Mente, Carácter y Personalidad 1

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Una tarea agotadora

Ya que el ser humano costó tantó al cielo, el precio del amado Hijo de Dios, cuán cuidadosos han de ser los pastores, los maestros y los padres al tratar con las almas de quienes están bajo su influencia. Tratar con las mentes es una obra delicada, y se la debe realizar con temor y temblor. 1MCP 90.1

Los educadores de la juventud tienen que mantener un perfecto dominio propio. Es un error terrible destruir la influencia que se ejerce sobre una persona por la impaciencia, o a fin de mantener una dignidad y supremacía indebidas, pues puede ser el medio de perder esa alma para Cristo. Las mentes de los jóvenes pueden llegar a estar tan deformadas por una administración no juiciosa que el daño hecho nunca podría ser totalmente reparado. La religión de Cristo debe tener una influencia controladora sobre la educación y la preparación de los jóvenes. 1MCP 90.2

El ejemplo de abnegación, bondad universal y paciente amor del Salvador es una reprensión para los ministros y maestros impacientes. Él pregunta a estos instructores impetuosos: “¿Es esta la forma en que tratas a las almas de aquellos por quienes di mi vida? ¿No aprecias más que esto el precio infinito que pagué por su redención?”—Testimonies for the Church 4:419 (1880). 1MCP 90.3