El Ministerio Médico

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Una misión en cada ciudad

En toda ciudad debiera existir una misión, que fuera una escuela de preparación para obreros. Muchos de nuestros hermanos pueden ser condenados a la vista de Dios porque no han hecho la misma obra que Dios quería que hicieran. Si nuestros hermanos utilizaran la habilidad que Dios les ha dado para amonestar a las ciudades, los ángeles de Dios con certeza irían delante de ellos para hacer la impresión en el corazón de la gente por la cual trabajan. El Señor tiene muchos miles que nunca han doblado la rodilla ante Baal. Que nuestros médicos y ministros no fracasen ni se desanimen.—Carta 56, 1910. MM 403.2