En los Lugares Celestiales

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Día por día, 8 de agosto

Conoce Jehová los días de los perfectos, y la heredad de ellos será para siempre. Salmos 37:18. ELC 229.1

El don del tiempo es precioso. Cada día nos es dado en depósito, y seremos demandados para dar cuenta de él ante Dios.—Manuscrito 15, 1898. ELC 229.2

Día por día todos somos probados, corregidos y educados para ser útiles en esta vida. Pensad en esto: sólo un día por vez. Un día es mío. Haré en este día lo mejor que pueda. Usaré mi talento del habla para ser una bendición para algún otro; un ayudador, un consolador, un ejemplo que el Señor, mi Salvador, apruebe. Me ejercitaré en paciencia, bondad, clemencia; que las virtudes cristianas puedan desarrollarse en mí hoy.—Carta 36, 1901. ELC 229.3

Si sois correctos con Dios hoy día, estaréis preparados en caso de que Cristo venga hoy ... Deseamos que tengáis un profundo y ferviente anhelo de la justicia de Jesucristo ... Ello os dará una herencia entre los santificados ... Eso es mucho más importante que todas las ganancias mundanales; eso es mucho mejor que todas vuestras haciendas; eso es mucho mejor que todo el honor que los seres finitos puedan conferiros... ELC 229.4

¿Os estáis preparando diariamente para que podáis uniros con la familia del Cielo? ¿Sois pendencieros aquí? ¿Estáis criticando a los vuestros aquí? Si así ha sido, encontraréis faltas en ellos en el cielo. Vuestro carácter está siendo probado y examinado en esta vida.—Manuscrito 36, 1891. ELC 229.5

El Señor requiere de nosotros que cumplamos los deberes de hoy y soportemos sus pruebas. Hemos de velar hoy para no ofender ni en palabra ni en hechos. Debemos alabar y honrar a Dios hoy. Por el ejercicio de una fe viva hoy, hemos de vencer al enemigo ... Debemos velar, obrar y orar como si éste fuera el último día que se nos concede. ¡Qué intenso fervor habría entonces en nuestra vida! ¡Cuán estrechamente seguiríamos a Jesús en todas nuestras palabras y acciones!—Joyas de los Testimonios 2:60. ELC 229.6