El Ministerio Médico

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Misioneros genuinos como pioneros

Una noche fui despertada para recibir la instrucción de escribir un testimonio directo con relación a la obra de nuestra escuela de Loma Linda. Esa escuela debe llevar a cabo una obra solemne y sagrada. Las enseñanzas de la reforma pro salud debían sobresalir clara y brillantemente, para que todos los jóvenes que allí asistieran pudiesen aprender a practicarlas. Todos nuestros educadores debieran ser estrictos reformadores de la salud. El Señor desea que misioneros genuinos salgan de nuestras escuelas como pioneros. Ellos deben estar completamente consagrados a la obra como obreros juntamente con Dios, ampliando diariamente su esfera de utilidad y santificándose cada vez más por medio de la verdad. La influencia de un maestro médico misionero consagrado es inestimable en nuestras escuelas.—Manuscrito 31, 1908. MM 82.2