Testimonios Selectos Tomo 1
Comprobado por la palabra
A consecuencia del fanatismo y malicia resultantes de la obra de hombres que falsamente se decían enseñados por Dios, mucha gente buena y seria mira con grave recelo y no da crédito a quienes se apoyan en la revelación divina. Pero el que busca la verdad se ha de prevenir igualmente contra los engaños de falsos profetas e instructores y contra el fracaso en el reconocimiento de la verdad. Dice el apóstol: “No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno.” 1 Tesalonicenses 5:20, 21. 1TS 242.1
En armonía con esta exhortación, los creyentes en Cristo han de considerar ingenuamente las pruebas de que el actual movimiento adventista está guiado por Dios, al paso que consideran la manifestación del don de profecía relacionado con este movimiento. Es peligroso menospreciar la obra del Espíritu Santo manifestada en dicho don de profecía. Sin embargo, se nos amonesta a guardarnos “de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, mas de dentro son lobos rapaces.” La prueba se nos da en que “por sus frutos los conoceréis.” 1TS 242.2
Tan imposible es para el hombre recoger “uvas de los espinos, o higos de los abrojos” como hallar verdad pura y poder santificador en un ruin impostor. “Todo buen árbol lleva buenos frutos; mas el árbol maleado lleva malos frutos. No puede el buen árbol llevar malos frutos, ni el árbol maleado llevar frutos buenos. ... Así que, por sus frutos los conoceréis.” Mateo 7:15-20. 1TS 242.3
La activa labor de Elena G. Harmon, llamada, después de su matrimonio, la Sra. E. G. de White, abarcó un período de setenta años, en América, Europa y Australasia. Durante este largo tiempo, fué favorecida con muchas revelaciones, que creía enviadas del cielo, y se esforzó en transcribirlas fielmente para enseñanza. de la iglesia. Se han publicado varios volúmenes de sus escritos que circulan por todo el mundo. Millares de personas, convencidas, por las Escrituras, de que vivimos en tiempos cercanos al fin de la historia de la tierra, creyeron que la Sra. de White era un agente de que se valía Dios para hablar por medio del Espíritu de profecía a su iglesia remanente. Esta creencia merece seguramente consideración, pues el carácter de su obra se ha de inferir de su conducta y enseñanzas y de la índole de las revelaciones que recibió. 1TS 242.4
La Sra. de White deseó siempre que su obra y enseñanzas estuviesen comprobadas por la norma de la palabra de Dios, revelada en las Sagradas Escrituras, y así escribió: “Juzgad por sus frutos a los testimonios. ¿Cuál es el espíritu de sus enseñanzas? ¿Cuál ha sido el resultado de su influencia? ... O Dios está enseñando a su iglesia, reprobando sus yerros y fortaleciendo su fe, o no lo está. La obra ésta es o no de Dios. Nada hace Dios en participación con Satanás. Mi obra ... lleva el sello de Dios o el del enemigo. No caben en este punto términos medios. 1TS 243.1
“Cuando el Señor se manifestaba por el Espíritu de profecía, yo veía el pasado, el presente y el futuro. Se me mostraron rostros que jamás había visto, y años después los reconocí al verlos. Desperté de mi sueño con vívida sensación de las escenas presentadas a mi mente; y a media noche escribí cartas que, transmitidas a través del continente, llegaron a su destino en el momento crítico para salvar de un gran desastre la causa de Dios. Esta ha sido mi obra durante muchos años. Una fuerza me impulsaba a reprobar y rechazar injusticias en que yo no había pensado. Esta obra ¿es de arriba o de abajo? ... Quienes realmente deseen conocer la verdad hallarán suficientes pruebas para creer.”—Testimonios para la Iglesia 5:629, 630, ed. inglesa. 1TS 243.2
El oficio de Cristo magnificado
La encarnación de Jesucristo, el sublime Hijo de Dios, “Cristo en vosotros la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27), es el tema capital del evangelio. “En él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente: y en él estáis cumplidos.” Colosenses 2:9, 10. La aceptación o rechazo de esta verdad vital es una de las pruebas señaladas por Dios para conocer a quien pretende tener el don de profecía. Dice el apóstol Juan: “No creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios: porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo es venido en carne es de Dios: y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo es venido en carne, no es de Dios.” 1 Juan 4:1-3. 1TS 244.1
