Elena De White: Mujer De Visión
CAMPESTRES VERSUS ESCRIBIR Y PUBLICAR
Siempre desde el comienzo de los campestres anuales (ver cap. 20), los dirigentes de la iglesia, y en particular Jaime y Elena White, reconocieron en forma general que había una relación directa entre el crecimiento de la iglesia y la presencia de Jaime y Elena White en estas reuniones. MV 192.2
Eran dos personalidades irresistibles; dos oradores que conmovían el alma; dos firmes pilares de la fe. Indudablemente, la gente se chasqueaba grandemente si alguno de los dos no asistía. Pero año tras año el esfuerzo era mayor y las demandas de su tiempo y energía, más agotadoras. MV 192.3
Para complicar el problema, cada uno de ellos tenía blancos personales que se habían comprometido a alcanzar. Puesto que Jaime había asumido las responsabilidades de ser presidente de la Asociación General y también desempeñaba muchas otras posiciones de liderazgo, el continuar su programa riguroso y usual de asistir a los campestres planteaba cuestiones de prioridades. Y en ese momento Elena estaba intensamente ocupada en terminar de escribir el libro que llegaría a ser The Spirit of Prophecy (El espíritu de profecía), tomo 2, sobre la vida de Cristo, más tarde incorporado a El Deseado de todas las gentes. MV 192.4
Le escribió a Jaime en estos términos: MV 192.5
Los preciosos temas se presentan bien ante mi mente. Confío en Dios y él me ayuda a escribir. Estoy unas 24 páginas delante de Mary [Clough]. Ella hace bien con mi original. Se necesitará un claro sentido del deber para retirarme de este trabajo a fin de que vaya a los campestres. Sea como fuere, me propongo terminar mis escritos en un libro antes de ir a ninguna parte. No me parece razonable que yo asista a los campestres. Tú y yo decidimos esto antes que tú partieras... MV 192.6
No tengo voluntad propia; quiero hacer la voluntad de Dios. En el momento presente su voluntad [la de Dios] es que me quede en California y aproveche al máximo mi tiempo para escribir. Estaré haciendo más por la causa en esto que cruzando las llanuras para asistir a los campestres (Carta 4, 1876). MV 192.7
Ella rehuyó todas las responsabilidades externas. Le dijo a Jaime en una carta: MV 192.8
Quiero tiempo para que mi mente esté en calma y tranquila. Quiero tener tiempo para meditar y orar mientras estoy ocupada en este trabajo. No quiero sentirme agotada o estar íntimamente asociada con nuestra gente, quienes distraerán mi mente. Esta es una gran obra y cada día siento el deseo de clamar a Dios por su Espíritu para que me ayude a hacer este trabajo en forma correcta... Debo hacer este trabajo para tener la aprobación de Dios (Carta 59, 1876). MV 193.1
Sin embargo, cuando llegó el momento para que se inaugurase el primer campestre de la temporada en Kansas, el 25 de mayo, Elena y Mary Clough estaban en el tren hacia el Este. Cualquiera fuera el trabajo que todavía debía hacerse sobre la vida de Cristo, tendría que hacerse mientras viajaban. Jaime White colocó triunfantemente una nota en la última página de la Review del 25 de mayo: MV 193.2
Hemos recibido un telegrama de la Sra. White declarando que su sobrina, la Srta. M. L. Clough, y ella se encontrarían con nosotros en el campestre de Kansas el 26. Probablemente iremos a la serie de campestres para 1876, y nos retiraremos del clima del norte en octubre, ya sea hacia el sur o hacia California. MV 193.3
Jaime White estaba sumamente gozoso al recibir el telegrama de Elena diciendo que ella, con Mary Clough, se encontrarían con él en el campestre en Melvern, Kansas. Él se apresuró a despachar 20 postales a un total de 20 lugares de Kansas, dando la palabra de bienvenida. Había citado a J. H. Waggoner para que viniese desde California a fin de asistirle, porque sentía la necesidad de ayuda a lo largo de la temporada de campestres. Ahora canceló esto, porque Elena se encargaría de muchas de las reuniones. MV 193.4
Les aseguró a Willie y Mary, en Oakland, que él estaría en el lugar del campestre, tras haber hecho amplios preparativos, y [en efecto], estuvo allí, pero el tren de Elena de White se retrasó; en vez de llegar el viernes, apareció en el lugar temprano el sábado de mañana. Estaba cansada después de seis días de viaje, incluyendo un recorrido de 32 kilómetros (20 millas) en un carro de campo sobre malos caminos, un viaje interrumpido por una parada de una noche en la casa de una amiga. MV 193.5
“Cansada, por supuesto —informó Jaime White—, con poco sueño y temblando con un dolor de cabeza nervioso, ella sube a la plataforma de los oradores a las diez y media y es maravillosamente sostenida en su esfuerzo” (ST, 8 de junio, 1876). También habló esa noche a una congregación que aumentaba en número. MV 193.6
En la sesión especial de la Asociación General que se había celebrado a fines de marzo, Jaime White había participado trazando planes que requerían una reunión tras otra, semana tras semana, generalmente con una reunión de despedida el martes de mañana. La primera reunión ya estaba en el pasado, pero había 13 más a las que había que asistir: Missouri, Iowa, dos en Wisconsin, Minnesota, Ohio, Vermont, Massachusetts, Maine, Nueva York, Indiana, Michigan (incluyendo la sesión de la Asociación General) e Illinois. MV 193.7
En cierta ocasión Elena, escribiendo desde el lugar del campestre a Willie y Mary, dijo: “Hijos, creo que es mi deber asistir a este campestre. Para mí las cosas resultarán bien en lo que a la salud se refiere si descanso y no trabajo demasiado intensamente” (Carta 30, 1876). MV 194.1
En otra oportunidad informó que Jaime estaba tan “terriblemente agotado” que ella tomó la carga principal durante el campestre (Carta 34, 1876). MV 194.2
Al término de la sexta reunión en julio tuvieron un período de respiro hasta que la serie en el Este comenzase el 10 de agosto. MV 194.3
Ella informó en una carta: MV 194.4
Me he mantenido tanto tiempo bajo tensión que ahora estoy encontrando mi nivel y no puedo pensar con mucha inteligencia. No podemos, Papá, Mary o yo misma, hacer nada ahora. Estamos débiles y nos hemos quedado sin cuerda como un reloj viejo (Carta 33, 1876). MV 194.5
Después de descansar un poco, Elena White retomó su trabajo de escribir sobre la vida de Cristo. Fue una temporada dura. MV 194.6