El Ministerio Médico

474/596

Tolerancia con las opiniones ajenas

Debemos recordar que hay una inmensa diversidad de mentes en el mundo, y no podemos esperar que todos consideren exactamente el tema de la alimentación como nosotros lo hacemos. No toda mente corre exactamente por el mismo canal. Yo no como mantequilla, pero hay miembros de mi familia que lo hacen. Ésta no se coloca en mi mesa; pero no me disgusto si algunos miembros de mi familia eligen consumirla ocasionalmente. Muchos de nuestros hermanos entendidos tienen mantequilla sobre sus mesas, y no me siento obligada a tratar de forzarlos a tomar una conducta contraria. Nunca debe permitirse que estas cosas hagan separación entre los hermanos. No puedo ver la necesidad de la mantequilla donde existe abundancia de frutas y de crema esterilizada. Se les debe permitir seguir sus propias convicciones a los que aman y sirven a Dios. Puede ser que no nos sintamos justificados en hacer lo que ellos hacen, pero no debemos permitir que surjan diferencias de opiniones que causen separación. Quiera el Señor ayudarnos a ser tan firmes como una roca en los principios dados en el Sinaí, y a no permitir que las diferencias de opinión se erijan como barreras entre nosotros y nuestros hermanos.—Carta 331, 1904. MM 356.4