El Ministerio Médico

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El trabajo de la vida es una escuela

El mundo no es un campo de croquet, en el cual nos divirtamos; es una escuela donde debemos estudiar dedicada y cabalmente las lecciones que se dan en la Palabra de Dios. Allí se aprende a recibir y a impartir. Allí se aprende a buscar las almas por los caminos y vallados de la vida. ¡Cuán fervientemente se toma parte en los juegos de este mundo! Si los que se dedican a ellos se esforzaran tan entusiastamente por la corona de la vida que es imperecedera, ¡qué victorias obtendrían! ¡Se convertirían en médicos misioneros y verían cuánto bien podrían hacer para aliviar a la humanidad doliente. ¡Qué bendición serían! Lo que necesitamos es una educación práctica. ¡Ministros y pueblo, practicad las lecciones que Cristo ha dado en su Palabra, y llegaréis a ser como Cristo en carácter!—Manuscrito 32, 1901. MM 423.1