El Ministerio Médico

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Trabajo perdido si no hay instrucción

A menos que se eduque a las personas para que dejen atrás toda práctica errónea y cesen de complacer el apetito pervertido, es un trabajo perdido enseñar a la gente que acuda a Dios en busca de curación para sus enfermedades. Se les debe instruir para que utilicen las provisiones que Dios ha dado. Rechazar los remedios que tienen a su alcance porque no se está pagando a un médico y no permitir la entrada del aire puro y la luz del sol que Dios ha dado a cada cuarto de la casa, muestra una falta de fe en él. La fe en el poder de Dios para curar las enfermedades está muerta a menos que el enfermo use la luz que Dios le ha dado al colocar sus hábitos en armonía con los principios correctos.—Manuscrito 86, 1897. MM 347.2