Los falsos profetas no aman a Cristo. Más bien llaman la atención hacia sí mismos. Hablan “cosas perversas, para llevar discípulos tras sí.” Hechos 20:30. A tal efecto, enseñan de manera que halagan el ánimo carnal de quienes en su corazón “dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas.” Isaías 30:10. Estos supuestos profetas o instructores “son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.” 1 Juan 4:5. 1TS 244.2
En las enseñanzas de la Sra. de White se reconoce y ensalza a Cristo como el único Salvador de los pecadores. “Porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Hechos 4:12. En su obra personal por el Maestro, la Sra. de White dió ejemplo de las siguientes instrucciones que transmitió a sus hermanos en el ministerio: 1TS 244.3
“Cristo crucificado, Cristo resucitado, Cristo ascendido al cielo, Cristo que va a volver, debe alegrar y llenar a menudo la mente del predicador de modo que él pueda presentar estas verdades a la gente con amor y profundo fervor. Entonces el predicador se perderá de vista, y Jesús quedará manifiesto. 1TS 245.1
“Ensalzad a Jesús, vosotros que enseñáis a la gente, ensalzadle en el sermón, en el canto, en la oración. Dedicad todas vuestras facultades a conducir almas confusas, extraviadas y perdidas, al “Cordero de Dios.” Ensalzadle a él, el Salvador resucitado, y decid a todos: Venid a Aquel que “nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros.” Sea la ciencia de la salvación el motivo de cada sermón, el tema de cada canto. Derrámese en toda súplica. No pongáis nada en vuestra predicación como suplemento de Cristo, sabiduría y poder de Dios. Enalteced la palabra de Vida, presentando a Jesús como la esperanza del penitente y la fortaleza de cada creyente. Revelad el camino de paz al afligido y abatido, y manifestad la gracia y perfección del Salvador.”—Obreros Evangélicos, 168. 1TS 245.2
“A la ley y al testimonio”
Siempre se ha esforzado el enemigo de toda justicia en inducir a los hombres a que menosprecien las exigencias de la ley de Jehová. Por medio de sus profetas, siempre ha procurado Dios llevar a los hombres al reconocimiento de las obligatorias prescripciones de su eterna e inmutable ley. Se ha escrito acerca del pueblo hebreo: “Jehová protestaba entonces contra Israel y contra Judá, por mano de todos los profetas, y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por mano de mis siervos los profetas.” 2 Reyes 17:13. 1TS 245.3
En nuestros días, cuando se manifiesta una propensión general a desechar el freno de la ley de Dios, la Sra. de White se ha esforzado firme e impávidamente en inculcar en la conciencia de los hombres los sagrados requerimientos de Dios. En su ministerio público, insistió constantemente en la inmutabilidad de la ley, en la vital necesidad de obedecer, por medio de la virtud de Cristo, a todas sus prescripciones, incluso la del cuarto mandamiento. 1TS 246.1
Acerca de la relación entre la ley y el evangelio, ha escrito la Sra. de White: 1TS 246.2
“Los principios de la ley se manifiestan claramente en la vida de Cristo; y a medida que el Espíritu Santo de Dios toca el corazón y la luz de Cristo revela a los hombres la necesidad de valerse de su sangre purificadora y de su virtud justificadora, la ley es también un agente para llevarnos a Cristo a fin de que podamos ser justificados por la fe. ‘La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma.’ 1TS 246.3
“Dijo Jesús: ‘Hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas.’ El sol que brilla en los ciclos, la sólila tierra en que moramos, atestiguan que la ley de Dios es inmutable y eterna. Aunque perezcan los cielos y la tierra, perdurarán los divinos preceptos. ‘Más fácil cosa es pasar el cielo y la tierra, que frustrarse un tilde de la ley.’ El sistema de símbolos, que representaba a Jesús como el Cordero de Dios, había de ser abolido a su muerte; pero los preceptos del Decálogo son tan inmutables como el trono de Dios.”—The Desire of Ages, 308. 1TS 246.4
Honro siempre las escrituras
