El Ministerio Médico

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Representad los principios correctos

La honradez, la integridad, la justicia, la misericordia, el amor, la compasión y la simpatía se incluyen en la obra médica misionera. En toda esta obra debe practicarse la religión de la Biblia. El Señor no desea que nadie obre como su representante mientras siga costumbres y prácticas equivocadas de los médicos del mundo en el tratamiento dado a la humanidad enferma. Nuestros médicos necesitan reformarse en cuanto a cobrar elevadas sumas por operaciones críticas. Y la reforma debe extenderse todavía más. A menudo se cobra una suma exorbitante hasta por servicios menores, debido a que los médicos creen que deben regirse, a la hora de cobrar, por las prácticas de los médicos del mundo. Algunos siguen la política mundanal para acumular recursos, como ellos dicen, para el servicio de Dios. Pero Dios no acepta tales ofrendas. Él dice: “Yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto”. A los que se relacionan en forma injusta con sus prójimos a la vez que profesan creer en mi Palabra, los juzgaré por representarme mal. MM 163.1

Mientras me presentaban estas cosas, mi Maestro dijo: “Las instituciones que dependan de Dios y reciban su cooperación deben obrar siempre de acuerdo con los principios de su ley. El cobro de una gran suma por una labor de pocos minutos, no es justo. Los médicos que están bajo la disciplina del más grande Médico que conoció alguna vez el mundo deben permitir que los principios del evangelio regulen sus honorarios. Que la misericordia y el amor de Dios estén escritos en cada peso recibido”. MM 163.2

Cuando nuestros sanatorios sean dirigidos como debieran funcionar, se hará una gran obra médica misionera. Cada uno realizará su labor de tal forma y con tal espíritu que brillarán como una luz en el mundo. MM 164.1

Dios nos llama a efectuar una obra práctica y cristocén-trica. Los pacientes que vienen a nuestros sanatorios deben ver en la práctica los principios expuestos en el capítulo 58 de Isaías. Los que han aceptado la verdad deben practicarla porque es la verdad. En la obra de Dios en nuestras instituciones la verdad debe preservarse en toda su sagrada autoridad. MM 164.2