda eficiente. Qué podría haber hecho a menos que ella hubiese llevado la carga es más de lo que puedo decir (Carta 20, 1879). MV 205.5
Escribiendo a los hijos el mismo día, Jaime White informó que su salud era la mejor que él había tenido en cuatro años (JW a WCW, 20 de mayo, 1879). MV 205.6