El Ministerio Médico

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No como negocio especulativo

Durante los últimos meses, he estado excesivamente ocupada escribiendo la instrucción que se me ha dado como testigo y mensajera del Señor. A menudo, he escrito diez páginas antes que otros se hayan levantado en la mañana. Se me ha obligado a dar mensajes urgentes. MM 432.4

El Señor sabe todos los peligros que nos rodean en este tiempo. Conoce nuestras necesidades. El sabe la fortaleza que necesitamos para poder levantar la verdad en su carácter santo y elevado, y él suplirá nuestras necesidades. No debemos deprimirnos por ninguna clase de prueba que venga. MM 433.1

Quiero decirle que si Dios abre el camino a los hermanos en otras partes de Australia para que compren propiedades que puedan utilizarse en la obra del sanatorio—como el lugar que el hermano _____ me ha descrito en su carta—, no se lo prohibáis. No expreséis ni una palabra de reconvención. Hay muchas ciudades donde trabajar, y la obra médica misionera no debe circunscribirse a unos pocos centros. MM 433.2

Por un largo tiempo el sanatorio de Battle Creek fue la única institución médica manejada por nuestro pueblo. Pero por muchos años se nos ha revelado que los sanatorios deben establecerse cerca de toda ciudad grande. Deben fundarse sanatorios cerca de ciudades como Melbourne y Adelaide. Y cuando lleguen las oportunidades para establecer la obra aun en otros lugares, nunca debemos alargar la mano y decir: “No, Ud. no puede despertar interés en otros lugares, por temor a que merme nuestra clientela”. MM 433.3

Si la obra del sanatorio es el medio por el cual debe abrirse el camino para la proclamación de la verdad, alentad y no desaniméis a los que tratan de hacerla progresar. MM 433.4