Los escritos de la Sra. de White señalan constantemente la Biblia como copiosa fuente de toda verdad espiritual. Dichos escritos abundan en citas bíblicas, a las que no da interpretaciones en modo alguno caprichosas. Sin embargo, no vaya a creerse que los adventistas del séptimo día consideran los escritos de la Sra. de White como un complemento de la Biblia, ni que su estudio haya suplantado al estudio de la Biblia. La misma Sra. de White ha escrito: “La palabra de Dios basta para iluminar la más tenebrosa mente, y pueden comprenderla cuantos lo deseen. Sin embargo, algunos, que se jactan de estudiar la palabra de Dios, se portan en abierta oposición a sus explícitas enseñanzas; y para que los hombres no puedan alegar excusa, Dios da entonces claros y señalados testimonios para volverlos a la Palabra que repugnaron obedecer.” “Los testimonios no son para empequeñecer la palabra de Dios, sino para ensalzarla y atraer las mentes a ella, de modo que la hermosa sencillez de la verdad pueda conmover a todos.” 1TS 246.5
“Nuestro lema ha de ser: ‘¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.’ Tenemos una Biblia repleta de preciosísima verdad. Contiene el alfa y el omega del conocimiento. Las Escrituras, dadas por inspiración de Dios, son útiles ‘para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra.’ Tomad la Biblia por libro de estudio.” 1TS 247.1
A sus hermanos en el ministerio les escribía la Sra. de White: 1TS 247.2
“No defendamos teorías o pruebas que Cristo no mencionó nunca, y que no tienen fundamento en la Biblia. Tenemos grandes y solemnes verdades para la gente. ‘Escrito está,’ tal ha de ser la prueba a que debemos someter toda alma. Dejémonos guiar por la Palabra de Dios. Busquemos un ‘así dice Jehová.’ Ya hemos tenido bastantes métodos humanos. Una mente educada únicamente en la ciencia mundana no podrá comprender las cosas de Dios; pero la misma mente, convertida y santificada, verá el poder divino en la Palabra.”—Obreros Evangélicos, 324, 325. 1TS 247.3
Predicciones cumplidas
Una de las características que distinguen al verdadero Dios de los falsos dioses, es el poder de comunicarse con los hombres, tanto acerca de lo pasado como en cuanto a lo futuro. Por boca del profeta Isaías, lanzó Jehová un reto a los dioses adorados por los paganos: “Dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello: sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir. Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses.” Y a causa de la impotencia de los falsos dioses para hacer esto, dice Jehová: “He aquí que vosotros sois de nada, y vuestras obras de vanidad; abominación el que os escogió.” Isaías 41:22-24. 1TS 248.1
Una de las pruebas señaladas por Dios para conocer a un verdadero profeta es el exacto cumplimiento de sus palabras. El poderoso profeta Moisés le dijo a Israel en nombre de Dios: “Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no hubiere hablado? Cuando el profeta hablare en nombre de Jehová, y no fuera la tal cosa, ni viniere, es palabra que Jehová no ha hablado: con soberbia la habló aquel profeta: no tengas temor de él.” Deuteronomio 18:21, 22. 1TS 248.2
Muchos ejemplos podrían citarse de la visión profética de la Sra. de White. A menudo vió en visión a personas desconocidas para ella; y más tarde las encontró en sus viajes y les dió el mensaje que para ellas había recibido en visión. Estos mensajes denotaban un conocimiento de las acciones o motivos de aquellas personas, que la Sra. de White no podía haber adquirido por medios humanos. 1TS 248.3
En los primeros años de su obra, cuando ella, su esposo y el pastor José Bates, eran casi los únicos predicadores de la verdad del sábado, se le reveló el futuro desarrollo del movimiento adventista, a la sazón incipiente y del cual eran ellos las avanzadas. El 1 de noviembre de 1848, en una reunión celebrada en Dorchester (Massachusetts), la Sra. de White contempló en visión el mensaje simbolizado por el sol naciente que iba aumentando en esplendor hasta iluminar el mundo entero. 1TS 249.1
Después de la visión, le dijo la Sra. de White a su esposo que el Señor quería que imprimiese un pequeño periódico, y que la obra de publicar la verdad iría creciendo hasta que las publicaciones fuesen como rayos de luz que circundaran la tierra. Desde el punto de vista humano, era ésta una predicción muy presuntuosa. Había entonces pocos creyentes, pobres en bienes terrenos, y sus doctrinas eran muy impopulares. Sin embargo, Dios, para quien todo es posible, ha cumplido admirablemente su palabra. Desde aquel entonces, las publicaciones de la literatura henchida de verdad se han difundido por doquiera hasta el punto de que la venta anual en todo el mundo excede de siete millones de dólares. 1TS 249.2
