Elena De White: Mujer De Visión
POSICIONES MODERADAS DE ELENA DE WHITE
Jaime White explicó las posiciones moderadas que ellos sustentaban. Incorporó esto a su informe desde el campestre de Kansas: MV 113.2
Hay un acuerdo general con referencia al uso del tabaco, el té, el café, las carnes de animales, y también el asunto de la vestimenta. Pero actualmente ella no está lista para asumir la posición extrema relativa a la sal, el azúcar y la leche. Si no hubiera ninguna otra razón para avanzar cuidadosamente con referencia a estas cosas de uso tan común y abundante, hay una que es suficiente y es el hecho de que la mente de muchos no está todavía lista para recibir los hechos relativos a estas cosas... MV 113.3
Podría ser bueno declarar aquí, sin embargo, que si bien ella no considera que la leche, tomada en grandes cantidades como se la ingiere habitualmente con pan, sea el mejor alimento, su mente, hasta ahora, sólo ha sido llamada a señalar la importancia de la mejor y más saludable condición posible de la vaca... cuya leche es usada como un artículo de alimento. Ella no puede unirse a la tarea de hacer circular publicaciones que asumen una posición extrema sobre la cuestión importante de la leche, considerando la luz actual que tiene sobre el tema (Ibíd..; se añade el énfasis en cursiva). MV 113.4
Refiriéndose particularmente al azúcar y a la sal, él expuso la posición moderada de ella: MV 113.5
La Sra. White piensa que un cambio desde las clases más simples de carne a un uso abundante del azúcar es ir “de lo malo a lo peor”. Ella recomendaría un uso muy escaso tanto del azúcar como de la sal. El apetito puede, y debería, ser conducido a un uso muy moderado de ambos (Ibíd.). MV 113.6
Luego expresó advertencias sobre otra área, a saber, la de hacer cambios abruptos. MV 114.1
Mientras que el tabaco, el té y el café pueden dejarse inmediatamente (uno a la vez, sin embargo, en el caso de quienes son tan desafortunados como para estar esclavizados por todos ellos), los cambios en la dieta debieran hacerse cuidadosamente, uno a la vez. Y si bien ella les diría esto a los que están en peligro de hacer cambios demasiado rápidamente, ella también les diría a los morosos: Asegúrense de que no se olviden de cambiar (Ibíd.). MV 114.2
Jaime y Elena habían pasado la mayor parte del verano y el otoño de 1870 asistiendo a reuniones campestres. Habían observado que la causa de la reforma pro salud había sido más o menos relegada a marchar a los tumbos, en tanto que aquellos que habían estado a la cabeza enseñando sus principios observaban la situación impotentes. MV 114.3