Reina Valera 1989

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Job 38

1 Entonces Jehovah respondió a Job desde un torbellino y dijo:

2 —¿Quién es ese que oscurece el consejo con palabras sin conocimiento?

3 Cíñete, pues, los lomos como un hombre; yo te preguntaré, y tú me lo harás saber:

4 ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes entendimiento.

5 ¿Quién determinó sus medidas? Porque tú lo debes saber. ¿O quién extendió sobre ella un cordel?

6 ¿Sobre qué están afirmados sus cimientos? ¿O quién puso su piedra angular,

7 cuando aclamaban juntas las estrellas del alba, y gritaban de júbilo todos los hijos de Dios?

8 ¿Quién contuvo mediante compuertas el mar, cuando irrumpiendo salió del vientre;

9 cuando le puse las nubes por vestido y la oscuridad como pañal?

10 Yo establecí sobre él un límite y le puse cerrojos y puertas.

11 Le dije: “Hasta aquí llegarás y no seguirás adelante. Aquí cesará la soberbia de tus olas.”

12 ¿Alguna vez en tu vida diste órdenes a la mañana? ¿Has mostrado a la aurora su lugar,

13 para que al tomar por los extremos la tierra, sean sacudidos de ella los impíos?

14 Ella se transforma cual la arcilla en el molde, y se presenta como una vestidura.

15 Entonces la luz es quitada a los impíos, y es quebrantado el brazo enaltecido.

16 ¿Has penetrado hasta las fuentes del mar? ¿Has andado escudriñando el abismo?

17 ¿Te han sido reveladas las puertas de la muerte? ¿Has visto las puertas de la densa oscuridad?

18 ¿Has reflexionado acerca de la amplitud de la tierra? ¡Decláralo, si sabes todo esto!

19 ¿Dónde está el camino hacia la morada de la luz? ¿Y dónde está el lugar de las tinieblas,

20 para que las repliegues a su territorio y para que disciernas el camino a su morada?

21 Tú lo debes saber, porque entonces ya habías nacido, y es muy grande el número de tus días.

22 ¿Has entrado en los depósitos de la nieve, o has visto los depósitos del granizo

23 que tengo reservados para el tiempo de la angustia, para el día de la batalla y de la guerra?

24 ¿Dónde está el camino por el cual se distribuye la luz, y se desplaza sobre la tierra el viento oriental?

25 ¿Quién abre cauce al aluvión, y camino a relámpagos y truenos,

26 haciendo llover sobre la tierra sin hombres, sobre el desierto donde no hay un ser humano;

27 para saciar la tierra arruinada y desolada, y para hacer brotar la hierba?

28 ¿Acaso la lluvia tiene un padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío?

29 ¿Del vientre de quién salió el hielo? A la escarcha del cielo, ¿quién la dio a luz?

30 Las aguas se congelan como piedra, y se endurece la superficie del océano.

31 ¿Podrás unir con cadenas a las Pléyades o aflojar las cuerdas de Orión?

32 ¿Harás salir las constelaciones en su respectivo tiempo? ¿Guiarás a la Osa Mayor junto con sus hijos?

33 ¿Conoces las leyes de los cielos? ¿Podrás establecer su dominio en la tierra?

34 ¿Alzarás a las nubes tu voz para que te cubra abundancia de aguas?

35 ¿Enviarás los relámpagos, de modo que vayan y te digan: “¡Aquí nos tienes!”?

36 ¿Quién puso sabiduría en el ibis? ¿Quién dio inteligencia al gallo?

37 ¿Quién puede contar las nubes con sabiduría? ¿Quién puede hacer que se inclinen las tinajas de los cielos,

38 cuando el polvo se endurece como sólido y los terrones se pegan unos con otros?

39 ¿Cazarás presa para la leona? ¿Saciarás el apetito de sus cachorros

40 cuando se recuestan en sus guaridas y se quedan en la espesura, en sus escondrijos?

41 ¿Quién prepara al cuervo su comida cuando sus polluelos claman a Dios y andan errantes por falta de alimento?