La Verdad acerca de los Angeles

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Capítulo 15—Los ángeles y los demonios durante el ministerio de Cristo

La posesión demoníaca en los días de Cristo

El período del ministerio personal de Cristo entre los hombres fue el tiempo de mayor actividad para las fuerzas del reino de las tinieblas. Durante siglos, Satanás y sus malos ángeles habían procurado dominar los cuerpos y las almas de los hombres, imponiéndoles el pecado y el sufrimiento.—El Deseado de Todas las Gentes, 222. VAAn 185.1

[Cuando Cristo comenzó su ministerio] el engaño del pecado había llegado a su culminación. Habían sido puestos en operación todos los medios de depravar las almas de los hombres... Los agentes satánicos estaban incorporados con los hombres. Los cuerpos de los seres humanos, hechos para ser morada de Dios, habían llegado a ser habitación de demonios. Los sentidos, los nervios, las pasiones, los órganos de los hombres, eran movidos por agentes sobrenaturales en la complacencia de la concupiscencia más vil. La misma estampa de los demonios estaba grabada en los rostros de los hombres, que reflejaban la expresión de las legiones del mal que los poseían... VAAn 185.2

Satanás se estaba regocijando de que había logrado degradar la imagen de Dios en la humanidad. Entonces vino Jesús a restaurar en el hombre la imagen de su Hacedor... Vino para expulsar a los demonios que habían dominado la voluntad. Vino para levantarnos del polvo, para rehacer según el modelo divino el carácter que había sido mancillado, para hermosearlo con su propia gloria.—El Deseado de Todas las Gentes, 27-28. VAAn 186.1

En el Nuevo Testamento se establece claramente que los hombres podían ser poseídos por los demonios. Las personas así afligidas no sufrían simplemente de una enfermedad producida por causas naturales. Cristo sabía perfectamente con quién estaba tratando y reconocía la presencia directa de los malos espíritus.—The Spirit of Prophecy 4:332. VAAn 186.2

Satanás y sus ángeles estaban muy ocupados durante el ministerio de Cristo, tratando de producir odio, incredulidad y desprecio.—Spiritual Gifts 1:36. VAAn 186.3