Al relatar la Sra. de White sus primeras visiones, representó gráficamente las experiencias por que había de pasar el pueblo adventista antes de la venida del Señor. Se le mostró el rápido desarrollo e incremento que iba a tomar el espiritismo, aunque a la sazón sus manifestaciones se limitaban a los “misteriosos golpeteos” de Rochester (Nueva York). También predijo la promulgación de leyes que obligarían al descanso dominical en países donde por entonces imperaba la más completa libertad religiosa. Todas estas y otras muchas predicciones se publicaron y difundieron extensamente. Los acontecimientos ocurridos desde que las escribió han comprobado la veracidad de muchas de ellas, cuyo cumplimiento ha inspirado creciente confianza de que sus profecías relativas al triunfo final de la causa adventista quedarán igualmente cumplidas. La prosperidad de este movimiento ha sido mayor por haber escuchado los consejos y amonestaciones que con su palabra y pluma daba a los guías y conductores. 1TS 249.3
Condiciones en que tenía visión
Especialmente en los primeros años de su obra, tuvo la Sra. de White visiones en presencia de muchos testigos. Durante la visión quedaba por completo inconsciente de cuanto la rodeaba en la tierra. Sin embargo podía andar y hacer graciosos ademanes mientras refería las escenas que presenciaba. En aquellas circunstancias su fuerza era extraordinaria, pues en vano habían intentado hombres robustísimos moverle el brazo o la mano de la posición en que los mantenía. Una vez, en casa del Sr. Curtiss, en Topsham (Maine), el año 1845, tomó de un estante una voluminosa Biblia de familia que pesaba cerca de ocho kilogramos y, sosteniéndola más arriba que su cabeza con el brazo izquierdo extendido, la fué hojeando con la mano derecha, a medida que, con la vista apartada del libro, leía correctamente muchos pasajes de la Escritura, y señalaba con el índice los pasajes que leía. En estado normal, no hubiera sido capaz de levantar tan pesado volumen; pero en visión, lo sostuvo con fuerza sobrenatural durante más de media hora con el brazo extendido. 1TS 250.1
Al relatar sus visiones, hablaba frecuentemente la Sra. de White de su “ángel acompañante,” a quien otras veces llama “mi compañero,” o “mi instructor,” aludiendo con estas expresiones a un brillante y glorioso ángel que invariablemente actuaba como su guía o instructor. 1TS 250.2
Aunque la Sra. de White solía hablar mientras estaba en visión, no brotaba aliento alguno de sus labios. El 26 de junio de 1854, en Rochester (Nueva York), mientras estaba en visión, dos médicos se empeñaron en demostrar que respiraba, y entre otras pruebas le acercaron a la boca una vela encendida, todo lo cerca que fué posible, sin quemarla; pero a pesar de que en aquel momento estaba hablando recio, no se notó ni el más leve hálito que moviera la llama. La primera señal de que se recobraba de la visión era un profundo suspiro y, pasados algunos segundos, otro suspiro, hasta que al fin se normalizaba su respiración. 1TS 251.1
Estas condiciones físicas son análogas a aquellas en que se hallaba el profeta Daniel durante sus visiones, según él mismo refiere en el capítulo décimo de su profecía. Habla de que perdía las fuerzas corporales y dice que se le aparecía un ángel para infundírselas sobrenaturales. Dice sobre esto: “Porque al instante me faltó la fuerza, y no me ha quedado aliento. Y aquella como semejanza de hombre me tocó otra vez, y me confortó.” Daniel 10:17, 18. 1TS 251.2
Testimonio de un testigo ocular
El pastor Urías Smith que durante largos años fué colaborador de la Sra. de White y de su esposo, dió el siguiente testimonio respecto al don especial que ella poseía: 1TS 251.3
“Todas las pruebas que pueden aducirse en favor de semejantes manifestaciones demuestran su autenticidad. Las comprobaciones internas y externas son concluyentes. Están de acuerdo con la palabra de Dios. y con ellas mismas. Se manifiestan cuando el Espíritu de Dios está especialmente presente, si no es que se engañan invariablemente los más aptos para juzgar; y por lo severas, dignas y conmovedoras, resultan, para quienes las presencian, enteramente opuestas a las falsas pruebas del fanatismo. 1TS 251.4
