Promesas para los últimos días

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CAPÍTULO 33—PROMESAS PARA LOS PROBADOS

“El hecho de que somos llamados a soportar pruebas demuestra que el Señor Jesús ve en nosotros algo precioso que quiere desarrollar. Si no viera en nosotros nada con que glorificar su nombre, no perdería tiempo en refínamos. No echa piedras inútiles en su hornillo” (MC 373). PUD 140.1

“El amor de Dios para con sus hijos durante el período de su prueba más dura, es tan grande y tan tierno como en los días de su mayor prosperidad” (CS 679). PUD 140.2

“No se puede describir con palabras el gozo y la paz de aquel que acepta al pie de la letra lo que Dios dice. Las pruebas no lo perturban, los desaires no le afectan. Ha crucificado el yo. Día tras día pueden hacerse sus deberes más abrumadores, sus tentaciones más fuertes, sus pruebas más severas; pero no vacila, pues recibe fuerza igual a su necesidad” (MJ 96). PUD 140.3

“Buscad al Señor para que os proporcione sabiduría para cada emergencia. En cada prueba rogad a Jesús que os muestre el camino que os hará salir de vuestros problemas, y entonces vuestros ojos serán abiertos para que contempléis el remedio y apliquéis a vuestro caso las promesas sanadoras registradas en su Palabra. En esta forma el enemigo no encontrará lugar para induciros a lamentaros y a ser incrédulos; sino que tendréis fe, esperanza y valor en el Señor” (2MS 312, 313). PUD 141.1

“El Salvador está junto a los suyos que son tentados y probados. Con él no puede haber fracaso, pérdida, imposibilidad o derrota” (DTG 455). PUD 141.2

“Podemos mantenemos tan cerca de Dios, que en cualquier prueba inesperada nuestros pensamientos se vuelvan a él tan naturalmente como la flor se vuelve al sol” (CC 100). PUD 141.3

“No es ahora el momento de dejarse vencer por el desaliento ni de sucumbir bajo la prueba... El Señor me ha mostrado que basta su gracia para resistir todas las pruebas, y aunque éstas sean más duras que nunca, si tenemos absoluta confianza en Dios, podremos vencer todas las tentaciones y por su gracia salir victoriosos” (PE 46). PUD 141.4

“Cuando las pruebas y tribulaciones os aflijan, recordad que fueron enviadas para que pudierais recibir renovada fuerza y mayor humildad de manos del Señor de la gloria, a fin de que él pudiera bendeciros libremente y apoyaros y sosteneros” (MeM 190). PUD 141.5

“A menudo nuestras pruebas son tales que nos parecen poco menos que intolerables, y sin la ayuda de Dios son en verdad insoportables. A menos que nos apoyemos en él, zozobraremos bajo el peso de las responsabilidades que sólo provocan pesar y tristeza. Pero si confiamos en Cristo no naufragaremos en medio de la prueba” (MeM 189). PUD 142.1

“Si la recibimos con fe, la prueba que parece tan amarga y difícil de soportar resultará una bendición. El golpe cruel que marchita los gozos terrenales nos hará dirigir los ojos al cielo. ¡Cuántos son los que nunca habrían conocido a Jesús si la tristeza no los hubiera movido a buscar consuelo en él!” (DMJ 14). PUD 142.2

“La aflicción que pone a prueba nuestra fe con mayor intensidad y que nos hace creer que Dios nos ha abandonado, tiene el propósito de acercamos más a él, para que podamos depositar todas nuestras cargas a los pies de Cristo y experimentar la paz que él nos dará a cambio de ellas” (MeM 95). PUD 142.3

“Tenemos que vivir solamente un día a la vez, y si llegamos a conocer a fondo a Dios, él nos dará fuerza para soportar lo que vendrá mañana, gracia suficiente para cada día; y cada día encontraremos victorias lo mismo que aflicciones... Tenemos el mismo Dios que obró por su pueblo en los siglos pasados. Jesús se yergue a nuestro lado, ¿por qué vacilaremos? No, a medida que lleguen las pruebas, recibiremos el poder divino para hacerles frente” (MeM 96). PUD 142.4

“Dios acerca a los suyos a sí mediante pruebas difíciles, mostrándoles su propia debilidad e incapacidad, y enseñándoles a confiar en él como su única ayuda y salvaguardia. Así logra su objeto. Así quedan preparados para ser empleados en toda emergencia, para desempeñar importantes puestos de confianza, y para lograr los grandes propósitos para los cuales les fueron dadas sus facultades. Dios prueba a los hombres a la derecha y a la izquierda, y así los educa, prepara y disciplina. Jesús, nuestro Redentor, representante y cabeza del hombre, soportó este proceso de prueba. Sufrió más de lo que nosotros podemos ser llamados a sufrir” (1JT 476). PUD 143.1

“Ninguno de nosotros tiene excusa para dejar de apoyarse en Dios bajo cualquier forma de prueba. El es nuestra fuente de fortaleza, nuestra plaza fuerte en cada prueba. Cuando clamamos a él por ayuda, su mano se extenderá poderosamente para salvar” (4T 328, 329). PUD 143.2