Promesas para los últimos días

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CAPÍTULO 25—PROMESAS PARA LOS PERSEGUIDOS

“En todas las épocas Satanás persiguió al pueblo de Dios. Torturó a sus hijos y los entregó a la muerte, pero en su muerte llegaron a ser vencedores. Testificaron del poder de Uno que es más fuerte que Satanás. Hombres perversos pueden torturar y matar el cuerpo, pero no pueden destruir la vida que está escondida con Cristo en Dios. Pueden encerrar a hombres y mujeres dentro de las paredes de una cárcel, pero no pueden amarrar el espíritu” (HAp 460). PUD 108.1

“Aunque el conflicto no acaba nunca, nadie necesita luchar solo. Los ángeles ayudan y protegen a los que andan humildemente delante de Dios. Nunca traicionará el Señor al que confía en él. Cuando sus hijos se acercan a él en busca de protección contra el mal, él levanta con misericordia y amor un estandarte contra el enemigo. Dice: No los toques porque son míos. Tengo sus nombres esculpidos en las palmas de mis manos” (PR 418). PUD 108.2

“El cielo está muy cerca de aquellos que sufren por causa de la justicia. Cristo identifica sus intereses con los de su pueblo fiel; sufre en la persona de sus santos; y cualquiera que toque a sus escogidos le toca a él. El poder que está cerca para librar del mal físico o de la angustia está también cerca para salvar del mal mayor, para hacer posible que el siervo de Dios mantenga su integridad en todas las circunstancias y triunfe por la gracia divina” (PR 400). PUD 109.1

“¿Cuál fue la fortaleza de los que en tiempos pasados padecieron persecución por causa de Cristo? Consistió en su unión con Dios, con el Espíritu Santo y con Cristo. El vituperio y la persecución han separado a muchos de sus amigos terrenales, pero nunca del amor de Cristo. Nunca es tan amada de su Salvador el alma combatida por las tormentas de la prueba como cuando padece afrenta por la verdad” (HAp 70). PUD 109.2

“Cuando el creyente se sienta en el banquillo de los acusados ante los tribunales terrenales por causa de la verdad, está Cristo a su lado. Cuando se ve recluido entre las paredes de una cárcel, Cristo se le manifiesta y le consuela con su amor. Cuando padece la muerte por causa de Cristo, el Salvador le dice: Podrán matar el cuerpo, pero no podrán dañar el alma. ‘Confiad, yo he vencido al mundo’ (Juan 16:33). ‘No temas, que yo soy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia’ (Isa. 41:10)” (HAp 70). PUD 109.3

“El Capitán de nuestra salvación fortalecerá a su pueblo para el conflicto en el cual deberá empeñarse. Cuán a menudo, al oponer Satanás todas sus fuerzas a los que siguen a Cristo, y cuando la muerte los confrontaba, las fervientes oraciones, elevadas con fe, han traído al Capitán de la hueste del Señor al campo de la acción y cambiado el curso de la batalla y librado a los oprimidos” (2JT 32). PUD 110.1

“No os asombréis, jóvenes amigos, si el mundo os aborrece; porque odió al Maestro antes que a vosotros. Cuando sufrís vituperio y persecución, estáis en excelente compañía; porque Jesús soportó todo eso y mucho más. Si sois fieles centinelas de Dios, esas aflicciones son un honor para vosotros. Los espíritus heroicos, que permanezcan fíeles aunque estén solos, serán los que ganarán la corona incorruptible... PUD 110.2

“...Y el descanso y la paz, y la gloria al final de la jomada pagarán con creces cada esfuerzo y sacrificio que podáis hacer” (MeM 71). PUD 110.3

“El pueblo de Dios no quedará libre de padecimientos; pero aunque perseguido y acongojado, y aunque sufra privaciones y falta de alimento, no será abandonado para perecer... Dios... no abandonará a ninguno de sus abnegados hijos. El que cuenta los cabellos de sus cabezas, cuidará de ellos y los atenderá en tiempos de hambruna” (CS 687). PUD 110.4

“Muchos seres humanos de todas las naciones y de todas clases, grandes y pequeños, ricos y pobres, negros y blancos, serán sometidos a la más injusta y cruel servidumbre. Los amados de Dios pasarán días penosos, encadenados, encarcelados, sentenciados a muerte, algunos abandonados a propósito para morir de hambre y sed en sombríos calabozos... acudirán ángeles a sus celdas solitarias, trayéndoles luz y paz del cielo. La prisión se volverá palacio...” (CS 684, 685). PUD 110.5

“Si hacemos todo lo que podemos de nuestra parte a fin de estar listos para el conflicto que nos espera, Dios hará su parte y su brazo todopoderoso nos protegerá. Mandaría a todos los ángeles de la gloria para socorrer a las almas fieles y poner un cerco en derredor de ellas, antes que permitir que sean engañadas y extraviadas por los prodigios mentirosos de Satanás” (PE 88). PUD 111.1

“Pruebas terribles esperan al pueblo de Dios... Mas a través del tiempo de angustia que se avecina —un tiempo de angustia como no lo hubo desde que existe nación—, el pueblo de Dios permanecerá inconmovible. Satanás y su ejército no podrán destruirlo, porque ángeles poderosos lo protegerán” (3JT 285, 286). PUD 111.2