“Su fruto denota que proceden de una fuente opuesta al mal. 1TS 252.1
“1. Su objetivo es de la más pura moralidad. Abominan todos los vicios y exhortan a la práctica de todas las virtudes. Señalan los peligros por los cuales hemos de pasar al reino. Revelan las artimañas de Satanás. Nos previenen contra sus añagazas. Han matado en flor cuantos proyectos fanáticos quiso introducir el enemigo entre nosotros. Han descubierto las ocultas iniquidades, puesto en claro escondidas injusticias y delatado los malignos intentos de los hipócritas. Nos han movido e inducido a consagrarnos más fervorosamente a Dios, a realizar más enérgicos esfuerzos para santificar nuestro corazón y ser más diligentes en la causa y servicio de nuestro Maestro. 1TS 252.2
“2. Nos conducen a Cristo, a quien, según hace la Biblia, nos representan como la sola esperanza y el único Salvador del género humano. Nos describen en vívidos caracteres la santa vida y piadoso ejemplo de Cristo, y con irresistible admonición, nos exhortan a seguir sus huellas. 1TS 252.3
“3. Nos conducen a la Biblia. Nos presentan este Libro como la inspirada e inalterable palabra de Dios. Nos exhortan a tomar por consejera la Palabra, considerándola como guía de nuestra fe y nuestras obras. Con impulsiva fuerza nos invitan a estudiar detenida y solícitamente sus páginas, para familiarizarnos con sus enseñanzas, porque nos ha de juzgar en el último día. 1TS 252.4
“4. Han consolado y fortalecido muchos corazones. Han animado al débil, robustecido al flaco, levantado al desfallecido. Han puesto orden en la confusión, enderezado muchos entuertos y desvanecido muchas tinieblas. Nadie que esté libre de prejuicios puede leer sus conmovedoras exhortaciones a una moralidad pura y elevada, sus loores a Dios y al Salvador, sus reprensiones contra todo mal y sus incitaciones a todo lo santo y bueno, sin verse obligado a exclamar: ‘Estas palabras no son de endemoniado.’” 1TS 252.5
Valía de su obra
Después de setenta años de activa labor en muchos países, en la literatura y en la predicación, la Sra. de White se durmió pacíficamente en Jesús, el 16 de julio de 1915, en su casa, cerca de Santa Elena (California). Fué sepultada junto a su esposo en el cementerio de Oak Hill, de Battle Creek (Míchigan), el 24 de julio. En el sermón fúnebre, el pastor A. G. Daniells, presidente de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, dijo respecto a al obra de la difunta: 1TS 253.1
“Acaso no acertemos a definir exactamente qué aspecto de la obra de la Sra. de White ha sido más valioso para el mundo; pero parece que los numerosos volúmenes de profunda literatura religiosa que nos ha legado han de ser de grandísimo provecho para la humanidad. Sus libros forman más de veinte tomos, algunos de los cuales han sido traducidos a diversos idiomas en diferentes partes del mundo, y han alcanzado hasta ahora una circulación de más de dos millones de ejemplares, y continúan difundiéndose por millares. 1TS 253.2
“Al observar el campo de la verdad evangélica, de la relación del hombre con su Señor y con sus prójimos, vemos que la obra de la Sra. de White ha dado positivo y constructivo apoyo a estos grandes fundamentos. Ella tocó todos los puntos de las vitales necesidades de la humanidad y la realzó a superior nivel. 1TS 253.3
“Ahora descansa. Calló su voz; su pluma queda de lado. Pero prosigue la poderosa influencia de la activa, enérgica y espiritual obra de su vida, que estuvo enlazada con lo eterno y fundida en Dios. El mensaje proclamado y la obra realizada constituyen un elocuente y perpetuo monumento. Los muchos libros que nos ha legado, en que trata de todos los aspectos de la vida humana, insinúan las reformas necesarias para el mejoramiento de la sociedad representada en la familia, ciudad, estado y nación; y continuarán influyendo en el sentimiento público y en el carácter individual. Sus mensajes se estimarán mucho más de lo que lo fueron en lo pasado. La causa a que dedicó su vida y que quedó tan amoldada y prosperada por dicha vida, seguirá adelante con creciente energía y rapidez según transcurran los años. Los que estamos relacionados con esta causa, no hemos de abrigar ningún temor, excepto el de fracasar en cuanto a cumplir nuestra parte tan fielmente como debemos cumplirla.” 1TS 254.1