La Verdad acerca de los Angeles

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Los primeros indicios del mal

Hubo un tiempo cuando Satanás estaba en armonía con Dios y se gozaba en ejecutar los divinos mandatos. Su corazón estaba lleno de amor y gozo al servir a su Creador, hasta que comenzó a pensar que su sabiduría no provenía de Dios, sino que era inherente a sí mismo; que él era tan digno como Dios de recibir el honor y el poder.—The Signs of the Times, 18 de septiembre de 1893. VAAn 34.3

Aunque Dios había creado a Lucifer noble y hermoso, y le había dado un alto honor entre la hueste angélica, no lo había colocado fuera de la posibilidad del mal. Estaba dentro de las posibilidades de Satanás elegir hacer el mal y pervertir sus dones. Podría haber permanecido en el favor de Dios, amado y honrado por la multitud angélica. Dentro de su exaltada posición, podría haber presidido con espíritu generoso y altruista, y haber utilizado sus nobles poderes para bendecir a otros y glorificar a su Hacedor. Pero poco a poco, comenzó a buscar su propio honor y emplear sus poderes para atraer la atención y la alabanza hacia sí mismo. Gradualmente llevó a los ángeles que estaban a su cargo a servirlo a él, en lugar de dedicar toda su energía a servir a su Creador.—The Spirit of Prophecy 4:317. VAAn 34.4

Poco a poco Lucifer llegó a albergar el deseo de ensalzarse... Aunque toda su gloria provenía de Dios, este poderoso ángel llegó a considerarla como perteneciente a sí mismo.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 13. VAAn 35.1