Joyas de los Testimonios 2

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Las cualidades del colportor*

Puesto que el colportaje con nuestras publicaciones es una obra misionera, debe ser dirigido desde un punto de vista misionero. Los que son elegidos como colportores deben ser hombres y mujeres que sientan la preocupación de servir, cuyo objeto no sea obtener ganancia, sino dar luz a la gente. Todo nuestro servicio debe prestarse para gloria de Dios, para dar la luz de la verdad a los que están en tinieblas. Los principios egoístas, el amor a las ganancias, la dignidad, o los puestos, no deben mencionarse siquiera entre nosotros. 2JT 536.1

Los colportores necesitan estar diariamente convertidos a Dios, a fin de que sus obras y hechos sean sabor de vida para vida, y que puedan ejercer una influencia salvadora. La razón por la cual muchos han fracasado en la obra del colportaje es porque no eran verdaderos cristianos; no conocían el espíritu de la conversion. Tenían una teoría en cuanto a cómo debía ser hecha la obra, pero no sentían que dependían de Dios. 2JT 536.2

Colportores, recordad que en los libros que vendéis no estáis presentando la copa que contiene el vino de Babilonia, las doctrinas erróneas ofrecidas a los reyes de la tierra, sino la copa llena de las preciosas verdades de la redención. ¿Beberéis vosotros mismos de ella? Vuestra mente puede estar sujeta en cautiverio a la voluntad de Cristo, y él puede poner sobre vosotros su propia inscripción. Contemplándolo, podéis ser transformados de gloria en gloria, de carácter en carácter. Dios quiere que vayáis al frente, hablando las palabras que os dé. El quiere que demostréis que estimáis altamente a la humanidad, que ha sido comprada por la preciosa sangre del Salvador. Cuando os dejéis caer sobre la roca y seáis quebrantados, experimentaréis el poder de Cristo, y otros reconocerán el poder de la verdad en vuestro corazón. 2JT 536.3

A aquellos que están asistiendo a la escuela para aprender a hacer la obra de Dios más perfectamente, quiero decir: Recordad que es únicamente por una consagración diaria a Dios cómo podéis llegar a ser ganadores de almas. Ha habido quienes no podían ir a la escuela porque eran demasiado pobres para sufragar sus gastos, pero cuando llegaron a ser hijos e hijas de Dios, echaron mano del trabajo donde estaban y obraron en favor de quienes los rodeaban. Aunque privados del conocimiento que se obtiene en la escuela, se consagraron a Dios, y Dios obró por su medio. Como los discípulos cuando fueron llamados de sus redes a seguir a Cristo, aprendieron preciosas lecciones del Salvador. Se vincularon con el gran Maestro, y el conocimiento que adquirieron de las Escrituras los calificó para hablar a otros de Cristo. Así llegaron a ser verdaderamente sabios, porque no eran demasiado sabios en su propia estima para recibir instrucción de lo alto. El poder renovador del Espíritu Santo les dió energía práctica y salvadora. 2JT 537.1

El conocimiento del hombre más sabio que no ha aprendido en la escuela de Cristo, es insensatez en lo que se refiere a conducir almas a Cristo. Dios puede obrar únicamente por aquellos que aceptan la invitación: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” Mateo 11:28-30. 2JT 537.2