El Ministerio de Curación

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El estudio de la fisiología

Los padres deberían tratar temprano de interesar a sus hijos en el estudio de la fisiología y enseñarles sus principios elementales. Enséñenles el mejor modo de conservar sus facultades físicas, intelectuales y morales, y cómo usar sus dotes para que su vida beneficie a otros y honre a Dios. Este conocimiento es de valor inapreciable para los jóvenes. La enseñanza respecto a las cosas que conciernen a la vida y la salud es para ellos más importante que el conocimiento de muchas de las ciencias que se enseñan en las escuelas. MC 299.3

Los padres han de vivir más para sus hijos y menos para la sociedad. Estudiad los asuntos relacionados con la salud, y practicad vuestros conocimientos. Enseñad a vuestros hijos a razonar de la causa al efecto. Enseñadles que si quieren salud y felicidad, tienen que obedecer las leyes de la naturaleza. Aunque no veáis en vuestros hijos adelantos tan rápidos como desearíais, no os desalentéis; antes bien proseguid vuestro trabajo con paciencia y perseverancia. MC 299.4

Enseñad a vuestros niños desde la cuna a practicar la abnegación y el dominio propio. Enseñadles a gozar de las bellezas de la naturaleza y a ejercitar sistemáticamente en ocupaciones útiles todas sus facultades corporales e intelectuales. Educadlos de modo que lleguen a tener una constitución sana y buenos principios morales, una disposición alegre y un genio apacible. Inculcad en sus tiernas inteligencias la verdad de que Dios no nos ha creado para que viviéramos meramente para los placeres presentes, sino para nuestro bien final. Enseñadles que el ceder a la tentación es dar prueba de debilidad y perversidad, mientras que el resistir a ella denota nobleza y virilidad. Estas lecciones serán como semilla sembrada en suelo fértil, y darán fruto que llenará de alegría vuestro corazón. MC 300.1

Sobre todo, rodeen los padres a sus hijos de una atmósfera de alegría, cortesía y amor. En el hogar donde habita el amor y se expresa en miradas, palabras y actos, los ángeles se complacen en manifestar su presencia. MC 300.2

Padres, dejad entrar en vuestros corazones los rayos de sol del amor, de la jovialidad y del feliz contentamiento, y permitid que su dulce y preciosa influencia compenetre vuestro hogar. Manifestad un espíritu bondadoso y tolerante; fomentadlo también en vuestros hijos, cultivando todas las gracias que iluminarán vuestra vida familiar. La atmósfera así creada será para los hijos lo que son el aire y el sol para la vegetación y promoverán la salud y el vigor de la mente y del cuerpo. MC 300.3